Ayahuasca y cáncer

F

Antes de nada, decir que he traducido un tocho de artículo y que me suda el piramidal que no os lo leais, pero al menos no hagáis comentarios idiotas. No hay RPV.

http://www.maps.org/news-letters/v08n3/08322top.html

(agradezco que se me corrijan errores, lo traducía mientras disfrutaba de su lectura)

Ayahuasca y cáncer, la experiencia de un hombre.

Donald M. Topping.
Doctor en lingüística asiático-pacífica
Profesor emérito, Universidad de Hawái
Website: www.drugsense.org/dpfhi

(Tras ser diagnosticado con cáncer de hígado, se le dijo al autor que sus posibilidades de supervivencia eran muy reducidas. Fue a foros yajeceros para una segunda opinión.)

Hace un año no podría haber imaginado que ahora estaría escribiendo sobre dos temas, ambos considerados, por lo general, tabú. Uno es el cáncer. Siempre evitamos hablar del cáncer, la gran C, porque hablar de él es hablar de nuestro miedo a la mortalidad y al dolor. Cuando se rumorea que un compañero en la oficina tiene cáncer, se le mira de otro modo. Evitamos el tema, o se habla susurrando sobre ello.

Por otras y totalmente distintas razones, se habla de la ayahuasca en tonos amordazados. La Drug Enforcement Administration, el gran árbitro de todo producto químico que se mueve por Estados Unidos, es responsable de este tabú, y ha clasificado la DMT, dimetiltriptamina, uno de los componentes de la ayahuasca, sustancia de la Lista I de sustancias prohibidas. Esto significa que es ilegal, incluso para estudios médicos, psicológicos, neurocientíficos e investigación espiritual. Como del cáncer, tendemos a hablar de ella entre susurros.

Como ahora disfruto de los privilegios de haberme jubilado hace poco, y como amigo del cáncer y la ayahuasca, puedo hablar con total libertad de ellos. Digo "amigo" porque ese es el tipo de relación que tengo con ambos.

Mi conexión directa con el cáncer empezó seguramente con mi nacimiento, hace 68 años, que me trajo al mundo con una estructura genética determinada, al menos en parte, por los miembros de la familia de generaciones anteriores que murieron por la metástasis de un cáncer colorrectal. Si existe alguna validez en la teoría de la predisposición genética, yo estaba en línea directa para una experiencia de primera mano con células enloquecidas formadoras de tumores.

Diagnóstico.

Y eso es exactamente lo que me ocurrió hace 10 años cuando me diagnosticaron cáncer de colon. Dado que yo me sentía bien, dudaba de la corrección del diagnóstico, y solicité una biopsia y el estudio de un patólogo. Ya estaba seguro de ello: por medio de un microscopio vi con mis propios ojos esas pequeñas células, amontonadas y multiplicándose como bolas de barro rojo. ¿Cómo pudo ocurrir? Me pregunté.

Cirugía inmediata fue el plato del día. Rogué por experimentar primero con un tratamiento natural. El cirujano y yo acordamos una tabla de 4 meses, durante la cuál seguiría un régimen naturopático: microdosis de distintas sustancias, dieta vegetariana, visualización interna, y tanto ejercicio como descanso. Tras este periodo, la segunda biopsia mostró que no había células cancerígenas. Yo estaba lleno de júbilo; el cirujano parecía decepcionado, y me pidió otra biopsia 2 semanas más tarde, a lo que accedí.

Esta vez fue capaz de escarbar algo de tejido con células cancerígenas, y me convenció de que debía someterme a cirugía. Lo hice, y 5 años más tarde me dijeron que había sido curado gracias a las maravillas de la cirugía.

Recaída

Todo fue bien hasta septiembre de 1996, cuando un examen médico rutinario reveló que mis marcadores de actividad carcinogénica eran altos. Otro análisis de sangre poco más tarde demostró que los marcadores subían rápidamente. Más exámenes fueron llevados a cabo, durante los cuales se vieron 2 manchas oscuras y sospechosas en el lóbulo derecho de mi hígado. Se hizo una biopsia de esa zona sombreada. El veredicto del patólogo: la gran C.

