Liga Endesa ACB 2011-2012

La herencia de Banca Cívica: un Cajasol del que La Caixa no quiere saber nada

Entre fusiones, absorciones y compras anda el tema en el panorama de bancos y cajas de ahorro españolas. A priori puede parecer que estas operaciones no tienen repercusión directa en el mundo del deporte pero no es del todo cierto. El más llamativo de los últimos movimientos tuvo como protagonistas a La Caixa y a Banca Cívica. Además de agrandar el tamaño de su holding financiero, La Caixa ahora es dueña del Cajasol. El equipo de baloncesto sevillano puede convertirse en una de las víctimas de la operación ya que el club andaluz no entra dentro de los planes de la entidad catalana tal y como informó en su día Terra Deportes.

Hace dos años Banca Cívica estableció su central en Sevilla aprovechando la fusión de Cajasol, Caja Navarra, Caja Canarias y Caja Burgos. En esta operación, Banca Cívica heredó los derechos del Club Deportivo Baloncesto Sevilla convirtiéndose el dueño y máximo accionista al poseer el 99% de los títulos. Estos movimientos se producen en un momento en el que la afición y la implicación con el baloncesto crece en la ciudad hispalense y el Cajasol se erige como uno de los principales referentes del grupo de equipos que luchan por plantar cara a los históricos Real Madrid, Barcelona o Bilbao. La entrada de Banca Cívica supuso un impulso para el equipo sevillano porque su presupuesto aumentó aunque los resultados no llegaron. El Cajasol no llegó a luchar por el título de la Liga Endesa (antes Liga AC y mucho menos logró hacerse un hueco en la batalla por la Copa del Rey. La falta de resultados dio al traste con la afición que no respondía y lo único que siguió funcionando fue la cantera del equipo sevillano.

Con este panorama se ha encontrado La Caixa: en equipo que marcha décimo en la Liga Endesa y que supone una inversión a fondo perdido para la obra social catalana. Y es que es a través de esta vertiente por donde actúan las cajas que están ligadas a equipos de baloncesto. Dos claros ejemplos son Unicaja y la CAI (Caja Inmaculada de Aragón). El problema radica en la línea que ha seguido, desde siempre, la obra social de La Caixa. La entidad catalana no se ha caracterizado, precisamente, por su unión al deporte de élite. Es más, cuando ha aparecido ligada a algún evento deportivo éste ha sido un torneo o una competición menor. El único recuerdo en el que La Caixa y el deporte profesional aparecen juntos es el patrocinio de la Selección, que se produjo de 2006 a 2009, y su participación en la candidatura olímpica de Madrid 2012.

En los tiempos que corren, La Caixa no está dispuesta a hacer una inversión de la que sabe que no sacará ninguna rentabilidad y que además podría traerle más de un problema. La desaparición del equipo sevillano no es una idea descabellada. Además, en más de una ocasión la entidad catalana ha tenido oportunidad de emprender una aventura deportiva con los distintos clubes de baloncesto que existen en Cataluña y siempre han rechazado la idea por lo que si ahora dan luz verde al proyecto andaluz, los ánimos en la ciudad condal y alrededores no serían los mejores. La Caixa tiene en su mano el futuro del Cajasol en la Liga Endesa y lo cierto es que no pinta nada bien.

Tiene pinta de ser un Akasvayu 2.0