La especial musculatura de Iván de la Peña no ha hecho justicia al gran jugador que es el centrocampista cántabro. Las lesiones le han acompañado durante toda su carrera, pero han sido especialmente crueles la temporada pasada y la actual. Este infortunio ha provocado que el espanyolista, de 35 años, vaya a colgar las botas. Lo hará el sábado ante el Sevilla en Cornellá, ante la que ha sido su grada las últimas nueve campañas. Se retira uno de los pocos románticos del fútbol, vive por y para este deporte, y un virtuoso del último pase.
Tocó el cielo de Primera de la mano de Johan Cruyff en la temporada 95-96, pero su verdadero descubridor fue Laureano Ruiz. El técnico trabajó con él en el fútbol base de su Cantabria natal. El entrenador habla con gran cariño de su pupilo. “Era un niño especial, con muchas cualidades para el fútbol, como sus compañeros, Munitis, los hermanos Helguera… Pero no todo es innato, él ha aprendido mucho”, recuerda Laureano Ruiz antes de explicar una anécdota: “Fui a verlo un día, era alevín. Y se pasó el partido, que se jugaba un sábado, chutando a puerta y lanzó como cinco o seis balones a la carretera que había detrás. El lunes le pregunté que por qué disparaba así y me dijo que quería ganar para ser campeón de Cantabria. Yo le dije que nunca más chutara de esa forma y que si lo hacía que se sintiera como si se hubiera marcado un gol en propia puerta. No lo volvió a hacer”.
De la Peña le debe mucho al mítico entrenador cántabro, pero Cruyff también le ha marcado en su carrera. De su mano ascendió a Primera en el Barcelona. Fue miembro de la mediática Quinta del Mini. “De pequeño ya se le veía que era especial”, recuerda Toni Velamazán, compañero en la cantera culé. “Iván es de esos jugadores que hacen mejores a los demás. Y para los delanteros es un lujo, ve el desmarque mejor que nadie y su pase es medio gol”, explica Óscar García Junyent. Pero la llegada de Van Gaal le obligó a emigrar a Italia y a Francia. Y no volvió a tener protagonismo en un equipo hasta que llegó al Espanyol. Su paso azulgrana no ha sido un impedimento para que haya entrado en la historia del club periquito: por su calidad y por su carisma.
Lotina ha sido quien más y mejor ha explotado el cerebro de Lo Pelat. El técnico del Deportivo cree que De la Peña es de los pocos jugadores que hoy en día viven para el fútbol. “Su tema de conversación favorito es el fútbol, siempre lo está viendo y analizando. Nunca he visto, en ese sentido, un jugador así. Y de esos, además, ya no quedan”, comenta el preparador de Meñaka.
Su buen hacer en el Espanyol de Lotina le llevó a la selección de la mano de Luis Aragonés. El sabio de Hortaleza también se rinde ante su calidad: “Es un jugador con una clarividencia extraordinaria. Fue a la selección porque se lo merecía. Lástima que las lesiones le hayan maltratado tanto”.
Esta temporada sólo ha podido disputar 31 minutos. Y lleva semanas trabajando para poder jugar otros pocos el sábado ante el Sevilla. Hoy dará una rueda de prensa para explicar qué va a hacer en el futuro. No le ha desvelado nada a nadie. Ni a sus compañeros. Pero todo apunta que será un adiós a la Liga y al fútbol en general. Laureano Ruiz espera, no obstante, que no se retire. Cree que sería injusto.