El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha propuesto este miércoles en el Foro Económico de Davos una mayor intervención en las redes sociales para que estas vuelvan a ser 'geniales'. Esta gira en torno a tres puntos que ha desgranado y llevará, de manera formal, a la próxima reunión del Consejo Europeo en Bruselas.
La primera de estas medidas es terminar con el anonimato de los usuarios en las redes sociales. De cara al resto, podrán seguir funcionando con sus nombres de usuario en uso, pero las plataformas estarán obligadas a vincular a cada uno de ellos con su identidad real, de forma que, en caso de que cometan un delito, puedan ser identificados por la Policía.
El segundo se refiere a la transparencia de la tecnología. Sánchez quiere 'forzar la apertura de la caja negra de los algoritmos de las redes sociales' para que las autoridades puedan evaluar su funcionamiento y comprobar que no están premiando discursos de odio.
'Los algoritmos, lejos de promover la equidad, están diseñados para ocultar ciertos puntos de vista políticos y fomentar otros', ha dicho Sánchez. 'Las redes se han convertido en un campo de batalla lleno de manipulación, censura y falsedad, y esto no ha sucedido por error, se ha alimentado de manera sistemática' con el objetivo de 'tomar el poder como hicieron los fascistas en el pasado'.
El último punto afecta directamente a los CEOs de estas compañías, que deberán ser 'penalmente responsables de lo que pasa en sus redes'. 'Igual que el dueño de un restaurante es responsable si se envenenan sus clientes, los dueños de las redes deben ser responsables si envenenan el debate público', ha afirmado.
Lo que Sánchez llama 'tecnocasta' ha sido objeto de fuertes críticas en su discurso. Según el presidente, 'un pequeño grupo de tecno multimillonarios ya no está satisfecho con tener el poder económico casi en su totalidad, sino que también quiere el poder político socavando a nuestras instituciones democráticas'. 'Piensan que porque son ricos están por encima de la ley y pueden hacer lo que quieran. Por eso los multimillonarios quieren acabar con la democracia', ha añadido sobre su motivación.
Según Sánchez, las redes han pasado de ser un agente de la difusión de la libertad y democracia a convertirse en lo contrario. Ha comentado que incluso él se había planteado darse de baja en alguna de esas redes, pero que ha decidido no hacerlo porque son demasiado importantes para el debate y deben ser cambiadas desde el poder público.
'Sé que no va a ser sencillo, lo sé,estamos todos un poco asustados', ha reconocido el presidente del Gobierno de España, 'porque las personas a las que nos enfrentamos son muy poderosas, tienen recursos financieros y tecnológicos casi ilimitados, aliados muy peligrosos y no están jugando limpio porque no están cumpliendo connuestras normas moralesni se enfrentan a estas consecuencias'. Pese al panorama descrito, Sánchez se ha mostrado optimista al afirmar que 'sé que podemos ganar la batalla porque tenemos razón, porque somos más y porque ya lo hemos hecho en el pasado'.
Menos mal que está Pedro Sánchez para salvar la democracia...