Habiendo perdido a un abuelo y a mi padre por un cáncer de hígado, me preocupé seriamente sobre este diagnóstico. ¿Qué hago? De una entrevista preliminar con uno de los oncólogos supe que la cirugía era una posibilidad, dando por hecho que no había más tumores en otros órganos vitales o glándulas linfáticas. Esto significaba más pruebas y exámenes.

Pronóstico

Mientras esperaba por los resultados, fui a la biblioteca médica de la Universidad de Hawái para investigar un poco sobre el cáncer de hígado. Me recomendaron la "biblia" de la oncología, una publicación de 2 volúmenes titulada "Cáncer: Principios y Práctica de la Oncología (1989)", editado por Vincent T. DeVita, Jr. Hojeé hasta la sección 3: "Tratamiento de metástasis hepáticas", por John E. Niederhuber y William D. Ensminger. El primer párrafo tenía las siguientes esperanzadoras y halagüeñas palabras:

"La difusión de células malignas de un tumor hepático y su crecimiento lleva consigo un mal pronóstico para el paciente. Aunque estos tumores hepáticos metastáticos son la evidencia principal del avance del cáncer del paciente y que a menudo son los únicos tumores detectados, casi siempre significan una amplia expansión de las células malignas por el organismo. A pesar de las mejoras en la detección de metástasis hepáticas tempranas, nuevo desarrollo de medicamentos, técnicas quirúrgicas depuradas y distintas e innovadoras terapias, la mayoría de los pacientes no sobrevive." (página 2201)

El resto del capítulo se dedicó a sostener con estudios y cifras ese sombrío pronóstico. En una palabra, mi futuro era negro. Hasta que empecé a buscar información sobre terapias alternativas.

Búsqueda de una alternativa

Primero me dirigí al Doctor Andrew Weil, que me recomendó lo siguiente: 1) extirpación del tumor, si fuera posible; 2) tomar microdosis de extracto de un hongo llamado maitake; 3) leer el libro de Michael Lerner, "Elecciones para Sanar".

Mientras esperaba mis pedidos de maitake y el libro de Lerner, tuve nuevos encuentros con cirujanos, cuyas palabras no eran exactamente "tranquilizadoras". Me dijeron que mis posibilidades de supervivencia eran del 20-30%. Otro lo puso por debajo del 15%, incluyendo los riesgos de procedimiento quirúrgico. Parecía que ellos también se habían leído la biblia del cáncer de DeVita. También me dijeron que, si la cirugía era posible, debería continuar con un tratamiento duro con quimioterapia para matar toda célula cancerosa que quedase (junto con una mayoría de células sanas) que indidablemente estaban dando vueltas por mi flujo sanguíneo.

Cuando llegó el libro de Lerner por correo, me senté y leí a través de sus 621 fascinantes páginas tan rápido como me fue posible. Al mismo tiempo, comencé a tomar el extracto de maitake, y a prepararme física y mentalmente para la cirugía y lo que siguiera. En este periodo descubrí más documentación sobre terapias alternativas, incluyendo la Essiac, dietas macrobióticas, reiki y enemas de café, todas las cuales ofrecían tanta o más esperanza de la que ofreció la biblia del oncólogo.

Cirugía

El cirujano (Doctor Payne), extirpó la mitad derecha de mi hígado el 26 de noviembre de 1996. En los siguientes 5 días estuve conectado a varios catéteres, uno de los cuales me chutaba morfina directamente en la espina dorsal. No fue hasta mi alta del hospital cuando me di cuenta de los daños que había sufrido mi cuerpo, no sólo a base de cuchillo de cirujano, sino también por la mezcla de drogas que era parte del arsenal de esta invasiva cirugía. Sólo pensar en los estragos de la quimioteramia era aterrador.

