No me gustó comerme un coño por primera vez

Overwatch

#118 Yo he llegado a ver publicidad de algo que he estado hablando con un familiar y no pocas veces xD

Seguro que no eres el único que le saldrá ese anuncio.

zazgan

#118 Sin tener ni puta idea.

Google no mirará las cookies / historial o algo por el estilo si usas chrome? En plan por el título de este hilo o algo así.

ArthurMorgan

Menudo maricon

Eres el típico gay que dice ay que asco los coños

MARICON

Eres tan maricon que hasta le produces repulsión a los maricones

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Fxcking

Vete haciendo a la idea de que cuando tengas parienta estable muchas veces le va a apetecer mambo con la regla y te va a tocar comerle el coño y no con olor a basura si no más bien a cadáver descompuesto. Así que ya sabes.

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Yuzu

El coño seguramente alcance su esplendor a media tarde. Repudio el coño limpio, que es el mañanero, el de después de la ducha desganada de las 07.35 con Carlos Herrera en la radio del móvil. Ese coño sabe neutro, quizás a pompas de gel y a alguna gota de desodorante que haya caído en su superficie. Pero es como una torta de arroz: se come porque toca, pero la experiencia no es memorable. No debe serlo. El coño de media tarde está impregnado del esplendor del sudor del sol de mediodía, seco ya a esa hora y convertido en una capa salina que en su mezcla con los restos de humos y vapores internos conforma un caldo similar al de la sopa de cocido con piparras. El coño bueno ha tocado asiento de autobús y de oficina, acumula quizás alguna pelotilla de papel higiénico y desprende un aroma que sabes reconocer incluso por encima del pantalón y las bragas de la mujer a la que quieres. Ese olor lanza a la atmósfera unas feromonas que tienen un componente muy animal. El búfalo estira las narices cuando se halla en manada para atisbar los matices que desprende el coño de la búfala que ama. Es pura naturaleza mamífera. El homínido humano, de sexo varón, sabe que su mujer entra en casa porque su olfato detecta, a pequeña intensidad, esos componentes singulares del coño de su pareja. Y esos se obtienen a media tarde, cuando se puede introducir la nariz entera en esa parte de la feminidad para embadurnarse toda la superficie, hasta el tabique nasal, con esa sopa de amor cocinara durante 13 o 14 horas, tras la ducha mañanera. A fuego lento. Un coño sucio es un cuadro de Pollock, una canción descarnada de Chavela Vargas, la de Copa Rota. Es un gol de córner en Los Pajaritos en enero, con balón rojo, campo embarrado la temperatura bajo cero. Es la chaquetilla de José Tomás rota en Aguascalientes tras haber sido corneado en el primer tercio. Es un te quiero a una dominicana divorciada en el bar de panchos de tu barrio, con un Larios Cola de la mano y el suelo lleno de servilletas. Un coño sucio es el escayolista con el mono manchado tras ponerte el falso techo con luces LED que querías. Es el Bufón de Calabacillas: aquí ya no se pintan cristos ni reyes, sino al pueblo. Eso es el coño sucio: lo genuino, lo atávico, lo que te conecta con la época pre meteosexual, donde la gente esforzada debía sudar de sol a sol para ganarse el jornal. El coño duchado en la mañana, a media tarde, es como el baúl que compras en un anticuario para reformar con mimo. Es el lado más salvaje de la vida. La verdadera esencia de las cosas. La cama del fakir. El bingo de la helycobacter. La carrera de Bale en la final de la Copa del Rey. El hombre que prefiere un coño limpio ni es hombre ni es nada. Es una especie de ginecólogo, de los que se ponen guantes antes de iniciar la exploración y esterilizan el material. El hombre rotundo prefiere un coño curado, de los que dejan el olor en los dedos índice y anular durante horas, incluso después de una ducha rápida. No hay persona más feliz que el varón heterosexual que aguarda con impaciencia que el compañero de trabajo se baje del ascensor para, en solitario, arrimarse la mano a la nariz y pensar en su hembra. “Joder, Puri, si meto estos dedos en una cazuela de agua hirviendo y le pongo una zanahoria y un poco de pimienta blanca, lo podría llamar vichyssoise”. He de reconocer que me producen una atracción parafílica los coños de mujer prefiesta de viernes noche. Limpios, rasurados y perfumados para enfrentarse a calles oscuras, antros y discopubs canallas. Los coños en ese estado son como el McLaren de Hamilton cuando sale al Pit Lane para dar la vuelta de reconocimiento. Limpios, pulidos y sin miedo a nada. No deja de ser una buena costumbre arrimar las fauces al coño en esas circunstancias para disfrutar de esa esencia de mujer acicalada e ilusionada y para sorber todos esos aromas de tienda cara. Comí un coño así una vez por encima de la falda, con la bota alta puesta, y olía a 212 Woman. Mientras aplicaba al clitoris una succión sublingual tipo Rowentta A+ 310 y succionaba gotas de perfume, me recitaba para mis adentros las palabras, con pronunciación inglesa “Carolina Herrera”. Se me ocurren pocos episodios con un mayor poder estético en mi vida. Si fuera a morir esta noche y tuviera que dejar un testimonio para mis descendientes, sería el siguiente:

