Tras verse el uno al otro Shaw, confiado ante la apariencia del decrépito héroe, se lanza al ataque para acabar la pelea lo antes posible. Cohen esquiva su carga y le asesta un mandoble en la cabeza, ante lo que Shaw apenas reacciona. Tras un par de espadazos más, Cohen se da cuenta de que algo no va bien, viendo que su rival se vuelve más poderoso con cada golpe asestado. "Ya estáis los villanos de hoy en día con vuestros truquitos. En mis tiempos los señores oscuros se presentaban en batalla cabalgando córceles negros que escupían llamas, y no sin camiseta como un estibador. ¡Si ni siquiera has mandado hordas de secuaces! ¿Ni eso vas a respetar?"
Tras el pequeño discurso de Cohen la batalla continúa, pero Sebastian Shaw nota que pasa algo raro. El vejestorio parece haberse cansado, asestando golpes cada vez más ligeros, apenas arañando su piel, mientras se centra en evitar ser aplastado por sus embites. Los cortes son cada vez más precisos, buscando puntos vitales. Al poco tiempo, una estocada suave como el pedo de un colibrí le secciona una arteria a Shaw, que ve como poco puede hacer sin golpes de los que absorber energía.
"¡A ver, esos magos! Si no queréis acabar como este de aquí, id indicándome el camino para la sala del tesoro de este castillo. Al fin y al cabo, hay cosas que nunca cambian."
Cohen se alza vencedor del duelo y se marcha tras saquear las arcas de Hogwarts.
#364 Hombre, limitada... una cosa es que sean unos vagos y se preocupen más de qué va a haber en el próximo banquete que de aplicar sus conocimientos, pero poderosos lo son un rato (quitando casos especiales como Rincewind o Ponder Stibbons).