Me ocurrió lo mismo que a ti cuando cumplí los treinta, y estuve dándole vueltas durante meses, sí meses.
No tengo trabajo estable aunque con un sueldo un poco más alto que el tuyo para una empresa que trabajo la mayor parte del año, siempre he ido tirando. Y mi última relación, tras varios meses se acabó porque le dije a la chica que, tras tantas experiencias negativas, me negaba a formalizarla. Por lo que es normal que llegue un día que se harte, y se hartó, lo entiendo perfectamente.
Cuando me di cuenta que todos mis amigos y conocidos, salvo uno de ellos, están divorciados o separados, puteados y amargados por no poder ver ni pasar tiempo con sus hijos, y encima pagando una hipoteca de una casa donde no les permite un juez entrar, y el alquiler del piso donde están se me pasó todo. Y créeme cuando te digo que algunos se los han buscado, otros simplemente son víctimas de nuestras leyes, y por más que han luchado son hombres, así que se tienen que joder y ya está, no pueden hacer nada más.
Un día me di cuenta de lo que debía hacer, y así empecé a actuar, cambiando mi forma de ver las cosas por completo.
Piensa que puedes hacer lo que te de la gana sin darle cuentas a nadie, viaja donde siempre has querido ir, y disfruta. Ve a conciertos, ve a ese país que siempre has querido ir, viaja, ve a ver a tus amigos, aprovecha y disfruta que puedes hacer lo que quieras, viaja, viaja, y no pares de viajar. Haz lo que quieres, haz lo que quieres de verdad, haz lo que te gusta y sé feliz.