En su defensa diré que las finales suelen ser así de monótonas: Cada vez queda menos gente y los que quedan ya se conocen demasiado bien y nadie va a sorprender a nadie. Lo que más le importará a la gente son los resultados y el 24H ahora no lo pondrá ni Rita. ¿Qué sentido tendría hacer una fiesta para 4 personas?
Lo de meter a ex-concursantes a hacer mierda contra los finalistas ya lo hicieron el año pasado (No sé si también el anterior) y les salió bien el invento en términos de audiencia, aunque yo sigo sin ver qué tienen que enseñarle a los que se quedan la gente que ya salió expulsada, con un "vale, lo que tú digas, pero yo estoy en la final y tú en la puta calle, por algo será" ya rematan todo lo que tengan que oír de esa persona.
Ahora viendo el panorama diría que voy con Bea, pero es por descarte puro y duro, si se quedase la gente que realmente merecería la pena, no iría con ella (Aunque tampoco me cae demasiado mal) pero es que ahora tenemos a un llorón sin lágrimas, a una hija de puta sin carisma que va a chuparle el culo a quien ella cree favorito y a un mueblaco que sólo se le conoce por su "carpeta" y por haber pedido la expulsión de Bárbara.
Sinceramente, ¿Hay algo bueno que pueda salir de ahí?