Malditos bastardos me duele en el alma
http://www.canaltcm.com/escritopor/post/2009/09/22/malditos-bastardos-me-duele-el-alma
Me duele porque no me ha gustado y yo quiero que me guste.
He ido a verla ilusionado, como quien va a presenciar un acontecimiento. Y me parece que no soy el único, que hoy en día Tarantino es uno de los pocos directores que consigue llevar al cine a una masa gruesa de espectadores, todos a una pensando "a ver con qué nos sorprende ahora el tío guay". Sus estrenos funcionan con cuenta atrás: faltan dos semanas para que se estrene la de Tarantino, una semana, tres días...
Todas sus películas me encantan y quien quiera convencerme de que Death Proof es una memez está pinchando hueso: déjalo, no insistas, la considero tan buena como las anteriores.
Pero hete aquí que llega Malditos Bastardos y sin verlo venir...
Decepción.
¿Por qué?
Pues estoy de acuerdo en todo lo que dicen los chicos de Blog de cine, que han titulado su post "Malditos bastardos, la peor película de Tarantino".
Suscribo ese post punto por punto. Yo no lo voy a explicar mejor que ellos, entre otras cosas porque me fastidia criticar el trabajo de alguien a quien admiro. Pero me parece que dan totalmente en el clavito (ése que se te clava en el pie cuando vas descalzo y jode tanto).
En resumidas cuentas creo que a Tarantino le han aplaudido tanto sus diálogos que se le ha ido mucho la olla con el sentido de la medida. Lo que en otras películas funciona como el mecanismo de un reloj, cada palabra en su sitio, cada pausa a su tiempo, aquí es marear la perdiz hasta el aburrimiento.
Prolonga las situaciones innecesariamente y encima -¡ay!- me deja con la sensación de que esas situaciones se repiten una y otra vez: demasiado interrogatorio, demasiado Hans Landa apretándole las cuerdas al otro bando.
A ver, no es que la película no me haya gustado. Es que no me da la magia que me dieron las otras. La veo floja.
Ya está, ya lo he dicho.
Por supuesto, hay muchas cosas que sí me gustan y que son genuinamente tarantinianas, como eso de crear personajes fascinantes y matarlos sin piedad en el momento más álgido de enamoramiento espectador-personaje.
En fin.
Este post de "cuestiono a mis ídolos" puede -sólo puede- que sea una señal de que estoy madurando.
Madurar, maduro: hoy mismo he cumplido años y eso no hay forma de pararlo. Lo que no sé es si estoy madurando en la dirección correcta...