El cuento más absurdo
Érase una vez, un cuento que no sabía cómo hacerse empezar. Quería empezar llorando, pero le parecía demasiado trágico y temía asustar a sus posibles lectores. Se planteó empezar con un saludo, pero no estaba de humor para tratar de caerle bien a nadie, aunque necesitaba fervientemente la aceptación de alguien, cualquiera que pasase por allí y le leyese de casualidad. El cuento sentía la necesidad enorme de que le quisieran y le aceptaran como era, pero raras veces encontraba un tímido consuelo por mucho que se esforzaba en sus penosos intentos. A veces, harto de no saber qué hacer para sentirse mejor, acudía a lo mas profundo de sí mismo y trataba de sacar algo bonito para caer bien a la gente y encontrar a alguien que apreciase su valía. Y un día, de repente ¡lo encontró! Unos ojos le leyeron y quedaron admirados de su hermosura; el cuento se sentía eufórico, nadie le había leído jamás con tanta pasión ni había llegado a conocerlo de un modo tan intenso. Los ojos y el cuento se amaban con locura, pasaban todo el tiempo juntos, mirándose el uno a los otros con admiracón y cariño. Hasta que un día, los ojos lloraron amargamente sobre las páginas del cuento. El cuento, alarmado, trató de averiguar la causa de las lágrimas de sus adorados y hermosos ojos, pero los ojos no sabían hablar, no podían explicarse, y sólo sabían llorar y llorar hasta enrojecerse. Y finalmente, un día, los ojos se cerraron y no volvieron a abrirse nunca más. El cuento, abatido y desconsolado, decidió borrarse y dejar de existir.
...y vivieron felices y comieron perdices ^^