La vida es bella peliculaza. La del capítulo de Fry creo que sí que lloré. Hacía poco que tuve que llevar mi perro a ponerle la inyección para dormirlo. Estuvo 18 años conmigo.
El Diario de Noa no lloré, pero porqué te venía todo de golpe. Me gustó, pero es una película tan acaramelada con toques de enchochamiento todo el día que te sobrepasa xd.