Salió elegido el que tenía que salir, Sandro Rosell, y además con fuerza e intenciones de cambio, cosa que me gusta. Ojalá deje en pelotas al mangante de Laporta con la demanda que en breve le interpondrá, imagino que por sus acusaciones de cobarde sin fundamento, ruin treta electoral.
Por otra parte, se comenta que Rosell ya ha hablado con Guardiola y han intercambiado impresiones. No creo que eso sirva de nada. Guardiola debe tener algún problema mental, ya que su hipocresía roza la perturbación, en realidad no sabemos si se trata de un hombre equilibrado que no pueda saltar de repente y morderle la oreja a un arbitro, como ya vimos ante el Almería, así que dudo que hablar con él lleve a algo útil. Yo no quiero a un entrenador así en mi equipo. Espero que Rosell, con cautela y saber hacer se acabe quitando a este despojo de encima y traiga a medio plazo a un entrenador de verdad, con Luis Enrique me conformaría.
También me gusta que Rosell cuente con los socios de forma consultiva, no como hacía normalmente el inquisidor de Laporta, que para lo único que contó con los socios fue para subir los abonos, y en definitiva, con Rosell y su visión empresarial, al menos tenemos la certeza de que ya no se volverán a vender a jugadores como Eto'o por una miseria, sino por lo que dictamina el mercado y en su debido momento.
De momento, Rosell tiene todo mi apoyo y confío en que no se deje achicar por nadie, sobre todo si le tiene que meter una crujida al bocachancla de Guardiola, que no le tiemble la mano ni se preocupe por la reacción del aficionado. El aficionado estándar del Barça es como una veleta, hoy te quiero mañana ya no, hoy te quiero mañana ya no, es decir, si Rosell actúa con cerebro y en el momento preciso en el que la veleta no esté a favor de Guardiola, cosa hecha.