En primer lugar, la demagogia, exhibida por ambas partes, a veces llega a ser repulsiva. He visto vídeos en los que a la policía (más concretamente antidisturbios/UIP) se les tacha de asesinos/nazis etc. cuando en realidad no consigo apreciar qué es lo que han hecho que esté mal.
Por otra parte, defender ciertas actuaciones y ciertos comportamientos (por parte de antidisturbios) que cualquier persona con dos dedos de frente y algo de sentido común saben que están mal es sencillamente horroroso y sí, tremendamente demagógico. Hemos visto vídeos, más aun ultimamente, aunque llevamos viéndolos, o yo al menos, desde el principio de las acampadas de 2011 que son sencillamente surrealistas, policías empujando contra coches a chicas paradas competamente enmedio de la calle, puñetazos en la cara a personas que pasaban por allí, porrazos en la cabeza cuando "teóricamente" sólo se debe golpear bajo la cintura, bolazos de goma que incluso, han terminado matando un chaval en el País Vasco (aunque los disturbios no tuvieran que ver con política, si no ando mal de memoria).
A lo que me refiero es que algo huele muy, muy mal, cuando la policía debe estar dando palos casi a diario para dispersar a la gente, y peor aun, algo huele muy muy mal cuando hay quien justifica determinadas acciones. Y esto, en mi opinión, sólo es el principio. Las protestas se van a recrudecer y entonces va a empezar la "fiesta" de verdad, cuando empiecen los derramamientos de sangre, cuando haya algún muerto, cuando a alguien se le escape la porra más allá de lo debido, aquí va a verse cosas muy crudas.
Que los antidisturbios son un cuerpo muy cuestionado y que unicamente están cuando las cosas están jodidas facilitan que se entienda el "odio" que se les tiene, pero eso es resultado de pensar con las tripas. Otra cosa muy distinta es ver vídeos, como he dicho, no ya uno, ni dos, son demasiados, de actuaciones que rayan la psicopatía, y cuando la gente ve eso, es normal que toda la ira que tienen acumulada (y más que tendrán pronto) la descarguen contra quien reprime. Ya no vale el cuento de que son mandados, ya no vale el cuento de que obedecen órdenes con las que pueden no estar de acuerdo, ya van demasiadas actuaciones que se pasan, y mucho, de la raya. Y en mi opinión es tan culpable el que agrede como el que encubre, más bien el segundo tiene más culpa si cabe.
Esto va a estallar más pronto que tarde, y todos los que ahora apalean sin siquiera la posibilidad de ser reconocidos (recordemos que los números de placa están de vacaciones con Curro en el Caribe) van a recibir su merecido, estoy seguro.