El otro día, tras tomarme amistosamente unas copichuelas con una amiga que hacía tiempo que no veía, me comentó algo que me dejó anonadado.
Me empezó a preguntar si me acordaba de una profesora, que era una MQMF (una treinteañera, genial, alta, cuerpazo, tetazas y un gusto exquisito a la hora de realzar su belleza con la ropa) que daba historia en el colegio, allá por bachillerato. Le dije que naturalmente que me acordaba, que buenas pajas habían caído en su día con esa zorra. Pues bien, me contó que un amigo suyo que estaba por aquella época en un curso superior se la había encontrado recientemente...
...se la había encontrado de noche, de marcha. Ella le había reconocido y se había acercado a saludarle y a entablar conversación. El chaval no esperaba encontrarsela en ese lugar, en ese momento, en ese día, pero la jugada le salió redonda. Tras comentarse mutuamente unas cuantas obviedades y dar rienda suelta a la conversación especificada en el protocolo para estos casos, parece ser que se puso interesante el tema y la profesora le comentó de quedar otro día para seguir hablando, que tenía mucho interés y que le había encantado habérselo encontrado.
El chaval, como es lógico, tomó buena nota de su móvil y pasaron los días. Él no sabía que hacer, pero ante la insistencia de sus colegas terminó llamándola y le dijo que si le apetecería quedar a tomar algo. Terminaron cenando en un bonito restaurante donde él hizo gala de su caballerosidad pagando la cena y tras los postres, la pregunta que tanto esperaba fue formulada por la profesora.
¿Quieres venir a tomar algo a mi casa?
Lo siguiente es deducible por todos, pero no por ello carente de interés. Fueron al apartamento de la MQMF, y tras unas copas y un par de piropos, ellá se le abalanzó. El no perdió rienda y la llevó al dormitorio. Según me contó mi amiga, el chaval se la había follado a 4 patas, contra la pared, haciendo el misionero y hasta por culo (decía que a la MQMF le volvía loca).
Horas después, ya por la mañana, ella le llevó el desayuno a la cama y tras despedirse, al chaval le llegó un sms de la MQMF dándole las gracias por la velada y diciéndole que se lo había pasado muy bien.
Desde entonces, todos los que sabemos la historia, miramos a ese chaval con otros ojos.
AHORA BIEN.
¿os habéis follado a alguna profesora?