A ver, voy a tratar de tochopostear lo básico y resumir mis 10 años de tratamiento.
Empecé a ir involuntariamente a un psicologo "para ver si dejaba de fumar porros" y encauzarme un poco frente a la vida en general después de 3 años en Madrid donde viví una vida bastante ecléctica con días que duraban 36/48 horas porque estaba decepcionado con lo que siempre había soñado que supondría la vida universitaria. Estresado por la amenaza familiar de visitarme de sorpresa y porque pasaba de volverme a mi ciudad con mis padres que son muy sobre protectores conmigo desde que casi la diño con 10 años por una operación de apendicitis.
Mi familia era bastante Amish a nivel de cultural y tecnológicamente hablando y como yo me crié con "el interner" teníamos formas muy diferentes de ver la vida.
Después pisé Valladolid y empece a gustarme y a estar mas centrado, volvía a casa TODOS los fines de semana para estudiar lo cual era un poco agotador y estresante porque seguía fumando porros y mis padres me hacían pruebas de orina (Consejo para padres: JAMÁS hagáis esto con vuestros hijos si los queréis de vuestro lado).
Pero bueno, empezaba una relación amorosa y hacia mucho deporte (Perdí 12 kilos en 2 meses corriendo bajo un sol de justicia en un campo de fútbol). Yo me empezaba a sentir feliz y a aceptarme por primera vez desde que jodiera una relación amorosa con 7 años.
Tenía recuperaciones y un absceso en el costado del tamaño de una canica de las gordas y necesitaba aparentar normalidad en casa, así que fui dejándolo pasar mientras el estrés aumentaba.
Recuerdo comprar mi segundo smartphone aquella Navidad, y después de varios meses de uso, de repente el contenido de la publicidad de las páginas que visitaba ya no tenían que ver con el contenido de la página en sí, tenían que ver con toda la información que yo soltaba, no solo voluntariamente y de forma textual, si no también hablada con amigos de forma privada.
Me limpié durante 15 días mientras estudiaba unas recuperaciones en mi ciudad y estaba a punto de lograr algo que para mí era muy importante. Estaba eufórico, empecé a tener problemas de insomnio pero bueno, eso era normal en mí así que no me preocupaba. Mi psicólogo tenía una cámara montada en un trípode en las ultimas consultas que hice (estaba apagada porque me dijo que era para otro paciente). Al volver a Valladolid por chorradas de Tuenti etc... empecé a tener incertidumbres con mi nueva pareja (recordad mi trauma amoroso infantil) y eso me puso de los nervios y volví a fumar porros de nuevo.
Ahí, después de que un compañero me sometiese a un tercer grado llegó la mosca detrás de la oreja, dejé de dormir por completo y comencé a construir una historia en mi cabeza mezclando todo lo anterior, pensando que alguien me seguía y/o espiaba (cosa que en su día ya habían hecho mis familiares tirando de amigos y que habían hecho a colegas con pasta contratando directamente espías). Pero mi película era un poco mas exagerada.
Ya llevaba 4 días durmiendo de forma residual, no fumaba en exceso pero bueno, fumar aumenta el pensamiento lateral y aumentaba mi paranoia. En ese momento me habría venido genial calor humano, pero yo estaba cerrado en mi mismo dudando de todo el mundo y no lograba dar explicación a lo que me pasaba. Le confesé a mi padre lo que me pasaba y en 2 horas se planto allí y cargamos todas mis cosas en el coche.
Al día siguiente el psicólogo dijo que yo podía estar en un estado de psicosis y que me fuese a casa a descansar o que fuese a urgencias a hacerme un triaje. Yo como buena Alicia en el país de las maravillas fui subnormal y quise saber hasta donde me llevaba la madriguera del conejo, así que fuimos al hospital.
El psiquiatra decidió ofrecerme un ingreso voluntario y accedí, pero una vez dentro de la unidad de agudos mis síntomas se multiplicaron por 10; estaba apartado de mi familia, con gente desconocida y drogada hasta las cejas, me daban pastillas como caramelos con la amenaza de forzarme a tomármelas ( me tomé todas y cada una de ellas siguiendo la filosofía "resistance is futile" del autoestopista intergaláctico ), mi compañero de habitación roncaba como el krakatoa y no podía dormir ni dentro ni fuera de la habitación porque las enfermeras amenazaban con llamar a seguridad.
Tras 20 días allí y salir en un estado de despersonalización y depresión profunda me dediqué a fumar cigarros y mirar al monte durante casi 8 meses. También bebía cuando tenía oportunidad pero estaba completamente solo, con mi familia alrededor (una familia acomodada pero poco comprensiva, solo le hacían caso a los médicos).
