Con el tiempo, uno aprende a valorar las cosas y deja de tirar los yogures cuando se llega a la fecha marcada en la tapa.
El año pasado, mismamente, tomé leche que llevaba caducada mes y pico, y aquí estoy. Hay una diferencia entre la fecha de caducidad de un producto y la fecha en que se empieza a poner malo.
Con lo único que no puedo es con los huevos. Temo que, una vez pasada la fecha, resurja un pollo de sus cenizas cual Ave Fénix.
Y vosotros, ¿coméis alimentos después de la fecha que aparece en el producto?