"Return To Innocence"
That's not the beginning of the end
That's the return to yourself
The return to innocence
Love - Devotion
Feeling - Emotion
Love - Devotion
Feeling - Emotion
Don't be afraid to be weak
Don't be too proud to be strong
Just look into your heart my friend
That will be the return to yourself
The return to innocence
If you want, then start to laugh
If you must, then start to cry
Be yourself don't hide
Just believe in destiny
Don't care what people say
Just follow your own way
Don't give up and use the chance
To return to innocence
That's not the beginning of the end
That's the return to yourself
The return to innocence
Don't care what people say
Follow just your own way Follow just your own way
Don't give up, don't give up
To return, to return to innocence.
If you want then laugh
If you must then cry
Be yourself don't hide
Just believe in destiny.
Dialogo astrológico:
Supongamos que se está hablando de tarjetas de visita. ¿Habría que usarlas actualmente, o están ya anticuadas? Además, ¿qué aspecto deberían tener? Hagamos un rápido recorrido del zodíaco. La discusión sería más o menos en estos términos:
Aries: Yo no las necesito. Me basta el teléfono.
Taurus: Yo rara vez voy de visita. A mí me visitan.
Géminis: ¡Tarjetas de visita!¿Quién tiene tiempo para eso?
Leo: Bueno, si fueran realmente muy locas y de aspecto impresionante...
Virgo: Tendré que ver en el Consejero Social qué es lo que dicen...
Sagitario: ¡Ay Dios! ¿Queréis decir que la gente todavía encuentra tiempo para esas minucias?
Escorpio: Si no están en casa, peor para ellos. Los que se lo pierden son ellos, no yo.
Acuario: Pero, ¿estará lloviendo fuera? Me pareció que oía un trueno.
Cáncer: Las tarjetas son tan impersonales... Yo prefiero dejar una nota.
Piscis: Yo percibo siempre cuándo no está la gente, y las visito únicamente cuando por un mensaje subliminal sé que me quieren ver.
Capricornio: La costumbre es correctísima, pero no tiene ningún sentido hablar del diseño. Si no está impresa, no es una tarjeta de visita.
Libra: Bueno, todo depende, si uno quiere hacer lo que es correcto hay que tener tarjetas. Como gesto es encantador. Por otra parte, en nuestros tiempos podría parecer rebuscado usarlas. Claro que hay que considerar las razones que hay tras la costumbre. Y además, hay gente para quien las tarjetas son un lujo; si constituyen una carga para el presupuesto, no son necesarias. Sin embargo, si uno lo mira desde otro ángulo, no se puede dejar de pensar que en nuestro ritmo frenético actual faltan la belleza y la gracia del ayer, así que podría ser un dinero bien gastado. Y claro que tienen que ser impresas, aunque también algo diferente podría reflejar la personalidad individual. Una persona creativa podría diseñar sus propias tarjetas... pero la gente muy sociable podría interpretar mal esas tarjetas tan individualistas. Quiero decir que a los Rockefeller no les parecería bien. Pero si uno lo piensa, ¿quién va a visitar a los Rockefeller? A los amigos de uno les encantaría que uno fuera original, pero es probable que una impresión simple sea más aceptable. Por lo menos es lo que a mí me parece. Pero claro que...