Me llamo Mahthom Iq Seerva.
Soy el guardián winnariano de la Crónica de los Custodios, y escribo estas líneas desde la ancestral Torre de los Cronistas, en la antigua Ciudad Mecatol. Desde que heredé los deberes de cronista de mi padre, he disfrutado del evocador panorama de sus grandes edificios, sus torres arcaicas y las rutilantes luces de la vida que se extienden hasta el horizonte. Pero al igual que la sombra que nace a mis pies, no puedo escapar ni olvidarme de las mortalmente finitas fronteras de esta urbe. A menos de mil leguas de mi torre se erigen inmensas pantallas de energía que nos protegen de las ponzoñosas nubes de polvo del Mar de la Desolación, el terrible yermo que cubre la mayor parte del planeta.
Mi gente, los winnarianos, ha mantenido esta ciudad a salvo durante más de tres mil años. Desde los tiempos del Azote hemos velado por el Trono Imperial, los Archivos Imperiales y el Consejo Galáctico aquí, en Mecatol Rex. Puedo afirmar que nos hemos mantenido fieles a la promesa que hicimos al último Emperador.
Escribo esto con mano temblorosa, pues los más recientes acontecimientos me inducen a pensar que se avecinan grandes cambios. Auguro el fin de nuestra labor como Custodios; incluso creo que llegaré a verlo en vida.
Ése es el motivo de esta misiva. En ella procuraré ofrecer un sucinto y veraz resumen de la historia reciente de nuestra galaxia. Os brindo este conocimiento porque sé que os encargaréis de divulgarlo. Nos esperan años turbulentos, y temo que la galaxia se verá necesitada de las lecciones del pasado.
Se dice que los emperadores lazax surgieron de entre las cenizas de los monarcas mahactos. Poco se conoce de su auge inicial, pero no cabe duda alguna de que los lazax debieron de ser una raza benévola de agudo intelecto y gran sabiduría. Tras alcan zar la hegemonía, sabemos que los lazax escogieron el céntrico planeta Mecatol Rex como su mundo natal. El año en que los lazax llegaron a Mecatol Rex quedó registrado en la Crónica Imperial como «el primero», y señala el comienzo de mi relato.
Las fronteras del Imperio Lazax se expandieron durante siglos. Cuando se hallaban sistemas habitados y en consecuencia se anexionaban al Imperio, los Lazax permitían que las civilizaciones recién descubiertas se incorporasen al Consejo Galáctico, un organismo gobernante que representaba las necesidades y voces de los pueblos del Imperio. Todas las Grandes Razas (Xxcha, Hacaníes, Letnev, Hylar, Humanos y N’orr) tenían representación en el Consejo, al igual que varios centenares de civilizaciones menores y sistemas independientes.
Pero con el paso de los años, el descubrimiento de nuevas civilizaciones y sistemas planetarios fue disminuyendo. La actitud del Imperio cambió paulatinamente debido a la remisión de su desarrollo tecnológico e intelectual. En su afán por no ver frenado su progreso, las Grandes Razas comenzaron a interesarse por el poder de los Lazax y los recursos de sus vecinos. La codicia y la ambición arraigaron en los corazones de los políticos y los miembros del Consejo. El antaño noble espíritu del Imperio se tornó suspicaz y temeroso. Fue en aquel entonces cuando se documentaron en la Crónica Imperial los primeros conflictos entre las Grandes Razas. El Consejo Galáctico se convirtió en un semillero de intrigas, y la tormenta resultante trajo consigo una era de espionaje y magnicidios. Primero en secreto y más adelante a la luz pública, las Grandes Razas comenzaron a reunir flotas y ejércitos. Muchas adoptaron una política de expansionismo territorial que se extendía más allá de sus fueros originales. Proliferaron tensiones fronterizas y disputas por los recursos que socavaron los mismísimos cimientos del Imperio. Fueron momentos de creciente oscuridad que actualmente se conocen como la Era del Ocaso.
Durante la mayor parte de aquel periodo los lazax aún ostentaban una autoridad incuestionable. Salvo algunas rebeliones menores tan escasas como infructuosas, pocos se atrevían a desafiar abiertamente a sus emperadores. Cegados por milenios de soberanía incontestada, los lazax no supieron percibir la ambición y el descontento que crecían en torno a ellos. Con el paso de los siglos las tensiones entre las Grandes Razas se acentuaron, y con ellas su deseo de poder y de control. Al final el odio era lo único que tenían en común: el odio hacia los lazax, hacia el régimen imperial y hacia la benévola arrogancia de sus emperadores.Una rencilla menor junto al agujero de gusano de Quann fue la chispa que prendió la llama de la guerra en toda la galaxia.
A modo de protesta contra la supervisión imperial de las rutas comerciales, el Barón de Letnev decidió cortar el tráfico que circulaba a través del agujero de gusano de Quann. Consciente de la habitual naturaleza problemática de los quisquillosos letnev, pero con más indiferencia que preocupación, el Emperador apeló al Consejo Galáctico para tratar de resolver el conflicto.
