Se va terminando nuestro tiempo en esta fascinante ciudad, ponemos pies en polvorosa ya que había que aprovechar con creces el último día completo que pasaríamos aquí y aún teníamos muchos lugares de indispensable visita.
El planning para la mañana sería el siguiente:
Como era domingo y habíamos oído que era el día que los oradores iban al Speakers' Corner de Hyde Park para contar sus batallitas, nos fuimos directos, antes de hacer la visita a la Torre de Londres.
Sin embargo parece que ese domingo se lo tomaron libre y allí no vimos a nadie con ganas de armar jaleo y mira que los buscamos, pero no tuvimos suerte, por lo que aprovechamos para dar un paseito por el parque y nos fuimos a hacer la visita a la Torre de Londres.
La Torre de Londres es, oficialmente, el palacio y fortaleza de su majestad, aunque el último gobernante que residió en ella fue Jacobo I (1566-1625) y fue declarada en 1988 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, por tratarse de una fortaleza del medioevo normando excepcionalmente bien conservada y por su significación como centro de poder ininterrumpido durante siglos y siglos de historia británica y europea.
Su precio es de 16,50 Libras, se pueden usar los 2x1.
Una vez dentro te dan la típica charleta histórica, nosotros como ya sabíamos medianamente de que iba el tema, tiramos adelante, nuestra intención era ver el lugar sin mas.
Las vistas desde allí al Támesis son muy hermosas, pudiéndose ver los cruceros haciendo los tours por el río y si os fijáis aun mejor, el edificio que está al fondo con forma de huevo es el Ayuntamiento de Londres, diseñado por Norman Foster.
En la imagen los famosos cuervos, que como en tanto sitios habréis leído, existe la leyenda de que: "si por algún motivo los cuervos abandonaban la Torre de Londres, tanto la Torre como el imperio Británico se vendrían abajo".
Llevan desde la época de Carlos II allí y aún no se han ido, todo este misticismo se va al traste cuando te enteras que el Ravenmaster (el maestro cuidador de los cuervos) les corta las alas para que no puedan volar.
La Torre Blanca fue el inicio de la actual Torre de Londres. Se empezó a construir en el año 1078 y se finalizó 21 años después, siendo en aquel momento, con aproximadamente 30 metros de altura, el edificio de mayor altura de Londres. Aquí vivían los reyes de la época medieval y era la sede del Gobierno y el lugar donde se hacían las leyes.
Como dato negativo, la visita por el interior no puede ser fotografiada en ninguna de sus salas, realmente es algo que resta bastante valor a la visita, ya que tanto esta torre como la posterior visita a las joyas de la corona están vetadas a las cámaras.
Preciosa vista del Tower Bridge.
Maqueta de la Torre de Londres.
El contraste de esta fortaleza con los modernos edificios del exterior es fácilmente admirable, en la imagen el edificio con forma de pepino más famoso de Londres, aunque realmente se llama Gherkin y como el Ayuntamiento, también es obra de Norman Foster.
Y entre tanta controversia que si huevos, que si pepinos, nos encontramos con este barril con un error de Windows.
El guardia estaba ahí parado como una estatua, aunque de vez en cuando se movía para hacer algún gesto.
Pocas salas se podían fotografiar, muchas de ellas contaban con armaduras, caballos montados y distintos artilugios de la época, destacando en especial las máquinas de tortura.
En algo menos de 2 horas hicimos la visita, algo mosqueado por el tema de no poder haber hecho fotos en los lugares más interesantes y de que después del para nosotros precio excesivo de la entrada, para lo que ofrece, encontráramos una sala en la que había que pagar para poder visitarla, evidentemente no pagamos.
Lo siguiente que íbamos a hacer era un tour que nos llevaría en barco desde el muelle de la Torre de Londres a Greendwich, pero primero con el Tower Bridge tan cerca nos apetecía acércanos.
El Tower Bridge es un puente levadizo que cruza el Río Támesis y que fue construido a finales del S. XIX, para los que hayan visto recientemente la película de Sherlock Holmes se habrán dado cuenta que se trata del puente que se encuentra en construcción en la misma.
Ahora nos vamos a nuestro tour por el Támesis que como ya dije nos llevará hasta Greenwich, el tour que elegimos está operado por City Cruises, nosotros lo pillamos en Tower Pier, pero también se puede coger en Westminster Pier, Waterloo Pier y evidentemente Greenwich Pier (Válido el 2x1 de Days Out Guide).
Nosotros montamos únicamente hacia la ida, por un precio de 7,5 libras, pero se pueden hacer otros recorridos, para más información: City Cruises.
Hay que decir que en la parte de abajo se iba muy calentito, pero yo tenía el capricho de ir arriba, porque quería disfrutar mejor de las vistas. Se pueden reservar por Internet los pases, pero no vimos que hubiera una cola significativa, fue llegar y esperar a que viniera el barco, los cuales llegan con bastante frecuencia, en caso de lluvia siempre te queda el consuelo de verlo desde abajo.
Pasamos por debajo de Tower Bridge y seguimos navegando por el río, mientras que un chico nos iba relatando algunos datos de interés.
Durante unos momentos comenzamos a ver pequeños copos de nieve.
