Otra mañana más tocaba levantarse, no era el momento para que se pegaran las sábanas, teníamos un día muy completito con la anunciada visita a la Reina y con sorpresa final entre otras muchas cosas.
Trazamos la mañana y nos pusimos manos a la obra para que ningún lugar de la lista se quedara sin visitar:
El primer lugar que visitamos fue Saint Paul's Cathedral, imponente monumento religioso del S. XVII-XVIII, fue de las pocas edificaciones de la zona que sobrevivió a la Segunda guerra mundial y escenario de eventos como la boda del príncipe Carlos con la princesa Diana.
El precio de su entrada es de £12.50 y permite disfrutar de unas buenas vistas desde lo alto de su cúpula, pero preferimos no pagarlo y simplemente optamos por contemplarla desde fuera.
Realmente es un monumento que impresiona, en la imagen podemos ver a mi novia volando como si fuera una palomita
Desde allí nos fuimos a ver el Puente del Milenio, que pilla justo enfrente de St. Paul.
Aún era temprano, por lo que en ese momento caminaba en solitario por el puente, el edificio con la torre que se ve al fondo es la Tate Modern o lo que es lo mismo el Museo Nacional Británico de Arte Moderno, como no somos muy amantes de ese tipo de arte, pasamos de entrar, quizás en otra ocasión si disponemos de tiempo le echaremos una ojeada, ya que la entrada es gratuita y por tanto no se pierde nada.
Las vistas desde el Puente del Milenio a ambos lados son muy bonitas, si miramos a la izquierda viniendo de St. Paul tenemos el Tower Bridge al fondo.
Desde allí caminando nos vamos hasta la Bolsa de Londres.
Y luego nos acercamos a ver The Monument, la columna dórica de 61 metros de altura que se encuentra en la City de Londres, cerca del Puente de Londres. Se encuentra en la intersección de Monument Street y Fish Street Hill, a 61 metros de donde se inició el Gran Incendio de Londres en 1666.
Un poco más abajo se encuentra el verdadero London Bridge, cuyas vistas dan al Tower Bridge y al buque de guerra HMS Belfast fondeado en aguas del Támesis.
Pero la visita a esa zona la dejaríamos para el día siguiente.
Nuestra visita siguiente sería el War Museum, con temática de la primera guerra mundial y algo de la segunda.
En la puerta se encuentra este resto del famoso muro de Berlin.
Continuaba la mañana frenética y nos vamos para Westminster, habíamos pasado por esa zona siempre durante la noche y nos apetecía verla de día y aparte nos pillaba de camino para cumplir con la cita que teníamos con la Reina.
Al salir del metro nos volvemos a encontrar con nuestro amigo el Big Ben, dejando visible la parte de la fachada del Parlamento donde están haciendo obras.
Al fin llegamos a la Abadía de Westminster, una iglesia gótica del tamaño de una catedral. Es el lugar tradicional para las coronaciones y entierros de los monarcas ingleses.
os alrededores estaban atestados de turistas deseosos de pagar las 10 libras que son obligatorias para entrar, no así nosotros que a sabiendas que no se puede grabar dentro y que no teníamos ganas de dejarnos el dinero, le damos un repaso por fuera y seguimos nuestro tour, el próximo objetivo estaría cerca St. James Park.
Nos ponemos a andar por el parque y mi novia se acerca a saludar a los patos, pero por lo visto no eran muy amigables y preferimos no acércanos demasiado, poco después se me caga una paloma en la manga, quedando definitivamente claro que la fauna de aquella zona era bastante peligrosa.
Atravesamos el parque por un costado y aparecemos en The Mall, una avenida noble y sombreada, gracias a la presencia de árboles seculares, que tiene como final la Queen Victoria Memorial y el Buckingham Palace.
La caballería circulaba por la vía, era día de cambio de guardia, el cual se realiza sistemáticamente un día si otro no.
Allí al fondo nos esperaba la Reina!!!
Un momento? qué es toda esa gente? y yo que pensaba que había sido una invitación exclusiva, pues de eso nada, vayámonos de aquí, que me siento ofendido
Y eso fue lo que hicimos, después de haber visto monumentos históricos, parques, museos, hay algo que falla en esta visita... efectivamente estamos en Inglaterra habrá que ver algo relacionado con el fútbol verdad? pues vamos a ello, primera parada Stamford Bridge, estadio del Chelsea, como equipo al que más afinidad tengo de Inglaterra no podía irme de Londres sin visitar su templo del fútbol.