Pero el bloqueo había interrumpido considerablemente los intereses comerciales de la Federación de Sol y privado de suministros básicos a un puñado de colonias humanas que pronto cayeron víctimas de hambrunas y epidemias. Después de casi ocho meses de infructuosos debates en el Consejo Galáctico, la paciencia de la Federación terminó agotándose. Sin previo aviso, las naves de bloqueo de los letnev fueron atacadas y aniquiladas por un destacamento especial de Sol que actuó sin permiso imperial; el Paso de Quann quedó expedito de nuevo.
Encolerizado por las intervenciones militares que tanto humanos como letnev habían llevado a cabo de manera unilateral, el Emperador trató de reafirmar su autoridad promulgando el Decreto de Maandu, una ley que sometía todas las naves de guerra a la supervisión imperial directa.
El Decreto de Maandu fue la gota que colmó el rebosante vaso del Imperio. Las civilizaciones letnev, humana y jol-nar declararon su retirada inmediata del Consejo, y la galaxia entera se sumió en una guerra civil. La Crisis de Quann supuso el inicio de la Era del Crepúsculo.
Mientras las civilizaciones se enfrentaban entre sí, librando miles de disputas territoriales en el transcurso de pocos años, los lazax realizaron un desesperado intento por mantener la cohesión de su fragmentado imperio. Las flotas imperiales batallaron por toda la galaxia, pero en última instancia su número no bastó para abarcar toda la extensión del Imperio. En el septuagésimo tercer año de la guerra, una alianza de Sol, Jol-Nar y Hacan lanzó un ataque sorpresa contra el mismísimo Mecatol Rex. El último de los emperadores lazax murió junto con toda su familia durante los bombardeos iniciales de la Federación, y no se designó sucesor alguno.De todos los planetas de la galaxia, ningún otro quedó tan devastado por la guerra como Mecatol Rex. En tan sólo unos años el ecosistema planetario fue arrasado por los bombardeos, su población se vio exterminada casi por completo y sus verdes campos de cultivo quedaron reducidos a yermos irradiados.
Tras la muerte del Emperador y la pérdida del planeta que albergaba su trono, el control imperial se desmoronó. Los lazax fueron perseguidos por toda la galaxia en una vengativa oleada de asesinatos conocida como el Azote, una represalia de sólo veinte años que provocó la aniquilación casi total de su especie. Hasta hace muy poco llevábamos más de tres mil años sin ver a un solo lazax en toda la galaxia.
Las Guerras del Crepúsculo continuaron durante siglos, pero ninguna de las especies era lo bastante poderosa como para hacerse con el trono sin arriesgarse a sufrir un destino similar al del último Emperador. El poder de las grandes civilizaciones fue mermando gradualmente a medida que sus economías se desplomaban y el constante esfuerzo bélico hacía desaparecer sus conocimientos y sus tecnologías.Y así llegó el final de la Era del Crepúsculo, con un lento y prolongado estertor. El periodo posterior, que hoy en día conocemos como los Años Oscuros, supuso un declive económico, cultural e intelectual. Las Grandes Razas se retiraron a la seguridad de sus pequeños feudos espaciales, abandonando todo lo que sus magras fuerzas ya no le permitían conservar. Varios milenios después los Años Oscuros tocaron a su fin y dio comienzo una nueva era de reconstrucción, marcada por la paz pero también por la incertidumbre.
Cuando escribo estas líneas, las Grandes Razas de la galaxia ya han recuperado parte del poder que ostentaran antaño. Aquí, en Mecatol Rex, el Consejo Galáctico vuelve a ejercer su influencia una vez más; civilizaciones antiguas y recientes se disponen a colonizar de nuevo los sistemas que fueron abandonados durante los Años Oscuros.
Hay indicios por doquier de que se avecina un gran cambio. Este mismo año, como surgidos de una antigua profecía, los lazax han regresado de entre las tinieblas de la historia transfigurados en ominosas formas cibernéticas. A mi entender su llegada es el primer soplo de viento que barrunta una pavorosa tormenta. Siento como si toda la galaxia estuviese despertando, cual bestia primordial que se despereza tras su prolongado letargo en una oscura caverna. Pronto llegará el día en que sea coronado un nuevo Emperador. Por el bien común espero que tenga no sólo el suficiente poder para ocupar el trono, sino también la fuerza necesaria para garantizar la paz galáctica.Pues de no ser así, temo que nos ahogaremos en un mar de desolación.
Twilight Imperium es un juego de estrategia táctica con una gran narrativa, en el que los jugadores se ponen al frente de una de las veinticinco civilizaciones únicas para competir por la supremacia interestelar mediante la guerra, el comercio, alianzas inciertas y la dominación política.
Jugadores: 3-8
Duracion de partida: 240-600 minutos
Complejidad 4.24 / 5.00
Diseñadores: Dane Beltrami, Corey Konieczka, Christian T. Petersen
Pagina en BGG: https://boardgamegeek.com/boardgame/233078/twilight-imperium-fourth-edition/forums/0
Wiki: https://twilight-imperium.fandom.com/wiki/Twilight_Imperium_Wiki
Twilight Imperium IV
La profecia de los reyes
Recursos
Aprende a jugar - Ingles (Subtitulos español)
Aprende a jugar - Español
Podcast
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Canal dedicado al Lore:
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Canal dedicado a estrategias y gameplay
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Asistente de juego:
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Generador de mapas:
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Sumario de facciones:
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Calculadora de batallas
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