Me metieron en un centro de día donde aprendí a meditar y me trató un psicologo, pero la psiquiatra se negó a tratarme por mi actitud. Yo estaba muy cabreado con el hecho de que en todo mi historial la única palabra que se había remarcado en negrita era cannabis.
Por lo que acabé en un especialista de adicciones que les dijo taxativamente a mis padres que yo ni era adicto al cannabis ni era adicto a los ordenadores.
Después de una rebaja importante de las dosis de risperdal empecé a poder trepar por el hoyo. Salí de una relación que se había vuelto tóxica (me maltrataba psicologicamente) y logré sacar un curso de Ingeniería informática. Me quitaron la medicación y conseguí volver a ser la persona que se gustaba. Perdí todo el peso que gané a base de grasas y azucares que eran lo único que me producía un mínimo de placer por aquel entonces. En definitiva daba por cerrado ese mal trago en mi vida.
Ese es el resumen de mi primer ingreso. No voy a entrar en muchos detalles de los siguientes, solo decir que según uno de los 10 "especialistas" que me ha tratado del lado de la psiquiatría destacó 4 principales factores de riesgo mas: El estrés por amor, el estrés familiar, el estrés laboral y la falta de sueño. Una especie de circulo vicioso y, a pesar de que los 2 factores mas repetidos han sido el primero de los anteriores citados y el último la palabra que sigue en negrita en el historial es cannabis ( los 2 últimos ingresos fueron libres de THC ).
Por otro lado os comentaré, que en uno de mis ingresos me tocó, después de un mes de espera en agudos, irme a una UCP en un psiquíatrico. Recuerdo tener un colchón con tantas dunas y tener tanto miedo que a penas logre dormir en un mes.
Allí se cebaron con la paliperidona y el seroquel tanto, que acabé catatónico, deambulando por casa sin rumbo, hasta que comenzaron las ganas de suicidarme y no salir de la cama.
El propio médico me cortó el tratamiento por lo sano y recuperé de forma sustancial, 2 o 3 meses después volví a estar pleno.
Volví a la universidad saqué otro curso, pero conocí otro amor, se generó incertidumbre y me tomaba alprazolam para poder dormir por las noches, cuando se acabó empezó el síndrome de abstinencia y volví al insomnio, acabé ingresado otra vez en agudos y de nuevo a la UCP donde me pegaron 2 veces, esta vez fui un periodo muy breve.
Salí con Xeplión inyectable que al principio me venía bien, pero empezó a sentarme mal a los pocos meses y mi pareja me dejó.
El especialista que tenía rotó y me pusieron uno nuevo. Yo estaba hiper deprimido pero el nuevo se resistía a dejarme sin medicación, durante 3 años de mi vida perdí hasta el gusto por la informática, mi principal pasión desde los 6 años. No podía seguir una serie o una película, solo me arrastraba de la cama por no deprimir a mi madre, fumaba bastante y las ganas de suicidarme solo desaparecían los viernes que iba a beber al bar de una amiga hasta el cierre.
Y el último fue en Octubre del año pasado después de enamorarme de nuevo y una hackathon. Me han puesto un tratamiento que en vez de hacerme caer en picado voy planeando hacia el final del hoyo. Los efectos secundarios no son tan malos pero son malos y las ganas de suicidarme y la indiferencia ante todo van apareciendo poco a poco.
Entre los efectos secundarios que tuve durante los tratamientos están, Depresión, eyaculación precoz, falta de apetito sexual, erecciones blandas, erecciones dolorosas, perdida de visión y de oído, exceso de salivación, temblores, síntomas extrapiramidales, perdida del hilo o de términos en conversaciones y abotargamiento en general, introversión e ideación suicida.
Supongo que a varios presentes y no tan presentes les alegrará saber todo esto, que haya pasado los "años mas bonitos" de la vida jodido entre tratamientos que no le desearía ni al peor de mis enemigos y se frotarán las manos como viejas chismosas haciendo referencia a la cubertería de mi casa. No voy ni a reportar los comentarios al respecto.
Pero haré 2 preguntas:
¿Esto os parece curar en algún sentido?
Lobotomizar químicamente a una persona que se encuentra feliz y dejarla al borde de la castración química durante años, dejándole secuelas permanentes si el tratamiento dura mas de 5 continuos. ¿Reduciendo su esperanza de vida un 15% y pagando 500/800€ por inyección mensual?
¿Que pensáis de la situación de pre crimen que viven los enfermos encerrados en las unidades de contingencia donde tienen régimen de visitas controlado y están bajo vigilancia perpetua como si de una cárcel se tratase?