Muy grande el señor Relañó el miércoles, se me pasó:
Mourinho está más cerca de Pellegrini
Una de las más comentadas e imprudentes entre las primeras groserías de Mourinho fue aquello que contestó cuando le preguntaron por Pellegrini en sala de prensa: lo de que cuando él se marchara del Madrid seguro que no iría al Málaga. Un desprecio gratuito a un club y a una tierra donde, por cierto, se respira mucho madridismo. Allí sentó mal.
En ese momento, sí, Mourinho entrenaba al Real Madrid y Pellegrini al Málaga.
Ahora Mourinho va a entrenar al Chelsea y Pellegrini al Manchester City. Ya están mucho más cerca. El Málaga de Pellegrini, por cierto, creció sobre su estatura histórica: alcanzó los cuartos de final de la Champions, donde cayó con flagrante error arbitral en el descuento, en Dortmund. ¿Recuerdan? En ese mismo campo el Madrid, unos cuantos días después, encajó una goleada que le sacó en la práctica de la Champions. Misma copa, mismo campo, mismo equipo enfrente… La comparación sale sola. Y Mourinho no se ha ido del Madrid dejándole en sus máximos históricos, sino por debajo de ellos, con tres trofeos nacionales en tres cursos. Repuesto, eso sí, en el grupo de los cabezas de serie de la Champions. Menos que nada, pero esperábamos más.
Bien mirado, Mourinho ha salido menoscabado del Madrid. Creo que deja un daño, no tanto porque haya sido un poco pálido el fruto en títulos sino por la desunión que ha creado y el golpe a la imagen del club y a la del propio Florentino, que ni siquiera ahora que ya está lejos se atreve a criticarle y que no sabe qué hacer con los tres años de Karanka. Pero también él ha salido dañado. Cuando vino, su hoja de servicios era imponente, y todavía hace un año, con la liga de los cien puntos, se mantenía lustroso. Pero esta temporada ha ido a peor, se le ha visto perder el control del grupo y de la situación, tirar la Liga demasiado pronto, perder bastantes partidos y sufrir una goleada en Alemania ante el nuevo prodigio de los banquillos, Klopp, que ha venido a ocupar su puesto en el podio de técnico del futuro.
Y más allá de eso está el tono de gamberrismo que ha cultivado en el Madrid. Nunca fue un prodigio de educación, siempre tuvo un punto provocador, como de ‘enfant terrible’ que contribuía a su imagen. Para bastante gente, esta imagen transgresora era un valor más, contribuía a su marca de genio rebelde, atrevido con todo, al que respetos ajenos no iban a frenar en su propósito de hacer bien su trabajo por encima de todo. La transgresión como un valor más. Pero, como en todo, es bueno tener en consideración algún sentido de la medida. Qué y cuánto se transgrede y dónde se hace.
El Madrid, se quiera o no, es especial. El mejor Club del Siglo XX, me gusta repetirlo. Pero, más allá de eso, es que ocurre que el fútbol en España mueve más que en las propias Inglaterra, Italia o Portugal, por donde antes pasó. A eso hay que añadir que el Madrid significa en España mucho más que el Oporto en Portugal, el Chelsea en Inglaterra o el Inter en Italia, clubes todos ellos que están en el segundo escalón en sus respectivos países. Y por eso las broncas en el Madrid se notan más. No es lo mismo montar una gresca en una zona comercial o hasta en un plató de televisión que en el Museo del Prado o en la Catedral. La gresca puede ser la misma, pero el efecto no es el mismo.
Y Mourinho las ha liado pardas aquí, no hay por qué insistir en ello. Todo lo que ha hecho lo resume ese acto final de la recogida de una placa de los ultrasur, a los que, por cierto, el club por medio de empleados propios, escoltó desde la zona que ocupan (y en la que el grupo estuvo cantando durante el partido varias veces “Marca y As, cámara de gas” e insultando a Manolo Lama, hasta la bocana del vestuario). Tengo que preguntar en Antiviolencia, por cierto, si una actitud así por parte del club merece algún reproche de su parte. Que no se me olvide.
Pero estaba en Mourinho y la placa de los ultras, premio redondo para definir su tarea, que me lleva a otra reflexión. Durante los últimos meses, Mourinho había estado jugueteando con su destino, sin revelar si se iba o no, y a dónde. Para nadie es un secreto que su verdadero proyecto desde tiempo atrás era suceder a Ferguson en el United cuando éste decidiera abandonar. De hecho, su postración arrepentida cuando el Madrid eliminó al United, a su juicio sin méritos, en la conferencia de prensa en Old Trafford, le delataba. Sin embargo, Ferguson se ha ido y no le han escogido a él, sino al más modesto y menos ruidoso David Moyes, del Everton. Así que Mourinho tuvo que encaminar sus pasos al Chelsea de Abramovich, segunda etapa.
Se diría que en el Madrid rebotó en su techo, y que se tendrá que establecer más abajo. Muy pocos títulos para lo que el Madrid pretendía con su adquisición. Se suele decir que “ha frenado al Barça”, pero a mí me da más bien la sensación de que es el Barça el que se ha ido frenando solo, por los años de algunos jugadores y la enfermedad de Tito, que ha dejado al equipo un poco al pairo en medio de la tormenta. Es cierto que los últimos resultados de Mourinho ante el Barça han sido mejores que los primeros, pero es igual de cierto que el Barça ha dado síntomas de fatiga ante otros adversarios, como el PSG o el Milán (incluso perdió en el campo del Celtic), hasta caer barrido por el Bayern con aquel lacerante 7-0 total. Y no, el único rival del Madrid no es el Barça, no debe ser el Barça. De las tres Champions que el Madrid ha asaltado con Mourinho en el banco, sólo en una de ellas ha sido apeado por el Barça. En las otras dos por los equipos alemanes del momento. Y el último que le ganó fue el Atleti, que le quitó la Copa. No, no se trataba sólo de luchar contra el glorioso Barça de estos tiempos, que él ensalzó. Había más clubes a los que ganar. Y en este capítulo, recordemos que mientras el Madrid de Mourinho ganaba tres títulos, el Barça ganaba ocho. Y que acaba de ganar la Liga, repitiendo aquellos cien puntos. Y que en la suma de las tres Ligas le ha sacado diez puntos. Y que en los enfrentamientos directos gana el Barça, 6-6-5 (ganados-empatados-perdidos), con 31 goles a favor y 25 en contra.
Con todo, no quiero ser injusto. El balance de los dos primeros años del Madrid fue regular tirando a bueno, o hasta mejor que eso, si se me apura. El de la tercera temporada ha sido regular tirando a malo. Total, nada extraordinario ni por arriba ni por abajo. Pero se va con peor cartel del que tenía, y no se va al Manchester United.
Y ahí es donde entiendo que pesa el gamberrismo. Lo que decía antes, de museos y catedrales. Hay unos cuantos clubes en Europa que tienen un rango superior, y uno de ellos es el Madrid. Otros son el Barça, el United, el Bayern, el Milán y la Juve. Y quizá alguno más. Luego viene una segunda capa, que últimamente va engordando con nuevos ricos, jeques o rusos. Esa es la capa en la que se mueve el Chelsea. Esa es la capa a la que regresa Mourinho. Más arriba, da el cante. Se ha visto.
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