#35604 Como bien sabrás, el Derecho de Admisión es la limitación de acceso o permanencia en un local, espectáculo o actividad recreativa a alguna persona por parte del encargado o dueño del local. En resumen, es la capacidad de decir quién puede o quién no puede acceder a tu negocio.
La única limitación es la que rige la Constitución, por la que no te pueden impedir la entrada o expulsarte por razones de sexo, raza, religión, etc:
Te dejo unos pocos ejemplos de usos del Derecho de Admisión en un local:
Comportamientos violentos
Hora de cierre
Entrar sin haber pagado entrada
Causar molestias a otros asistentes
Alterar el desarrollo de la actividad o espectáculo
Consumo de sustancias ilegales
Límites de aforo máximo
Acceder con comida o bebida a establecimientos de hostelería y ocio (Las aventuras de Cletus y Sezar en el Burger King te suena?)
Prohibición de grabar o hacer fotos (UY MIRA!!!!)
Que el espectáculo haya comenzado y la entrada de nuevas personas causa molestias
Menores de 18 años
No cumplir con la etiqueta en vestimenta y calzado (sin prohibir marcas comerciales)
Impedir el acceso de animales (salvo perros guía)
Prendas, objetos o símbolos que inciten a la violencia, discriminación o xenofobia
Portar armas u objetos peligrosos
Lo único que quedaría en el limbo legal es si la palabra del propietario es válida sin disponer el Cartel correspondiente de "Derecho de Admisión" como se acostumbra a ver en la mayoría de discotecas. Es decir si el propietario de un local, puede solicitar que abandones el local por el mero echo de estar actuando de una forma que podría estar dentro de los motivos de aplicar este Derecho de Admisión, de una forma verbal sin disponer del correspondiente letrero. Ahí es donde tengo mis dudas....
En fin.
EDIT: Creo recordar que en alguna ocasión, Sezar comentó que no le habían dejado grabar en locales, y que se fue sin poder hacer su correspondiente vídeo. Estoy seguro además que no montaría pollo ninguno. Seguro que se marchó sin más y a otra cosa mariposa. Es lo que tiene también aparecer sin previo aviso en el local que es su modo operandi (dicho por él) para que no le reconozcan.