“Queridos: Los labios que ahora están fríos e inanes se posaron en varios coños a lo largo de mi vida, que fue feliz, entre otras cosas por eso. Nunca me importó la forma ni el estado de depilación del aparato genital, si bien me cortaba el rollo cuando un mechón rizado de rabino jasídico conectaba la parte inferior de la vagina con el ano, conformando una especie de tirolina infame. Pero el coño nunca me gustó recién pasado por agua y desinfectado. Quiero que me recordéis como un hombre de verdad, de los que comían morcilla, lamprea, entresijos, zarajos y el coño después de montar en bici. Siempre preferí The Stooges a Pablo Alborán. La distorsión de guitarras sucias al sonido de acústica limpio y amplificado. Siempre fui un batallador. Un hombre dispuesto a quemarse si hacía falta por conseguir sus sueños. No pasé de puntillas ni con desgana por el mundo. Repudié siempre a los hombres que pedían coños limpios. Me parecían impostores, auténticas ratas sibilinas que daban placer por obligación, escrupulosos, vagos, egoístas. Yo siempre fui generoso en la vida y en el sexo… y preferí el coño con cierto sabor entre ácido y ahumado. El coño sufridor. Trabajador. De clase obrera o minuto 59 de clase de crossfit. Ése es el mensaje que quisiera dejar a mi descendencia: nunca temáis que vuestras manos se embarren o vuestros labios se llenen de ese sabor singular del ácido úrico de los restos de orín y el componente espeso del flujo premenstrual. Ni siquiera ese olor a celulosa de compresa y pozo abierto y abandonado que a veces impacta en la nariz. Porque el coño de media tarde, el coño esforzado, de mujer inquieta, es el gran placer y a la vez obligación que encontrareis en vuestra vida. Y si lo rechazáis, para mí seréis depravados. Auténticos cobardes y arrogantes. Gente sin alma ni honor. Alimañas y quizás críticos de moda en Mediaset”.

Repudio al hombre blandengue, de la bolsa de la compra y el mandato de que la mujer pase por la ducha antes de meter la lengua en su bisectriz. No hay nada que más asco me dé que esa clase de niñatos. Larga vida al coño de 19.00 horas. Al coño trabajador. Al coño con sabor.

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wOlvERyN

Bien baneado.

Alien_crrpt

#1 No se ha pasado agua y jabón después de mear. Y si no, huele así porque seguramente no usa el videl.

Un chocho que se a lavado antes del sexo no huele a nada ni sabe a nada. Es como pasar la lengua por gelatina o carne de sabor agua.
Incluso cuando empiezan a tirar sus líquidos porque se ponen cachondas. O se corren, siguen sin saber nada.
Incluso si te lo tragas el sabor no sabe a nada o es muy muy suave.

Si te han dado arcadas es que esa tía tiene algún problema. Ya sea genético, enfermedad o de higiene.

1 respuesta
Fxcking

#127 Videl es la de bola de dragón

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HALAMADRID

Pues si no sabe nada, mejor me como una pizza

Me habeis quitado la ilusion
:frowning2:

contris

te has comido seguramente una rica sífilis o alguna infección rica rica. Espero que te hayas lavado la boca después con lejía

W4R__

Se come un chocho pocho y encima le banean

Para que luego digan que Dios no castiga dos veces

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dynamic

Lo ideal es un lavoteo en el bidé antes del sexo, pero claro ya depende de como se lo vaya a tomar cada persona..

Alien_crrpt

Deberia estar por ley la instalacion de bidel en todos los cuartos de baño.

HALAMADRID

Si aqui la mayoria de gente se pone de rodillas en tal de comerse un coño, un sabado noche de fiesta.
Con todo el toto sudado, meado y vete tu a saber que.

NigthWolf

Es que las pollas son mucho mas higienicas lo mires como lo mires. Los coños estan siempre supurando porque asi es como estan biologicamente diseñados, la capa de celulas ciliadas se encargan de crear un flujo constante para mantener la zona limpia, igual que en el la traquea y en otras zonas del cuerpo (aunque muy pocas).

Los coños recien lavados se "ensucian" por si solos en cuestion de horas. Hay que comerselos rapido, como con los zumos recien hechos para que no se vayan las vitaminas.

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