Capítulo V: A House Divided
Tras la victoria ante Francia y la recuperación de los legítimos territorios de Alsacia y Lorena, los monarcas de los estados de Baden, Württemberg y Baviera aceptan enviar representantes al Reichstag y someterse a su autoridad. El 30 de agosto de 1854, en la Galería de los Espejos del Palacio de Versalles, en la derrotada Francia, se proclama Emperador Alemán a Federico Guillermo IV de Prusia. Un día de celebraciones y jolgorio que ocupa la primera plana en la prensa de todo el mundo. Muchos contemplan este momento con temor, pensando en cómo afectará esta nueva potencia al delicado balance de poder en Europa. Durante las celebraciones en Versalles, una idea queda clara, ¡esta no será la última vez que el mundo oiga hablar de Alemania!
Así queda el mapa de Europa, con el Imperio Alemán en todo su esplendor.
Para Francia, esta no es una derrota más. La joven monarquía de Napoleón III se ha desmoronado y los republicanos han proclamado la Tercera República. Sin embargo, es cierto que los ideales bonapartistas siguen teniendo gran influencia en el gobierno francés.
Resuelta la cuestión de la unificación alemana, es tiempo de cerrar heridas entre hermanos. Los gobiernos imperiales, ahora como iguales, firman un pacto comprometiéndose a brindarse apoyo militar mutuamente.
Para ser realmente una gran potencia, es imprescindible poder proyectar poder en todo el mundo. Una de las primeras decisiones de Federico Guillermo como Emperador es encargar al Ministerio de la Guerra la creación de una armada. Crear una armada desde cero es una tarea titánica, motivo por el cual se decide empezar por un proyecto más pequeño. Fletar una escuadrilla que sirva como transporte de tropas para poder llevar acabo una empresa colonial en África Occidental.
Aunque la ingeniería alemana es envidiada mundialmente, y nuestras universidades gozan de gran prestigio, en el aspecto naval se encuentran claramente por detrás de otras potencias. Esta también será un área en la que el gobierno se centrará los próximos años, potenciando la investigación en asuntos marítimos.
Entre tanto, se organizan las fuerzas de los estados de Baden y Württemberg para defender los territorios de Alsacia-Lorena. El revanchismo en Francia es elevado, y hay que estar previstos ante cualquier posible ataque.
Esta es la situación de África Occidental a finales de 1854. Algunas potencias europeas tienen ya presencia en la región,pero en general es bastante limitada. Tras considerar varias posibilidades, el gobierno imperial decide que la mejor opción es concentrar nuestros esfuerzos en la zona del delta del río Níger. Es una zona políticamente dividida, con prácticamente nula presencia europea, y estratégicamente muy bien situada.
Unos cien mil nacionalistas checos se levantan en armas a lo largo de toda la región de Bohemia. Aunque el ejército Austrohúngaro está de sobra preparado para hacer frente a la revuelta, es un claro síntoma del fervor nacionalista que se vive en Europa en los tiempos actuales.
Tal y como estaba previsto, el lavado de cara democrático que se le dio a nuestro gobierno hace algunos años no ha supuesto ningún cambio práctico en el funcionamiento del mismo, estando el control de la nación firmemente en las manos de los mejores líderes y los hombres de confianza de Su Majestad Imperial.
¡Alzamiento Polaco! Con la nieve de enero cubriendo gran parte de Europa Central, un gobierno en la sombra declara la independencia de Polonia. Esto supone una situación comprometida para nuestro gobierno. Por un lado, Prusia fue uno de los estados que se benefició de las particiones de Polonia-Lituania a finales del siglo pasado, incluso llegando a ocupar Varsovia. Por otro, tras los tratados firmados en Viena, Los territorios de mayoría polaca en Prusia no son muy numerosos, y es una oportunidad de oro para debilitar a Rusia. El gobierno polaco insiste en que respeta la soberanía prusiana, así que Federico Guillermo decide mostrar su apoyo a la causa polaca, pero, manteniendo una cierta desconfianza, se decide no enviar apoyo material ni económico a la rebelión.
Gracias al apoyo británico, el gobierno polaco es capaz de legitimarse, y su independencia empieza a ser reconocida al firmar la paz con Moscú. El gobierno alemán envía sin dilación una misión diplomática a la capital, Varsovia, con la intención de asegurar que Polonia esté bajo influencia alemana.
Entre tanto, un golpe de estado liderado por el nacionalista Giuseppe Garibaldi derriba la monarquía sarda. Nacionalistas por toda Italia proclaman la unificación y, en Nápoles, Fernando II de las Dos Sicilias, infante de España, es coronado Rey de Italia. El Papa no reconoce la nueva situación política y sigue considerándose gobernador del centro de la península, pero en la práctica solo controla las inmediaciones de Roma, y es de esperar que, dado el incomparable simbolismo de la ciudad, el nuevo rey pronto decida trasladarse allí.
