Se que a muchos del foro no os cae precisamente bien Juan Ramón Rallo 
La cuestión es que hace unos minutos he visto en El Confidencial, un artículo de opinión hablando sobre este tema; es una de las pocas veces que he visto a alguien analizarlo con un poco de seriedad, e intentando ceñirse a los hecho.
Al grano. Rallo nos habla de un estudio sobre las diferencias salariales entre conductores de Uber hombres, y conductores de Uber mujeres en EEUU.
Recordemos algo muy importante:
- El algoritmo que determina las tarifas de Uber es el mismo para hombres y mujeres, no hay distinción alguna.
Resulta que, como se dice en el estudio "The Gender Earnings Gap in the Gig Economy: Evidence from over a Million Rideshare Drivers" ( https://web.stanford.edu/diamondr/UberPayGap.pdf ) publicdo por Cody Cook, Rebecca Diamond, Jonathan Hall, John List y Paul Oyer:
El 7% en la diferencia entre lo que cobran hombres y mujeres por hora se debe a:
we find that there is a roughly 7% gender earnings gap amongst drivers. The uniqueness of our data—knowing exactly the production and compensation functions—permits us to completely unpack the underlying determinants of the gender earnings gap. We find that the entire gender gap is caused by three factors: experience on the platform (learning-by-doing), preferences over where/when to work, and preferences for driving speed. This suggests that, as the gig economy grows and brings more flexibility in employment, women’s relatively high opportunity cost of non-paid-work time and gender-based preference differences can perpetuate a gender earnings gap even in the absence of discrimination.
- Experiencia en la plataforma. Los hombres pasan de media más horas en la carretera ejerciendo de conductores, por lo tanto, también adquieren más experiencia. Pronto adquieren más experiencia sobre las mejores rutas, o los mejores lugares para coger clientes, o como hacer más eficiente un trayecto. Learning by doing.
- Preferencias sobre dónde y cuando trabajar: trabajar noches es más rentable que en otros momentos del día (porque el algoritmo tiene en cuenta oferta y demanda), trabajar en zonas secundarias, etc.
- Los hombres conducen más rápido y por tanto, también, de media, realizan los trayectos antes, y eso les permite realizar más trayectos.
Esto es lo que ocurre en Uber. En otras situaciones Rallo estima que:
aproximadamente un tercio de la brecha se debe al mayor número de horas asalariadas trabajadas por los hombres, otro tercio a las divergencias sectoriales y de categoría profesional, y el último tercio a la incidencia que tiene la maternidad en la carrera profesional de la mayoría de mujeres.
De hecho, como referencia en otro artículo (https://blogs.elconfidencial.com/economia/laissez-faire/2018-01-29/rajoy-tiene-razon-a-proposito-de-la-brecha-salarial_1512761/):
- Cuando medimos la brecha por horas la diferencia del 23,3% que se supone hay en España cae al 14,9%.
Sobre esa diferencia:
- Por un lado, un 23,6% de la brecha salarial por hora se debía en 2010 a las distintas características personales de la población masculina y femenina: los hombres, de media, tienen más edad y más antigüedad en sus puestos, asumen más responsabilidades desempeñando labores de supervisión y se encuentran empleados en superiores niveles ocupacionales (directivos, profesionales científicos, profesionales de apoyo, administrativos, servicios de restauración, etc.).
- Por otro, el 39,9% de la brecha salarial por hora se debía a las diferencias en el tipo de empresa (sector, tamaño, región y tipo de convenio suscrito) para las que, como promedio, trabajan hombres y mujeres (las mujeres trabajan en mayor medida dentro de sectores peor pagados y en empresas más pequeñas y, por tanto, menos productivas).
En total, cuando eliminamos factores personales obtenemos que:
La brecha salarial debida a la discriminación (mientras no se demuestre lo contrario) estaría entre un 5% y un 8%.
Personalmente, como profesional que mueve empleo, veo que hay algún otro factor: los hombres somos más agresivos para negociar cuando entramos a una empresa.
Es hora de arrojar un poco de realidad sobre la economía-ficción que se dedican a crear las feminazis para justificar su odio.
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