En algún momento de este periodo de dolorosa recuperación de la operación, recordé haber leído algo, en algún sitio, sobre las propiedades curativas de la ayahuasca. No le di mucha importancia en el momento, ya que era bastante poco probable que me fuera de picnic al Amazonas, y no estaba especialmente interesado en la experiencia psicodélica. Aún así, la idea persistía en mi mente, que todavía daba vueltas de las heridas físicas y psíquicas de la cirugía, cuyos beneficios resultaban dudosos.

Tres semanas tras la operación, fui a mi cita con el oncólogo, que me propuso comenzar con la quimioterapia de inmediato. Cuando le dije que había decidido no seguir ese tratamiento porque no creía que un nuevo asalto contra mi cuerpo no sería beneficioso, pareció sentirse ofendido, incluso insultado. Cuando le hablé de mi plan de seguir un programa de terapias alternativas, se rió por dentro, pero me deseó suerte.

A principios de abril escuché sobre un grupo que tomaba ayahuasca en la Isla Grande de Hawái. Empecé a preguntar sobre ello, lo que me llevó a un hombre joven que había estado con el grupo en varias experiencias, u "obras", como se llamaban por la Iglesia Brasileña de Santo Daime. Nos citamos en mi casa una tarde, y hablamos sin parar, durante más de 3 horas, sobre el sacramento y sus propiedades sanadoras a nivel físico y psíquico. Me sente fascinado y escuché, concluyendo que debía encontrar un camino hasta esta experiencia, para ver por mi mismo si lo que había leído y escuchado era cierto. ¿Podría ser una verdadera experiencia curativa, o sólo un viaje psicodélico?

Unas semanas más tarde supe que iban a haber "obras" en la Isla Grande, y que podía unirme al grupo. Acepté la invitación sin dudarle, pese a que todavía me sentía débil por la operación. Esta fue mi intruducción a la ayahuasca.

El grupo se juntó una tarde en una colina aislada donde un devoto de Santo Daime construyó su casa, que consistía en una gran sala hexagonal con 3 ó 4 dormitorios a los lados (más tarde supe que el hexágono es un símbolo importante en Santo Daime). Unas 60 personas de todo Hawái se encontraron para el evento, al que la mayoría había asistido antes. Todos íbamos vestidos de blanco (era obligatorio), y cuando llegó la hora de comenzar nos sentamos en sillas que se habían dispuesto en 2 semicírculos, uno frente al otro, hombres a un lado y mujeres al otro. Me empecé a dar cuenta, para mi sorpresa, de que estaba en una experiencia de grupo fuertemente estructurada, algo que en ningún momento deduje de mi reducido estudio sobre cómo se usaba tradicionalmente la ayahuasca en el Amazonas. No obstante, seguí la experiencia con esperanza, además de detenimiento e incluso miedo. El dolor de la operación, que persistía, era un recordatorio constante de por qué estaba ahí.

No describiré los rituales de Santo Daime que presencié en las 2 noches sucesivas de "obras". Ya se han descrito en muchos otros sitios. En su lugar, me centraré en mi propia experiencia, para la cual, al fin y al cabo, no estaba preparado. Mi único marco de referencia eran unas pocas experiencias con LSD, hongos alucinógenos y mescalina allá por los 60, ninguno de los cuales estaba asociado a la sanación. Quería descubrir qué era lo que tenía la ayahuasca que llevaba a la gente a hablar de su capacidad de curar y enseñar.

Primera sesión

Tras unos rituales preliminares, nos alineamos para tomar nuestra primera taza de la poción tras la puesta de sol. Tomaríamos una segunda dosis unas 2 horas y media después. En 20 minutos empecé a sentir lo que parecía una lejanamente familiar ondulación recorriendo mi cuerpo. Cuando miré alrededor, me di cuenta de que el resto hacía lo mismo, mientras se recostaban en sus sillas e intentaban cantar en portugués. En este momento empecé a preguntarme si había hecho la decisión correcta.

