Acabo de terminar el documental y me he leído los hechos probados de la Sentencia en casación del Supremo. Realmente es sorprendente que estas cosas pasen en España. El documental es bastante tendencioso, todo sea dicho, y dan por ciertas las declaraciones de una parte y por falsas las otras, por ejemplo no es suficiente que la detenida -y luego suicidada- diga que iba en bicicleta y se calló como prueba de que no estuvo en el lugar, perfectamente puede ser una coartada. Ahora bien, resulta bastante raro que acudan a un hospital cuando saben que la policía les está buscando, eso no lo hace ni el que asó la manteca, si hay algún sitio donde primero busca la policía a unos autores de un delito que pueden haber resultado heridos es en el hospital. Tampoco parece que la chica perteneciera un grupo okupa por la forma de vestir, cortarse el pelo, el bar al que acude, parece que le va más otro tipo de movimiento que el okupa.
Y ya lo de la piedra es para mear y no echar gota. Que digan que le golpea una piedra en la cara y que al caerse se golpea con la cabeza en el suelo y se producen las lesiones, y que misteriosamente no tiene ninguna lesión en la cara, es sencillamente increíble. Y si a eso le sumamos que en el vídeo se ve como los policías dicen que están tirando piedras de la casa y que en ningún momento se ve a jóvenes lanzando piedras desde la calle pues yo lo veo blanco y en botella. No se si la lesión se produjo por una maceta, por una piedra o porqué pero lo que es evidente es que en la cara no le pudo impactar nada sin que le produjera ningún tipo de lesión, y menos aún si tenemos en cuenta la fuerza que tiene que llevar la piedra para provocarle esas lesiones. O el policía tiene la cara más dura que la piedra o físicamente es imposible.
Mi conclusión es que hay dos intereses encontrados. Por un lado unos policías que buscan un responsable de los daños producidos a su compañero y por otro el Ayuntamiento que quiere evitarse pagar el más de millón de euros de responsabilidad civil, de ahí que el alcalde cambiara de versión cuando se enteró de lo que se le venía encima.
El abogado lleva mucha razón en algo y es que la jueza les deniega la práctica de la mayoría de pruebas, algo que no suele ser habitual en delitos donde las penas que se piden son elevadas, y quien resuelve los recursos es la misma sala -aunque en este caso es un magistrado sólo- que luego tiene que juzgar. Esto es lo habitual, lo que no es habitual es que se denieguen pruebas y testificales que pueden ser determinantes en la sentencia, como por ejemplo la declaración en la radio del Alcalde, que no lo hace como un ciudadano que ha oído algo, lo hace como máximo responsable y jefe supremo de la policía, su palabra tiene más valor que la del propio Comisario.
No creo que nunca se haga justicia con estos jóvenes pero al menos la ciudadanía sabe lo que hay. Tampoco creo que estas cosas pasen normalmente, ha sido un cúmulo de casualidades y un sistema imperfecto. Este caso me recuerda al chaval de Alicante detenido y condenado porque su teléfono móvil, que había denunciado a la compañía su extravío, apareció en la escena de un robo. Un juez con pocas ganas de saber la verdad y unos policías con menos ganas todavía de que se sepa da un resultado como éste.