Se han convertido en una presencia habitual en nuestras ciudades. Mayoritariamente presentes en hostelería y comercio, los pequeños empresarios de nacionalidad china, quienes se han posicionado en el mercado a partir de bajos precios o de ventajas en horarios, son ya tan populares como temidos, en tanto su notable expansión en sectores habitualmente regentados por españoles es percibido con recelo por parte de la población. Sin embargo, estas mismas reticencias demuestran hasta qué punto sus modelos de negocios están resultando exitosos.
El primer factor que explicaría el triunfo económico de la comunidad china radica en una mentalidad colectiva que ve el núcleo familiar como el garantizador de la supervivencia en todos los sentidos.
Esa concepción lleva a una existencia pensada mucho más en términos comunitarios que privados, priorizándose el deber de sacar la familia adelante sobre el desarrollo individual. Por eso, incluso hasta las elecciones de pareja están organizadas desde el pragmatismo mucho más que desde los sentimientos: “el matrimonio tiene gran importancia en la vida de la comunidad puesto que sirve para estrechar lazos y alianzas económicas”
Confucionismo y revolución
Gutiérrez Sastre explica esta situación como un efecto de la mezcla entre el confucionismo que les era propio a los nacionales chinos (y que propugnaba la sumisión de la mujer, incluso frente a los hijos mayores) y los efectos de la revolución comunista, que legitimó el trabajo de la mujer como uno más. “Al dar prioridad a lo productivo frente a lo reproductivo, el régimen comunista fortaleció el respeto y el status social derivado del trabajo y debilitó el que provenía del ámbito doméstico. Por eso, la mujer china no encuentra las cortapisas con la que a menudo tienen que lidiar las mujeres occidentales a la hora de desarrollarse en el ámbito laboral”.
La otra característica que explicaría el éxito de la comunidad china en los negocios es una mentalidad que ve en éstos la mejor apuesta de futuro. Como afirma Gutiérrez Sastre, “la mayoría de chinos no esperan ser contratados por empresarios españoles, sino que aspiran a desarrollar su propio proyecto empresarial”. Y esta forma de pensar la trasladan también a sus hijos, ya que entienden que la mejor herencia que les pueden dejar es un negocio. “A ellos les extraña mucho que nos gastemos el dinero o que no dejemos recursos suficientes para que los hijos puedan emprender un negocio propio”. Mientras el modelo español aboga por un menor tiempo de trabajo de modo que se pueda estar más con los hijos, “en la mentalidad china esa distinción no existe. Estar en el negocio es estar juntos”. Igualmente, mientras que la idea de muchos españoles es que sus hijos se saquen una oposición de manera que puedan tener un trabajo seguro de por vida, “los chinos entienden que la mejor baza para el futuro es un negocio propio. Ellos valoran muchísimo la capacidad emprendedora, y lo que se plantean es invertir, diversificarse y crecer. Y eso esperan que hagan sus hijos”.
La verdad es que vale la pena leerse la noticia entera que es más larga.
Aquí en Barcelona todos los establecimientos como son bares, zapaterias, pequeños supermercados o cualquier pequeño comercio son llevados por chinos y de manera bastante eficiente, al parecer tenemos que competir con hormigas trabajadoras siendo nosotros cigarras. (Siempre quise usar esta analogía xDDDD)
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