Entonces, de repente, la planta me agarró y me sujetó, me llevó en un largo viaje a través de otra realidad, una para la que no estaba en absoluto preparado. Cuando intento describir la experiencia con la ayahuasca a otras personas que saben algo sobre psicodélicos, les digo que la LSD o las setas distorionan y dan nuevas formas y sentidos a la realidad con la que eres familiar, la ayahuasca te lleva a otra realidad que no has visto ni imaginado jamás.

En cuanto cerré los ojos, imágenes (si se les puede llamar así) empezaron a moverse a ingente velocidad ante mí. Torbellinos de colores, figuras, formas, texturas y sonidos que literalmente me arrollaron hasta el punto de quedarme completamente inmóvil. Como muchos otros antes que yo, sin duda, me sentí aterrado. ¿Qué es lo que he dejado entrar en mi cuerpo? Cuando abrí los ojos, la fantasmagoría de formas se desvaneció, y me vi a mí mismo en la misma habitación con el resto, todos de blanco, casi todos moviendo los labios según las canciones que cantan los brasileños del Santo Daime. Cerré los ojos de nuevo, y las imágenes volvieron con mucha mayor intensidad. Parecían intentar entrar en lo más recóndito de mi cuerpo y alma. Pensé "oye, esto no es demasiado divertido".

Durante este periodo de desorientación inicial, fui capaz de concentrarme en aquello que me trajo aquí. Estaba condenado. Los oncólogos y su biblia me dijeron que apenas tenía posibilidad de sobrevivir. Vine por la ayahuasca para tener una segunda opinión. Entonces fue cuando lo dejé fluir, cuando deje a la planta hacer lo que tuviese que hacer. Así fue como comencé a recibir el primer brillo del increíble y aturdidor mundo de la ayahuasca. No había vuelta atrás. No había nada que hacer ahora, salvo dejar que suceda.

Visiones de la ayahuasca

Como otros ya han dado cuenta, vi plantas, serpientes, pájaros y animales parecidos a jaguares volando, dando vueltas, retorciéndose y corriendo a la velocidad de un rayo y atravesando todo mi cuerpo, como si estuvieran explorando un nuevo hábitat. Al principio no me prestaban atención, aunque intenté detenerlos cuando se acercaban. Luego uno de ellos se dirigió corriendo hacia mí, paró un instante, y escapó como si tuviera un importante asunto que atender en otro lugar. Entonces otro apareció junto a mi cara, e hizo lo mismo. No había tiempo para intentar comunicarme con esos seres que veía. Era como si estuvieran tomando nota de todo lo que yo era y qué ocurría dentro de mí, antes de intentar hablar.

Algo después (uno pierde sentido de la temporalidad con la ayahuasca) las figuras empezaron a moverse más lentamente y su intensidad a difuminarse. Los efectos empezaban a bajar, pronto en contra de mi voluntad. Mis preguntas, cualesquiera que fueran, aún no habían sido contestadas. En aquel momento, el líder de Daime hizo una señal para ponernos en fila para una segunda dosis del jugo. Me puse en la cola. Entre las 60 personas muchas de ellas han sufrido alguna purgación sea vomitando o defecándose, aunque yo no estaba entre ellos.

Según la segunda oleada venía hacia mí, me sentía mucho más relajado y listo para hablar con los animales, si es que ellos se dignaban en hablar conmigo. Como dándome una indicación, las veloces figuras se paraban junto a mí, me miraban y sonreían poco antes de salir disparadas de nuevo hacia su mundo. Entonces, sin esperarlo, vi un profundo y negro vacío. Nada salvo oscuridad, que permaneció ahí durante lo que parecieron minutos. Todos los destellos, colores y formas desaparecieron mientras la oscuridad me cubría. Sentí como si la muerte hubiera tomado la palabra. Parecía decir "sí, yo también estoy aquí, parte del sistema, pero no soy tan mala, así que no temas". En unos instantes, la oscuridad empezó a desvanecerse lentamente dejando paso a una locura caleidoscópica hasta que el brebaje y yo nos agotamos. Tras esto, volví a casa de mi amigo para un largo e irregular sueño.

Segunda sesión

El grupo de 60 personas se reunió de nuevo la tarde siguente para otra sesión de "obras", que comencé mucho más tranquilo, con la esperanza de recibir otro pedacito de entendimiento de la planta. Al final fue una falsa esperanza, probablemente porque la planta no tenía nada más que decirme. Sin embargo, durante el segundo viaje sentí otra vez la presencia de la planta por mi cuerpo, curioseando y toqueteando en cada rincón y recoveco en busca de algo sobre lo que trabajar, algo que enderezar, de poner en orden, de pulor. Hubo una presencia definida, con figuras, colores y sonidos parecidos. Pero, al contrario que la primera vez, no hubo mensaje alguno que pudiera discernir. La planta estaba ocupada haciendo su trabajo.

Varios meses pasaron antes de mi siguiente experiencia con ayahuasca. En este intermedio, continué con mi dieta vegetariana y con las hierbas chinas. Ganaba gradualmente peso y vigor, mientras las cicatrices y el dolor de la intervención se curaban. Quería visitar otra vez a la planta para ver si había algo nuevo que tuviera que decirme, y para saber si mi primera experiencia fue un meramente ilusoria.

Tercera sesión

Tuve suerte, y me encontré con una persona que estudió la ayahuasca en Perú, aprendiendo de los chamanes. Cuando le dije lo que estaba buscando, accedió a guiarme a mí y a otras 4 personas en una sesión. Esta vez el entorno y mi estado mental eran totalmente distintos. Tras tomar un baño en el agua del mar, conducimos hasta el final de una carretera montañosa, dejamos nuestro coche y anduvimos hasta un punto aislado, un pequeño descampado en las montañas Wai'anae de O'ahu, rodeadas de un denso follaje y con una vista directa del océano pacífico en dos direcciones. Se llaman las Tierras Altas de Pupukea. Yo estaba listo para que los espíritus entraran en mí. Nuestro grupo era pequeño, y todos habíamos aprendido y teníamos respeto hacia la planta y sus poderes. Ese era nuestro punto en común.

Llegamos allí con el tiempo justo para prepararnos para el anochecer sin luna. A la luz de las velas hicimos respiraciones progundas y entonaciones para prepararnos para tomar el brebaje. De modo ceremonial, incluyendo caladas de tabaco junto a la bebida, tomamos turnos para beber. Poco después, nuestro guía apagó las velas, diciéndonos "Recordad, la planta sabe lo que hace". El aislamiento, el silencio y la oscuridad eran increíbles.

Me coloqué cómodamente en el suelo, con mi espalda conrta el tronco de un gran árbol de fina corteza. Estaba tranquilo y relajado, cerré mis ojos y esperé a la planta. Una vez más, tras unos 15 minutos, empecé a sentir esa ondulación familiar. Pero en esta ocasión, esa ondulación se convirtió en una tremenda turbulencia. La planta estaba suelta, y corría salvajemente reconociendo el nuevo entorno. Era como si se hubiera soltado un animal enjaulado dentro de mí y se estuviera divirtiendo como nunca.

Según las imágenes empezaban a aparecer, vi en ellas un aire de júbilo y exuberancia. Las serpientes sonreían, los jaguares reían, los pájaros gigantes me recorrieron de arriba a abajo acariciándome con sus alas extendidas. Un desfile de personas, conocidas y desconocidas, fluía, y cada una de ellas sonrreía y se acercaba a tocarme y a decirme con la mirada que me querían. Las serpientes y las plantas, retorciéndose y parpadeando ante mí, me sonrieron diciéndome que habían mirado dentro de mí y que todo estaba bien. A medida que avanzaba la experiencia, este ciclo se mantuvo repitiendo. Imágenes que venían hacia mí a enorme velocidad, sonriéndo, riendo, para luego apartarse y dar una vuelta por todo mi organismo. Me escuché a mí mismo una risa contenida, bajo el cielo estrellado.

¿Dónde estaba la oscuridad que había conocido antes? ¿Dónde estaba la señora Muerte? Me pregunté. Fue así, como si la planta hubiera oído mi pregunta, cuando vi el vacío. Sólo que esta vez estaba lejos. Parecía espiar desde detrás de la función de colores vibrantes y figuras, como diciendo "todavía estoy aquí, no te preocupes. No es nuestra hora aún". Y desapareció. Según la tarde se convertía en noche, y la noche en mañana, veía las imágenes perdiendo velocidad y desapareciendo, casi de forma reacia. Vivimos un gran momento esa noche, desde luego.

Cuarta sesión

Cerca de un mes después de esa noche memorable, volví a las Tierras Altas de Pupukea para una nueva sesión, esta vez con un grupo distinto de 6 personas. Estaba preparado para repetir la experiencia, otra excitante exploración y consuelo de la planta. Pero no fue lo que debía ser.

Esta vez llovía, lo que nos obligó a compartir espacio en una tienda improvisada. De nuevo, seguimos los procedimientos anteriores de tiempo, respiración, entonación y la ingesta ceremonial de la bebida. Me tumbé y esperé a que comenzara la acción. Esta vez la subida fue mucho más gradual y en ningún momento alcanzó la intensidad del viaje anterior. Las imágenes estaban ahí: pájaros, serpientes, plantas, gente... pero mucho menos energéticos, casi descontentos. Parecían decirme "ya hemos venido por aquí y ya te dijimos lo que vimos, hagamos algo nuevo". Como comencé la experiencia con una agenda fija y espectativas definidas, la planta reaccionó como si estuviera atada. Ahora veo que fue mi culpa por no creer en la planta y dejarla llevarla iniciativa.

Si la ayahuasca pudiera hablar, estoy seguro de que en el primer viaje a Pupukea me habría dicho "Toma esta energía que te doy, y corre con ella. Agárrate a uno de los animales y corre con él. Nada te impide alzarte sobre las nuevas alturas del consciente y de la vida". Ese era el mensaje que obtuve la primera noche en Pupukea.

De vuelta al médico

Dos semanas después de la cuarta sesión, fui a la cita que tenía con mi oncólogo. Me saludo cálidamente, y me dijo que los resultados del análisis de sangre de la semana anterior mostraron unos valores de los marcadores fuera de lo normal. ¡Por debajo de lo normal! Cuando me preguntó qué era lo que había hecho para provocar esto, y le pregunté si alguna vez había oído hablar de la ayahuasca. Su contestación fue la de esperar de un médico versado en medicina alopática occidental. Llegué hasta a explicarle que es una planta medicinal usada durante siglos en el Amazonas por chamanes y curanderos, momento en el que elevó sus cejas, se encogió de hombros, y sin duda pensó para sí mismo "¿De dónde coño ha salido este lunático?". Terminó la consulta con un "eres uno de los pocos afortunados".

¿Afortunado? Quizá no. Pero ignorar mi recuperación contra todo pronóstico como si no fuera mas que suerte es ignorar siglos de experiencia de gente que ha aprendido a vivir con plantas y comprenderlas cuando hablan. Dada mi experiencia hasta ahora, he aprendido a respetar y a escuchar a la planta, así como a aquellos que saben interactuar con el mundo de la planta. Con más experiencia, espero aprender algo de ese idioma. Continuaré tratando mi cuerpo y mi espíritu con ayahuasca, y trabajaré para enseñar a otros a respetarla. Como profesor retirado, la parte de enseñar debe salir de mí con facilidad. En mi actual rol como reformista de la política de drogas, haré todo lo que pueda para liberar a la planta de las restricciones que la DEA ha colocado sobre ella de forma tan arrogante y caprichosa. Espero que todo el mundo que lea este artículo se una a mí en el esfuerzo.

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Donald M. Topping murió en 2003, irónicamente, por una recaída de su primer cáncer, el de colon.

DEP

Cortez

Ayahuasca, según se, que es una droga que ves muertos y cosas de esas no? y lo flipas tremendaentee

Zc3Dr1ck

Cómo sobra el tiempo a los mediavideros en verano.

p.d: lo imprimo y me lo leo en la cama

#4 5 páginas en B/N tampoco es para tanto...En su defecto me lo puedo leer en el baño :D yo leo tochos en la cama o en el baño exclusivamente xdd

Cortez

#3 como te sobra el papel y la tinta

Gasolina

Cortez, mejor lee:

http://www.mind-surf.net/drogas/ayahuasca.htm

Cortez

#5 xDDDDDDDDDDDD como lo tripea la peña no?

Gasolina

Bueno, no digo que no puedas ver muertos pero vaya es como decir que con las setas ves enanitos. Es curioso leerlo la verdad.

Cortez

#7 pero eso es verídico? lo has comprobado.. xD yo es que paso de tomarme eso a ver si me voy en un viaje y no vuelvo

NzgL

Muy interesante.

Bloody

En principio, cuando vuelve a la consulta, después del cuarto y último viaje, los médicos le dicen que sus niveles son anormales. Sinceramente pienso que la planta no le ha curado, porque de hecho fallece de su primer cáncer. Como mucho, la planta puede haber hecho un efecto placebo para notar una mejoría, pero en ningún caso erradicar el cáncer.

En el tema de los viajes me ha parecido muy curioso, y me ha recordado muchísimo al viaje de Homer cuando se tomó el chili picante y tuvo una experiencia similar con un coyote.

No conocía la planta esa.

Saludos

101010

Viendo el trabajo de la traducción y lo interesante del artículo, me lo he leido entero.

Primero felicitarle, felicitarte, porque el texto es muy expresivo y era como si de alguna manera, lo tuviese impreso en mi cabeza y pudiese recrear todas las palabras con una exactitud asombrosa.

Segundo, con esto cada vez tengo más curiosidad por saber qué es lo que nos rodea y hasta qué punto nos ayudaría una mayor integración con la naturaleza, en vez de tanto sintético y laboratorio.

La pena es lo del final, vamos lo de que la diñó xD

HIMOTEN

conclusion final: El poder de la mente es mucho mayor de lo que creemos.

MaCRoFT

furypapas me lo acabo de leer y me parece realmente sorprendente

tremendo

gracias por este trabajo

kYp

#2 Podias leerlo en vez de tanto hablar, no se habla sobre que viajes te da la ayahuasca.

Lo he leido, pero a quien creer ? a gente un grupo reducido de gente que se cura supuestamente por la planta o a medicos que dedican su vida a investigar , si cura por que iva a estar prohibida ? por ser una droga ? no interesa economicamente ? ... si realmente cura se estarian peleando las farmaceuticas ( que mueven casi el mundo ) para tener la patente bajo su poder y ser ricas ya que el cancer es lo que mas muertes causa.

F

#10 No es que trate de transmitir que la ayahuasca es la panacea, pero no deja de ser sorprendente que un tumor hepático metastático desaparezca por arte de magia y sin tratamiento médico tradicional. Y si es placebo, larga vida al placebo, oye xD

#11 Muchas gracias, es el tipo de reflexión que quería provocar :D

ViNyArD_N

el ayahuaska debe ser increible . Una pena la muerte del ombre este :(

F

Repe.

Bloody

#15 Hombre, realmente sí que hubo tratamiento médico. Ël se sometió a la operación en la que le extrajeron el tumor, lo que no hubo quimiterapia.

Pero también estuvo a base del tratamiento que le habían sugerido a base de las raíces orientales y la dieta.

Yo pienso que todo eso también habrá ayudado algo. No es que sea un escéptico con respecto a esta planta, pero pienso que no fue el único motivo.

Tampoco es que confíe plenamente en la medicina tradicional, ya que a mí también hace como 10 años me diagnosticaron una enfermedad (ELA) y hoy en día no lo tienen tan claro como antes.

Estas cosas son un misterio.

RuZZo

gracias por la traducción.

Lo que está claro es que no se curó sólamente debido a la acción de la planta... lo interesante hoy en día sería combinar la medicina actual, porque por algo se ha evolucionado, junto con la que tiene cientos de años. A veces parece que se desprecia todo lo antiguo, las tradiciones que han seguido muchas generaciones cientos de años, pensando que es imposible que ayude.

soy_betiko

KDD SEVILLANA PARA VER MUERTOS

xCe

Pues seria muy interesante probarlo, despues de leer esto, es de las pocas cosas que me meteria que hicieran que perdiera el control xD

PD: Y la traduccion muy buena por cierto, se podia recrear la situacion vastante bien sin pararte a pensar que queria expresar

A

murió en 2003, y en ke año escribió este texto?

tamerlan

joder tio, como me ha matado el texto :S xD, pero me salvaste la madrugada :P

muy bueno ;)

cordobaRoolz

sabe alguien si esto tiene algo k ver con las ECM? (experiencias cercanas a la muerte)

esta interesante la noticia esta

J

El texto es muy interesante, lo recomiendo, sin duda sería un pasón probar la Ayahuasca, pero se necesita a gente que la haya probado antes y sepa como administrar las cantidades y tal y cual, y lo de la curación muy interesante también, pero el tabú que se tiene con las drogas me temo que tardará bastante en desaparecer y lo de que no se puedan ni hacer estudios cientifico-médicos con esas sustancias me parece hasta penoso, solo por pertenecer a una patética lista de sustancias... en fín. Y gracias por la traducción :)

A

Mañana o pasado mañana lo leo, no me lo mandéis a Flames :\

SioN_cS

Felicidades por tu gran trabajo de traducción, hay que decir que los tienes bien puestos xDDDD

El tema de la ayahuasca (a.k.a "Soga del muerto") es increible...no sólo por la puerta que abre ante tus sentidos, sino por las propiedades curativas (casi mágicas) que se le atribuyen desde hace siglos y que los chamanes han sabido aprovechar.

En mi carrera (psicología) he tenido la suerte de estudiar este tema, y he de decir que he flipado ante lo que pueden llegar a hacer los curanderos...ya sea por el poder curativo de la propia psique (cada vez nos acercamos más a afirmarlo) o por la acción de estas sustancias, el cuerpo llega a hacer verdaderas maravillas, acabando con patologías que parecían irreversibles según la médicina tradicional.

Y es que, igual que ocurre muchas veces con la ciencia en general, la medicina tradicional peca corrientemente de demasiado ortodoxa...y es una estupidez y una pena negarse a airar un poco más allá y a investigar estos temas.

A

Muy buena la traducción, siempre me pierdo textos buenísimos por la pereza de leer en inglés.

Respecto al texto, es una vergüenza que una lista de mierda (http://www.usdoj.gov/dea/pubs/scheduling.html) prohíba, ya no sólo usos lúdicos de las sustancias, sino también la investigación de sus usos médicos.

No puedo entender que ni siquiera se realicen estudios en torno a una planta que se ha usado tanto tiempo por indígenas para, entre otras cosas, curar a personas.

F

Bonito link.

Lysergic acid amide 7310 N LSD precursor

Demostración de que la prohibición es política y no científica. Nadie sintetiza LSD a partir de LSA.

A

#29, también es gracioso que se prohíban sustancias que aparecen de forma natural en nuestro cuerpo, como el GHB.

Estamos todos incumpliendo la ley, en lo que se refiere a tenencia de sustancias ilícitas.