Y mientras el poder del Papa se desmorona, un campesino chino llamado Hong Xiuquan asegura ser hermano de Cristo y proclama el Reino Celestial en el lejano oriente, con un masivo seguimiento. Desde luego, nadie puede decir que habría predicho todos los sucesos de este extraño año 1855.
En esta situación de inestabilidad internacional, el gobierno alemán decreta ampliaciones masivas de las instalaciones navales en todo el Imperio. Nuevos muelles y mejores y más grandes diques secos, para permitir alojar y mantener una formidable flota.
Para controlar el delta del Níger, se baraja una estrategia doble. Por un lado se enviarán misiones diplomáticas a algunos gobernantes con la intención de persuadirles y poder arrebatarles su territorio cuando estén confiados. Por otro, se lanzará una expedición militar a la pequeña Calabar, con el doble propósito de establecer una base en la zona y de entrenar nuestras capacidades de asalto anfibio.
Una fuerza expedicionaria, comandada por el general Konrad von Hessen-Kassel, se prepara para embarcar hacia África.
El ejército enemigo es inferior numérica y tecnológicamente, nuestras tropas no deberían tener problemas.
Sin muchas complicaciones, las tropas, a las que malamente se las podía llamar organizadas, de esta primitivo pueblo se rinden ante nuestra evidente superioridad.
En mayo de 1857, Alemania tiene oficialmente su primera posesión fuera del continente Europeo, pero no será la última.
En un movimiento que nadie habría previsto hace tan solo un par de años, se anuncia la alianza entre Alemania y Polonia. Muchos siguen desconfiando de esta situación, pero por ahora Polonia está bajo influencia del gobierno alemán y la situación parace ventajosa para nuestro Imperio.
El gobierno alemán decide encargar un buque acorazado tipo Ironclad, el Arminius, al gobierno danés. El propósito es fortalezer la armada alemana, mientras se estrechan lazos con Dinamarca, afianzando nuestro control de la zona centroeuropea.
Acudiendo a la oferta de la Royal Geographic Society, una expedición patrocinada por el gobierno alemán se embarca hacia Egipto, para partir en busca del nacimiento del casi legendario río Nilo.
Las innovaciones tecnológicas nos permiten construir nuestros propios acorazados, estrenando los flamantes astilleros construidos en las costas bálticas.
El 23 de septiembre de 1859 el gobierno francés declara la guerra a Alemania, con la intención de recuperar los territorios perdidos. No sorprende el objetivo francés, pero sí la osadía. La última vez fueron derrotados, pero esta vez Alemania cuenta con el apoyo de las tropas polacas y austrohúngaras. Será una campaña difícil para el enemigo.
Sin considerarse necesario movilizar a los reservistas, los ejércitos alemanes toman posiciones defensivas.
Inexplicablemente, a pesar de haber declarado la guerra, las tropas francesas parecen no estar preparadas y permiten a nuestros generales llevar la iniciativa.
Y no solo en Europa se mueven los ejércitos. Los estados esclavistas de Estados Unidos de América declaran la secesión, y forman un nuevo parlamento en Richmond, Virginia, nombrando a Jefferson Davis presidente de los Estados Confederados de América.
Las tropas francesas se encuentran con las alemanas por primera vez y es como si hubieran acudido al matadero, la superioridad germana es aplastante.
A pesar de que los franceses consiguen cruzar por Luxemburgo, hecho no anticipado por el Alto Mando alemán, empiezan a llegar las primeras victorias de la guerra.
Especialmente sonada es la batalla de Épinal, que queda para los anales de la Historia como una colosal derrota del ejército republicano francés y de sus aliados belgas. Muchas condecoraciones se reparten en nuestro bando como resultado de dicho enfrentamiento.
El 2 de diciembre, y sin haber realizado ningún triunfo militar, el gobierno francés acepta la derrota, cediendo sus posesiones en la Costa de Marfil a la Autoridad Colonial Alemana.
Las tropas de la recién creada Confederación consiguen romper los fuertes de la periferia del Distrito de Columbia, toman la Casa Blanca y secuestran al Presidente James Buchanan.
El filósofo alemán Karl Marx publica en Londres El Manifiesto Comunista, que rápidamente empieza a ganar influencia entre los círculos políticos. Esperemos que sus radicales ideas no tengan mucha aceptación a largo plazo.
Las victorias confederas en la zona de Maryland llevan al gobierno de la Unión a considerar que no merece la pena luchar contra la secesión. Se acepta el armisticio y en las calles de Richmond se celebra la victoria militar y el nacimiento real de los Estados Confederados de América.
Pues bueno, aquí tenéis una entrega un poco más larga para compensar la espera. Han pasado cantidad de cosas raras así que tenía ganas de venir a contarlas lo antes posible. Nunca había visto a las Dos Sicilias formar Italia antes, y no sé cómo será el evento en HPM, pero en el vainilla tienen que ser gran potencia para poder formarla, y aquí, si lo han sido, no me he dado cuenta. Tampoco recuerdo haber visto a Polonia conservar la independencia. Sí había visto a los confederados ganar, pero normalmente dura lo que dure la tregua, a ver qué pasa en este caso.