Ha sido hace escasos minutos, mientras visionaba capítulos trilladisimos de La Que Se Avecina, después de una gran noche riéndome demasiado, y tras tomarme un gran vaso de leche con krispies, cuando he decidido que iba a tomarme unos cacahuetes.
Maldita la hora de tal decisión...
Nada me hacía imaginar que entre esa bolsa de cacahuetes me esperaba, silencioso y paciente, un asesino minúsculo. Un gusano, verde y asqueroso, se retorcía en el interior de un apetitoso fruto seco. Patidifuso por la inmensa luz que le entró a su guarida, se movía hacia los lados buscando oscuridad.
Y en la otra mitad, sus hijos. Una veintena de pequeños huevos-gusanos que esperaban para introducirse en mi cuerpo y reproducirse en masa y convertirme en el primer infectado de la historia por los gusanos del cacahuete.
Pero gracias a Buda me dí cuenta al abrirlo y que se me cayera en el plato...
Y ahora os estareis preguntando... ¿Y si no te lo has comido para qué coño me estás contando esta mierda de estar contaminado? Pues porque en las cáscaras de los cacahuetes vienen
y el otro ya estaba en mi hambrienta tripa...
Aquí es donde estra el juicio de Mediavida... ¿Soy el primer contaminado del gusano del cacahuete? ¿Esparciré una terrible plaga por todo el planeta? ¿O por el contrario sólo era ese el infectado y he salvado mi pellejo y el de la humanidad?
Aquí las pruebas. Juzguen ustedes mismos: