Mucha gente cuenta que ha tenido problemas con gitanos, pero la verdad es que a mí siempre me han tratado bien. Una vez daba clases particulares junto a tres gitanos y todos me trataban bien. Eran un chico y dos chicas, las chicas incluso se acordaron de mí una vez que me vieron años después y me saludaron efusivamente. En una clase de 1º de Bachillerato tenía una compañera gitana y me trataba bien, era simpática conmigo. Y cuando me he encontrado con gitanos por la calle siempre me han mirado bien, ningún gesto de antipatía en ellos. Una vez me llevó en su taxi una taxista gitana y me dijo que yo era una persona muy especial y que le había gustado llevarme.
Yo creo que, como soy un individuo rechazado, marginado y excluido de la sociedad, los gitanos se identifican conmigo, ya que ellos también son una etnia rechazada, marginada y excluida de la sociedad. De ahí que me tengan simpatía.