La entrada para hacer el tour vale £15.00, pero desafortunadamente cuando estamos haciendo cola nos comentan que ya no habrá más tours en el día, porque durante la tarde había partido de FA Cup entre Chelsea y Watford, por lo que me quedo con las ganas de rematar la visita.
Bastante apesadumbrado y sobrellevándolo gracias a los ánimos que me da mi novia, nos vamos para el famoso barrio de Nothing Hill, era Sábado por lo que el verdadero aliciente era ver el mercado de Portobello.
El mercado estaba abarrotado de gente, con puestos de todo tipo, antiguedades, joyas, ropa, curiosidades, realmente merece la pena darse un paseo, aunque realmente no se quiera comprar nada, solo por fisgonear entre sus puestos y lo dice alguien que no es amante de los mercadillos precisamente.
No faltaban los puestos de comida de todo tipo, aquí una paella "valenciana" era la comidilla de todos los españoles que pasabamos, ya que el aspecto dejaba bastante que desear. Fuimos mirando entre sus puestos y al final acabamos comiendo en uno de ellos, aprovechando que era la hora de comer y la variedad de platos era bastante buena y a buenos precios.
Terminada la visita por este pintoresco lugar, nos vamos a visitar otro famoso parque de la zona, que no es tan conocido como puedan ser Hyde Park o St. James, pero que su encanto es especial, Holland Gardens.
La escarcha cubría todo el parque tanto sus caminos como sus fuentes, que se encontraban con una pequeña capa de hielo.
Aún así, no faltaban ardillas correteando alegremente por allí.
Una de las partes más bellas de este parque es Kyoto Garden, un pequeño jardín con temática japonesa.
Son ya las 4 de la tarde y como siempre comienza a caer la noche, para terminar con el tour deportivo del viaje, nos vamos para el Emirates Stadium, flamante campo de fútbol del Arsenal FC.
En un mural se encuentra una panorámica con todos los jugadores que han vestido la camiseta del equipo, rápidamente me voy a buscar al español Cesc Fabregas.
Un estadio hecho a capricho, si os fijáis en la R, ahí se encuentra un servidor recostado
Concluida nuestra misión, hacemos una breve parada en Tesco, un supermercado tipo (Opencor), donde compramos algo para beber por el camino, realmente recomiendo esta cadena, ya que no tienen malos precios y abren hasta altas horas de la noche.
Ahora llegaba la anunciada a principios de la entrada sorpresa, le había preparado a mi chica algo que no se esperaba 2 entradas para ver el musical del Rey Leon en pleno West End.
Por lo que pillamos el metro y nos fuimos para coger nuestras entradas.
La oferta de musicales en Londres es de las más completas del mundo junto con Nueva York de los sitios más valorados, me decanté por El Rey León, porque era de los musicales con más solera y ambos somos fans de las películas de Disney.
Allí estábamos en el Lyceum Theatre, deseosos de que fuera la hora para entrar.
El teatro era majestuoso y la ubicación de nuestro asientos perfecta para seguir el espectáculo, sin duda fue uno de los momentos estelares del viaje, las casi 3 horas que duró se nos pasaron volando y a la salida no podíamos dejar de recordar momentos de la obra.
A la salida cenamos algo y nos fuimos para Irving Street, zona de marcha londinese con cines y locales, en ese momento había una pequeña feria navideña con atracciones incluidas.
Era Sábado y la gente estaba entregada en las calles, por esa zona pudimos comparar y llegar a la conclusión, de que los ingleses no es que se pongan tibios de beber cuando vienen a España, sino que allí cuando salen siguen los mismos hábitos, eran las 10 de la noche y ya había gente potando en las calles y lo más sorprendente eran las chicas que sin miedo al frío iban con vestidos bien cortitos, muy sorprendente cuanto menos.
Como fan de los barrios chinos y para terminar la noche, nos acercamos al Soho, barrio que cada vez va cogiendo más importancia y tamaño en Londres, por lo que parece.
Con esto termina este maratoniano día, necesitábamos reponer fuerzas, el día siguiente concluiría nuestra visita por Londres y había que aprovecharlo para finiquitar todos los lugares que teníamos fijados en el itinerario.