Si tienes alguna duda (sana) sobre mujeres o si kieres contar tus penas o estais tristes acude al TriPIx, el pro:
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Pero ten cuidadin, es un peligroso consejero.
El tiempo de la sangre ha comenzado.
Mientras recorro las sendas del ardiente infierno mi sudor, frio hace tiempo, se ha secado en mi frente. Las huellas del paso del plomo por mi piel, mi carne, mis organos, son solo recuerdos en la efímera existencia ke llevo. Mi arma tiembla, deseosa de nuevas almas ke llevarme en mi deambular para hacerme compañia en mi torturada vida.
El tiempo de soñar ha terminado.
Antes azul amanecer, hoy rojo ensangrentado anochecer. La ira se ha apoderado de mi mente y descubro ke los cuerpos a mi alrededor, conocidos todos ellos, han perecido en lucha por una meta ke no entienden, me vislumbro como ellos, blanquecino, en el filo de mi cuchillo, aspiro el hedor de carne kemada, suspiro el terror de la muerte ke sale de mi corazón, carbonizado.
El tiempo de vivir es lo único ke me keda.
Ya se he olvidado cuantas veces me he levantado en el campo de batalla, apartando el cuerpo tumefacto de un amigo de encima mía, para coger su arma y continuar esta descabellada existencia, en mis ojos, la locura de la muerte, en mi alma la muerte única reina de mi cuerpo. Y la sangre ke me baja de la sien me recuerda ke aún estoy vivo, el dolor se apodera de mi, y grito, en silencio, por lo ke aún me resta por hacer, un suspiro, y de vuelta a prodigar la muerte a mi alrededor, ansiando unicamente encontrar mi fin en el siguiente asalto.
Dedicado a todos los counteros ke avanzan por el filo de la locura para alcanzar el extasis del beso de la muerte y en especial a mi primer compañero en el, para mi nuevo, mundo del CStrike: Danibrik.
Aral.
Mi makina:
- AMD K7 Athlon 1200
- 768 Mb Ram pc 133
- Gráfica ATI Radeón 9000 - 128 Mb DDR
- Teclado Logitech Cordless
- Ratón Logitech MX-300
- Monitor Samsung SyncMAster 17"
- Conexión ADSL Arsys 512
Hoy el valle no parecía tan verde como antes, la sombra que crecía en mi interior afectaba mis sentidos, adormeciendo mi maltrecho espíritu. Ante mí el panorama adquiría tintes de escarláta maldad. Se alimentaba de mi.
El calor del fuego en el cobertizo no era calor sino la ilusión de compañía que quería sentir en mi interior y que tanto a mi mismo me negaba. Fui la causa y el medio, ¿quien sinó iba a padecer el efecto?
Buscando un recuerdo que alimentara ese fuego de exiguo candor hallé la respuesta a mi amargada actitud:
Olvido.