Articulo de Marca
Una verdad incomoda
Ha pasado el tiempo. El desgaste, la rutina y la ausencia de competencia interna han derrotado al Barça. La comodidad, la reiteración en la misma alineación en invierno, la incapacidad para descartar a los que no están con el tono físico adecuado y los oídos sordos cuando Guardiola les dijo que el ciclo había acabado. No hay respuesta física, ni velocidad, ni variantes, la autoestima aparece en el punto más bajo de un equipo inolvidable.
La posesión, maldito engaño, no es más que una forma de jugar. Un estilo maravilloso pero que depende, como todas las maneras de jugar, de pensar rápido, correr, tener velocidad de piernas y capacidad para repetir esfuerzos, de pensar la jugada antes de que suceda. Si esto no se cumple, nunca alcanzarás el nivel competitivo; para ganar los otros tendrán que ser muy malos. Nadie gana dando pases en propio campo, ni jugando andando, ni tirando pelotazos por citar a los que juegan de otra manera. Triunfar una vez es posible, dos se convierte en una imposible y pretender que alguien te recuerde por tu juego, se vuelve una quimera
Faltan centrales, en defensa flojean. Eso es lo que cuentan. Defender es cosa de todos, no miren atrás sino en las líneas avanzadas. Hoy, el Bayern, fue una fortaleza , y sin embargo, calificaría sin nota el partido de Boateng y Neuer. Desapercibidos. Ni la tocaron. Fueron un muro porque Mario Gómez, Ribery, Robben y Müller decidieron que lo primero era el equipo y que poco, o nada, importaba quien marcaba los goles ya que la gloria se alcanza corriendo todos. Ese era el secreto del Barça de Guardiola y del Milan de Sacchi. Nadie los olvidará.
Los azulgrana ya no presiona arriba, no recupera en campo contrario y parece que nadie quiere ver que Messi se desconecta sin balón, que Xavi no defiende y que la espalda de Alves es siempre una zona ganadora para el rival. Piqué y Busquets no tienen competencia y todos, con el encanto de la posesión, se han olvidado que la fortaleza del Barça empezaba en cómo cerraban tras pérdida Abidal y Alves. Volvían como aviones. Eso es pasado.Lejos queda el tiempo donde Touré Yaya, Márquez, Puyol o Mascherano eran una amenaza si se dormía Piqué. Chigrinskiy jugaría a día de hoy. Raro.
Fueron, son, muy buenos pero el Barça no ha ganado ni un sólo partido competitivo, sólo al Atlético y sufriendo, esta temporada ya que el Bayern ha demostrado esta noche que el Milan está a años luz de la élite. Arriba, el ciclo empezó con Henry y Eto'o. Una pareja de fieras con tanta distinción y jerarquía como Messi. Pedro era el que apretaba. Ahora, Alexis está confundido, Villa desolado y Tello, que es el único que juega a otra velocidad en este momento, se queda sin convocar.
Muchas líneas y poco Bayern. Fueron mejores, lo son contra todos. Nada nuevo, lo mejor para el Barça fue el resultado. El Bayern jugó una hora a buen nivel, respetando al Barça, pero cuando se dieron cuenta de que era un Barça impostado, apretaron para que la cuesta abajo fuese irreversible. Roura, en la rueda de prensa posterior, tildó de milagro la remontada. No hay fe. Lo saben. Los otros son tan extraordinarios como lo era el Barça del pasado. Incluso ganado la Champions hubiese pensado lo mismo, sólo hace falta ver el artículo posterior a la remontada contra el Milan, ya que la reflexión era y es obligada.
Valdés quiere irse. Fichar a cuatro o cinco titularísimos que aúnen velocidad, fuerza física y nivel en la disputa es obligado. Tanquetas, por así decirlo, con un nivel técnico sublime. Destruir ciertos roles, mejorar la competencia interna y no impostar que todos son iguales; creer que competir es cosa de una plantilla y no de un equipo titular. Mourinho, y permítanme que lo cité para ilustrar, está en pie de guerra con todo el vestuario. Todo por romper su zona de comodidad, por apretar, por recordarles que no se pueden encajar goles de córner, ni dormirse en determinados momentos para dejarse puntos. Y por olvidar que sin forma física no hay nada que hacer. No se si eso es bueno pero cuando llamas y nadie responde, hay que mover el árbol o callar para siempre.
Recordaremos a este Barça para siempre pero ponerse la venda es renovar hasta el infinito a Xavi y a Puyol, no tienen sustituto, a Pinto, es el futbolista más veterano en jugar de la historia del Barça, ni acumulando años donde los fichajes empeoran el rendimiento de sus antecesores, y los que empiezan a ver la luz, Cesc es un ejemplo, se quedan sin minutos en los días señalados. Nada, por desgracia, es eterno. A los azulgrana les queda ganar la liga. No es un mal final para volver a empezar.