Los rascacielos que se divisan al final pertenecen a Canary Wharf, un gran complejo de negocios donde se sitúan los edificios más altos de Reino Unido, destacando el One Canada Square con 235,1 metros de altura.
Después de aproximadamente 45 minutos divisamos Greenwich.
El museo nacional marítimo de entrada gratuita.
Caminando por sus parques llegamos hasta el mítico meridiano de Greenwich.
Y en lo alto de la colina el igual de famoso Royal Observatory de Greenwich.
Con esto nuestra visita a Greenwich ha concluido, las lineas de metro nos pillan demasiado lejos, por lo que cogemos un tren (Válido con nuestra Travelcard National Rail) que nos lleva hasta Tower of London de nuevo, donde cogemos ya esta vez sí, el metro, para que nos lleve a Camden Market.
Este ecléctico mercado, es un lugar en el que se puede encontrar desde artesanía, prendas de vestir, comida de todo el mundo y en definitiva casi cualquier producto por extraño que parezca.
Su verdadero encanto radica en la fachada e interiores de sus tiendas y en lo entramado de sus calles, llegando en ocasiones a perder la noción de donde te encuentras por lo laberíntico de sus caminos. Pese a estar abierto todos los días de la semana, el día grande es el domingo, por ello dejamos la visita justo para este preciso momento.
Era la hora de comer y pese a que había mucho donde elegir, nos decantamos por algo que nos entrara por la vista y que presuponíamos que nos iba a gustar ¡acertamos! barato y rico, no se podía pedir más.
Los lugares donde se puede comer son bastante curiosos, para muestra esta zona con scooter donde se puede uno sentar y mientras que se come contemplar los canales, que transcurren por esa parte de la ciudad.
Si alguna vez has deseado tener unas zapatillas con forma de pene o tetas, esta es tú oportunidad.
O si por el contrario siempre has querido ir vestido como un Akatsuki, esta es tu tienda.
Evidentemente en un sitio tan liberar y con tampoco sentido del ridículo, no podía faltar una tienda con ropa de Gothic lolitas.
Y si estábamos hablando de ropas de estilos que como mínimo llaman la atención, aquí esta Cyber Dog.
Esta tienda es un culto al trance, llena de luces por todos sitios, te sientes como si estuvieras en una discoteca, ya que no faltan las gogos y la música pastillera, por lo que se ve es un lugar con bastante fama y está controlado el tema de realizar fotos, no obstante hasta que me regañaron muy amablemente, hice unas cuantas xD, lo prometido es deuda, realmente merece la pena entrar.
Una de las cosas que me llamaron la atención fue la gran cantidad de figuras de caballos repartidas por todo el mercado, luego pude informarme que en parte de donde ahora se asientan todas estas tienda era antiguamente un hospital veterinario de equinos.
Casi sin darnos cuentas estamos en el sótano, donde aún sigue habiendo tienda y tiendas con productos de todo tipo.
En definitiva, de toda la oferta de mercadillos que se pueden encontrar en esta ciudad, para mi gusto Camden es el que se debe visitar sin ninguna duda y como ya he dicho en anteriores entradas, este comentario viene de una persona que no es para nada fan de este tipo de lugares, pero realmente salí muy convencido y por ello lo recomiendo.
Era ya la hora de cenar y la mayoría de puestos los estaban desmontando, por lo que nos fuimos para Piccadilly Circus a comer algo y a comprar algún souvenirs en la tienda que hay justo al lado de Lilywhites, donde se encuentran mil y un recuerdos de Londres.
Incluso está disponible el típico Mini con la bandera de Reino Unido y justo al lado el famoso caballero inglés.
En definitiva los últimos pasos de este día, eran para volver a pasear por los rincones más representativos de la ciudad, por lo que si característico es este cruce de Piccadilly en Londres, aún más es el Big Ben, esa fue nuestra siguiente y última visita de la noche.
Cruzamos el río y nos fuimos hasta la base del London Eye, para disfrutar las vistas desde allí.
En esta ocasión no montamos en la peculiar noria, quizás la próxima vez.
Con esta imagen concluyo nuestra última noche en Londres y con ella también finaliza el reportaje.
Al día siguiente nuestro avión salía a las 16:00 horas de Stansted y teníamos que coger el autobús que nos llevaría allí a las 13:00 horas en Victoria Station, por lo que por la mañana optamos por irnos un rato de compras hasta que fuera la hora, habíamos sido buenos y hasta ese momento no habíamos gastado demasiado.
El viaje de vuelta transcurrió correctamente, el único momento de tensión que tuvimos, fue a la hora de pasar por el control de billetes en el aeropuerto, nos pasábamos de los 10 kg que permite Ryanair y nos alertaron que al llegar al embargue nos harían pagar por el exceso, la solución aunque poco ortodoxa, fue ponerse aún más ropa encima y de esa forma pasar "desapercibidos", cosa que conseguimos sin problemas.
Curioso fue el hecho de que durante todos los días que estuvimos en Londres, tan solo un día de mañana nos chispeó algo y que llegáramos a Málaga y estuviera lloviendo a mares, el mundo al revés xD
Y así finaliza este viaje, una vez aquí y contemplando tanto las fotos, como recordando lo vivido, se da uno cuenta de lo maravilloso que es conocer otros rincones del mundo, aunque siempre se echa de menos donde uno vive y es un placer volver a casa.
Espero que os haya gustado