Quiero comenzar el debate con una parte de un texto de Zizek donde hace una pequeña reflexión sobre el terrorismo y la islamofobia. El texto está traducido de otra fuente al español, para su lectura más cómoda:
En el primer semestre de 2015, Europa estaba preocupada por los movimientos de emancipación radical (Syriza y PODEMOS), mientras que en el segundo semestre la atención se centró en el tema "humanitario" de los refugiados. La lucha de clases fue literalmente reprimida y sustituida por el tema liberal-cultural de la tolerancia y la solidaridad. Con los asesinatos terroristas de París el viernes 13 de noviembre, incluso este tema (que todavía se refiere a las grandes cuestiones socioeconómicas) ahora está eclipsado por la simple oposición de todas las fuerzas democráticas atrapadas en una guerra sin cuartel con las fuerzas del terror.
Es fácil imaginar lo que seguirá: búsqueda paranoica de los agentes de ISIS entre los refugiados. (Los Media ya han informado alegremente de que los terroristas entraron en Europa a través de Grecia en calidad de refugiados). Las principales víctimas de los ataques terroristas en París serán los propios refugiados, y los verdaderos ganadores, detrás de los lugares comunes al estilo de Je suis Paris, serán simplemente los partidarios en ambos frentes de la guerra total. Así es como debemos realmente condenar los asesinatos de París: no sólo participando en muestras de solidaridad contra el terrorismo, sino insistiendo en una simple pregunta: cui bono (¿en beneficio de quién?).
No debemos tratar de llevar a cabo una "comprensión más profunda" de los terroristas de ISIS (en el sentido de "sus deplorables actos son sin embargo reacciones a las brutales intervenciones europeas"); deben caracterizarse como lo que son: la contrapartida islamo-fascista de los racistas europeos anti-inmigrantes —ambos son las dos caras de la misma moneda. Vamos a traer de vuelta la lucha de clases —y la única manera de hacerlo es insistir en la solidaridad mundial de los explotados.
[...]Otro tabú que debe abordarse concierte a las normas y reglas. Es un hecho que la mayoría de los refugiados proceden de una cultura que es incompatible con las nociones de Europa occidental de los derechos humanos. La tolerancia como solución (el respeto mutuo hacia las sensibilidades de cada uno) obviamente no funciona: a los musulmanes fundamentalistas les resulta imposible soportar nuestras imágenes blasfemas y nuestro humor imprudente, que consideramos una parte de nuestras libertades. A los liberales occidentales, asimismo, les resulta imposible soportar muchas de las prácticas de la cultura musulmana.
En resumen, las cosas estallan cuando los miembros de una comunidad religiosa consideran el modo de vida de otra comunidad como una blasfemia o como algo perjudicial, constituya o no un ataque directo a su religión. Este es el caso de los extremistas musulmanes que atacan a los gais y lesbianas en los Países Bajos y Alemania, y es el caso de los ciudadanos franceses tradicionales que ven a una mujer cubierta con burka como un ataque a su identidad francesa, lo cual es exactamente la causa de que les resulte imposible permanecer en silencio cuando se encuentran entre ellos con una mujer cubierta.
Para frenar esta tendencia, hay que hacer dos cosas. En primer lugar, la formulación de un conjunto mínimo de normas obligatorias para todo el mundo que incluye la libertad religiosa, la protección de la libertad individual frente a la presión del grupo, los derechos de las mujeres, etc., sin temor de que este tipo de normas aparezcan con "eurocéntricas". en segundo lugar, y dentro de estos límites, insistir incondicionalmente en la tolerancia hacia las diferentes formas de vida. Y si las normas y la comunicación no funcionan, entonces el peso de la ley debe ser aplicado en todas sus formas.
[...]El siguiente tabú que vale la pena dejar atrás es que cualquier crítica del derecho islámico es un ejemplo de "islamofobia". Basta ya de este miedo patológico de muchos izquierdistas liberales occidentales por ser considerado culpable de islamofobia. Por ejemplo, Salman Rushdie fue denunciado por provocar innecesariamente a los musulmanes y por ser, por tanto (en parte, por lo menos), responsable de la fatwa, condenándolo a muerte. El resultado de tal postura es lo que uno puede esperar en estos casos: cuanto más se regocijan en su culpabilidad los liberales izquierdistas occidentales, más son acusados por los fundamentalistas musulmanes de ser unos hipócritas que tratan de ocultar su odio hacia el Islam.
Este estado de cosas reproduce perfectamente la paradoja del superyó: cuanto más obedeces lo que la agencia pseudo-moral del sádico y primitivo superyó te exige, más culpable eres de masoquismo moral y de identificarte con el agresor. De este modo, es como si cuanto más tolerases el fundamentalismo islámico, más fuerte fuera su presión sobre ti.
Y uno puede estar seguro de que lo mismo vale para la afluencia de inmigrantes: cuanto más abierta a ellos esté la Europa occidental, mayor será su sentimiento de culpa por no haber aceptado aún más de ellos. Nunca habrá suficiente. Y con los que están aquí, cuanta más tolerancia muestre uno hacia su forma de vida, más culpable se sentirá por no haber sido lo suficientemente tolerante.
El texto original (en inglés): http://inthesetimes.com/article/18605/breaking-the-taboos-in-the-wake-of-paris-attacks-the-left-must-embrace-its
Traducido: http://poesiaydestruccion.blogspot.com.es/2015/11/slavoj-zizek-y-los-ataques-de-paris.html
Bajo mi punto de vista, hay dos "bandos" en esta discusión, y ninguno de ellos es capaz de ver la realidad de manera objetiva. Por un lado está la "izquierda tolerante", que cae una y otra vez en el problema que expone Zizek: su propia tolerancia los imposibilita a criticar de manera objetiva a una cultura como la islámica, ya que piensa que el error está en su falta de tolerancia.
Y por otro lado tenemos a la derecha neonazi, con alegres titulares fascistas donde se defiende "los españoles primero". Y Dios te libre de hacerles ver que este es uno más de los episodios donde un país solicita ayuda a otro (y que no hace ni cien años que España mandó sólo a Francia más del doble de los refugiados que está recibiendo de Siria), porque te tacharán de ciego.
Mi queja es la de esta polarización tan brutal: somos incapaces de ejercer una crítica desde la comprensión, o bien caemos en una comprensión desmedida donde la única parte criticable somos nosotros mismos, o bien caemos en una crítica xenófoba totalmente carente de comprensión. Ayer estuve hablando con algún user sobre esto, y de cómo en MV se ve claramente esa dicotomía en dos bandos.
Básicamente el bando tolerante acusa al otro de ser xenofobo y neonazi, y este acusa al otro de vivir en una ingenuidad y una ceguera evidente. Yo animo a uno y otro bando a adoptar una posición sana y firme: sed críticos y a la vez comprensivos. Sé que es difícil criticar a algo que ves muy lejos de tu nivel, y también sé que es dificil tolerar algo que está muy alejado de tu percepción de las libertades y comportamientos que deben tener las personas.
Y bueno, desde ya os aviso: los posts marcadamente despectivos hacia usuarios o racistas van a llevar chocopunto directo. Si no tienes nada que aportar a la discusión, mejor lee y calla.