Yo veo un gran fallo en los profesores. He pasado por todas las etapas de la enseñanza (primaria, ESO, bach, ingeniería, máster) y guardo un buen recuerdo de los buenos profesores como si fuesen una especie única, en extinción. En su clases "disfrutabas", aprendías y hacían que materias densas no lo fueran tanto. Se les valora tanto a los buenos porque, precisamente, hay muy pocos al menos dando clase -quizás haya muchos buenos ahí fuera pero están en la empresa privada o han cogido un avión para no volver-. Es muy triste que cuando te toca un buen profesor te sorprenda y te marque cuando la norma general debería ser que no recordaras a ninguno en especial por ser todos excelentes (o, como mínimo, buenos) comunicadores, oradores, "transmisores" de conocimiento, que es en lo que cojean la mayoría. Porque no hablamos de una profesión cualquiera, hablamos de quienes van a formar a las generaciones encargadas de tomar el relevo de las actuales e intentar hacer progresar a este país. El alumno debe terminar superando al maestro si queremos progresar y esto no se da hoy en día en la mayoría de casos gracias a que el maestro en muchas ocasiones es más una especie de barrera que un apoyo para el alumno.
En la elección/designación del profesorado por oposición veo mucho error. Todos los licenciados poseen los conocimientos técnicos (los específicos de la materia a impartir) necesarios para dar clases en un instituto -en la universidad ya necesitas un alto grado de especialización aportado por el doctorado o años de experiencia en los adjuntos-. Pero no todos saben transmitir igual de bien dichos conocimientos donde entran en juego temas como la pedagogía, psicología... Temas que deberían estudiarse más allá de en un simple máster de 1 año y comprobarse con prácticas evaluables por parte de expertos y alumnos, de modo que actúen de filtro y eliminen a lo candidatos no aptos, que son muchos xD. Ahí es donde se falla, porque dos tíos con misma nota en la oposición pueden ser muy diferentes: uno un gran orador que sabe comunicar claramente (estructurar la lección, ejemplos claros...) todo lo que pasa por su cabeza y otro, un auténtico cafre que sólo se entiende él mismo y que arruina 1 año -o más, por desgracia- de los chavales. Y lo mejor de todo es que ambos pasarán el proceso y cobrarán lo mismo, GG.
Los futuros profesores hacen un período de "prácticas" (según tengo entendido actúan de meros espectadores...) y, ale, listos para impartir clases. Listos para tener a su cargo la formación de alumnos, los cuales en todo el proceso no han tenido oportunidad de valorar al ya ex candidato a y actual profesor -son los destinatarios del servicio y, curiosamente, no han podido participar en su aprobación/valoración, GG otra vez-. Y aquí les puede tocar el cafre o el orador, al cual tendrán que disfrutar o sufrir durante 1 año que quién sabe si será un año aprovechado o perdido, condicionado cursos venideros y el futuro del chaval.
El control de los centros y seguimientos del profesorado es lamentable. En muchos institutos y universidades se hacen encuestas de valoración del profesorado. Encuestas que no valen para nada. Bueno, quizás para una "llamada de atención del jefe de estudios/director" pues en el ministerio de educación todo siguen siendo praderas teñidas del verde de los billetes de euro y con burros corriendo por las mismas mientras verdaderos ineptos siguen dando clase aunque los alumnos les valoren con doses y treses o incluso peor y, lo que también es lamentable, cobrando lo mismo que compañeros con una gran valoración de padres y alumnos.
A modo de ejemplo, comentaré que mi padre, maestro con acceso directo y profesor de mates, era de los que ponía exámenes más difíciles -algún compañero de departamento se sorprendía de algunos ejercicios que les ponía en 1º y 2º ESO-, y a pesar de ello poseía uno de los mayores porcentaje de aprobados de su departamento y era uno de los profesores mejor valorados (si no el mejor y próximo al 9) de su centro. ¿Por qué? porque disfrutaba de su trabajo, se preocupaba por los chavales y hacía las clases participativas y amenas con buenos ejemplos. Había hasta alumnos de otros compañeros que le pidieron que les diera clases de refuerzo porque su profesor era un cáncer pero, eso sí, cobrba lo mismo o más (licenciado) que mi padre. Vamos, que si los alumnos pudieran elegir profesor, algunas aulas se quedaban vacías...
RPV: más vocación y menos oposición. Modificación del proceso de selección del profesorado.