Investigadores estadounidenses pretenden utilizar la misma energía que enciende al Sol y a las estrellas para llegar al Planeta rojo en menos de tres meses. Aseguran que sus primeros experimentos han tenido éxito
Viajar a Marte es probablemente el próximo «gran paso» en la historia de la exploración espacial. Pero este proyecto todavía está plagado de obstáculos: es increíblemente largo, tiene costes exorbitantes y supone numerosos riesgos para la salud de las personas que tengan el valor de emprenderlo. Investigadores de la Universidad de Washington creen que la hazaña puede ser posible gracias a una fuente de energía mucho más potente que las convencionales, la de fusión nuclear, la misma que utilizan el Sol y las estrellas. Con la ayuda de una compañía de fabricación de componentes para cohetes ubicada en Redmond, los científicos están construyendo un motor de fusión para una nave que en el futuro pueda convertir en realidad los viajes interplanetarios.
«Utilizando los combustibles de cohetes existentes es casi imposible para los seres humanos a explorar más allá de la Tierra», afirma John Slough, investigador de aeronáutica y astronáutica de la Universidad de Washington. La NASA estima que una expedición de ida y vuelta a Marte llevaría más de cuatro años con la tecnología actual. La gran cantidad de combustible químico necesario para mantener un cohete en el espacio durante ese tiempo sería muy costosa. Tan solo los costes de lanzamiento superarían los 12.000 millones de dólares.
Slough y su equipo creen que el viaje puede ser mucho más corto y barato si se utiliza un cohete propulsado por energía de fusión: solo llevaría de 30 a 90 días. Según explican, han realizado pruebas en laboratorio (financiadas por la NASA) que demuestran el éxito de todas las partes del proceso. Ahora, la clave, dicen, será la combinación de cada prueba aislada en un experimento final que produce la fusión utilizando esta tecnología.
El equipo de investigación ha desarrollado un tipo de plasma que está encerrado en su propio campo magnético. La fusión nuclear se produce cuando este plasma es comprimido a alta presión con un campo magnético. El equipo ha probado con éxito esta técnica en el laboratorio. Solo una pequeña cantidad de fusión es necesaria para alimentar un cohete; un pequeño grano de arena de este material tiene el contenido de energía que casi cuatro litros de combustible para cohetes.
Metal supercaliente
Para encender un cohete, el equipo ha desarrollado un sistema en el que un poderoso campo magnético provoca grandes anillos de metal para implosionar en torno a este plasma, comprimiéndolo a un estado de fusión. Los anillos de convergencia se unen para formar una cáscara que enciende la fusión, pero solo por unos pocos microsegundos. A pesar de que el tiempo de compresión es muy corto, libera suficiente energía para calentar rápidamente e ionizar el combustible. Este metal supercaliente es expulsado fuera de la tobera del cohete a una velocidad muy alta. Este proceso se repite más o menos cada minuto, propulsando la nave espacial.
«Esperamos poder interesar a todo el mundo con el hecho de que la fusión no está a 40 años de distancia y ni a un coste de 2.000 millones de dólares», señala Slough. Ahora, el equipo está trabajando para ponerlo todo junto utilizando la tecnología para comprimir el plasma y crear fusión nuclear. Slough espera tener todo listo para la primera prueba a finales del verano.
En un viaje real al espacio, los científicos utilizarían litio metálico para alimentar el cohete. El litio es muy reactivo, y para realizar pruebas de laboratorio, el aluminio funciona igual de bien, según explican. La fusión nuclear puede parecer arriesgado debido a su uso en bombas nucleares, pero su empleo en este escenario es muy diferente. La energía de fusión para la alimentación de un cohete se reduciría por un factor de 1.000 millones de una bomba de hidrógeno, demasiado poco como para crear una explosión significativa. Además, el concepto de Slough utiliza un campo magnético fuerte para contener el combustible de la fusión y guiarlo con seguridad lejos de la nave y los pasajeros en su interior.
De momento, tan solo es una propuesta, pero quizás estos científicos hayan dado con la fórmula para llevarnos mucho más lejos que la Luna.
Fuente: ABC.es
- - - - - - - - Opinión y comentario personal - - - - - - - -
Es una propuesta sumamente interesante y atractiva, creo que no digo nada nuevo diciendo esto. Me sorprende el hecho de que sea más fácil utilizar la fusión nuclear para fines de propulsión que para la obtención de energía, así como que se crea que es posible utilizarla a día de hoy para tales fines, pero no lo veo del todo descabellado.
Lo que sí que me parece un reto será disipar toda la ingente cantidad de calor que provocará el trasto. Quizá si se mantiene en circuito externo con el campo magnético, sean capaces de evitar que ese calor pase a la nave, pero cuesta creer que conseguirán ese efecto.
Esperemos que esta vez hayan dado con la buena y podamos, en unos años, ver a los primeros humanos pisando cielo marciano.
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