Bueno pues me estaba leyendo un libro de Cesar Millán (el encantador de perros) que me ha dejado un amigo y en el capitulo donde describe mas o menos su rutina diaria y los ejercicios que hace con los perros, dice que practica la meditacion y era -es- lector de libros orientales/hindúes de tematica espiritual de autores como Deepak Chopra. Pues me pico la curiosidad y buscando informacion de este escritor me he encontrado con un articulo que me ha gustado mucho, asi que aqui os lo dejo para que lo leais y de paso respondais a la pregunta del titulo del post, es un trocito sacado de uno de sus libros:
Cuando descubrimos nuestra naturaleza esencial y sabemos quién somos realmente, ese solo conocimiento encierra la capacidad de convertir en realidad todos nuestros sueños, porque somos la posibilidad eterna, el potencial inconmensurable de todo lo que fue, es y será. La ley de la potencialidad pura también podría denominarse ley de la unidad, porque sustentando la infinita diversidad de la vida está la unidad de un solo espíritu omnipresente. No existe separación entre nosotros y ese campo de energía. El campo de la potencialidad pura es nuestro propio yo. Y cuanto más desarrollemos nuestra propia naturaleza, más cerca estaremos de ese campo de potencialidad pura.
Nuestro punto de referencia
Vivir de acuerdo con nuestro yo, en una constante auto-referencia, significa que nuestro punto interno de referencia es nuestro propio espíritu, y no los objetos de nuestra experiencia. Lo contrario de la auto-referencia es la referencia al objeto. Cuando vivimos según la referencia al objeto, estamos siempre influidos por las cosas que están fuera de nuestro yo, entre ellas están las situaciones en las que nos involucramos, nuestras circunstancias, y las personas y cosas que nos rodean. Cuando vivimos según la referencia al objeto, buscamos constantemente la aprobación de los demás. Nuestros pensamientos y comportamientos esperan constantemente una respuesta. Nuestra vida, por tanto, se basa en el temor.
Cuando vivimos según la referencia al objeto, también sentimos una intensa necesidad de controlarlo todo. Sentimos intensa necesidad de tener poder externo. La necesidad de aprobación, la necesidad de controlar las cosas y de tener poder externo se basan en el temor. Esta forma de poder no es el de la potencialidad pura, ni el poder del yo, o poder real. Cuando experimentamos el poder del yo no hay temor, no hay necesidad de controlar, y no hay lucha por la aprobación o por el poder.
Cuando vivimos según la referencia al objeto, el punto de referencia interno es el ego. Sin embargo, el ego no es lo que realmente somos. El ego es nuestra autoimagen, nuestra máscara social, es el papel que estamos desempeñando. A la máscara social le gusta la aprobación, quiere controlar y se apoya en el poder porque vive en el temor.
Nuestro verdadero yo, que es nuestro espíritu, nuestra alma, está completamente libre de esas cosas. Es inmune a la crítica, no le teme a ningún desafío y no se siente inferior a nadie, porque es consciente de que todos los demás son el mismo yo, el mismo espíritu con distintos disfraces.
Ésa es la diferencia esencial entre la referencia al objeto y la auto-referencia. El poder basado en la referencia al objeto es falso. Siendo un poder que se basa en el ego, existe únicamente mientras exista el objeto de referencia. Si uno tiene cierto título - si es el presidente del país o el presidente de la junta directiva de una corporación - o si tiene muchísimo dinero, el poder del que disfruta está ligado al título, al cargo o al dinero. El poder basado en el ego dura solamente lo que duran esas cosas. Apenas desaparezcan el título, el cargo y el dinero, desaparecerá el poder.
Por otra parte, el poder del yo es permanente porque se basa en el conocimiento del yo, y este poder tiene ciertas características: Atrae la gente hacia nosotros y también atrae las cosas que deseamos. Magnetiza a las personas, las situaciones y las circunstancias en apoyo de nuestros deseos. Esto es lo que se conoce también como apoyo de las leyes de la naturaleza. Es el apoyo de la divinidad,el apoyo que se deriva de estar en un estado de gracia. Este poder es tal que disfrutamos de un vínculo con la gente y la gente disfruta de un vínculo con nosotros. Es el poder de establecer lazos - lazos que emanan del verdadero amor-.
El acceso a nuestra esencia verdadera también nos permitirá mirarnos en el espejo de las relaciones interpersonales, porque toda relación es un reflejo de la relación que tenemos con nosotros mismos. Si por ejemplo nos sentimos culpables, temerosos o inseguros con respecto al dinero, al éxito o a cualquier otra cosa, estos sentimientos serán el reflejo de la culpabilidad, la inseguridad y el temor básicos de nuestra personalidad. No existe en el mundo ningún dinero o éxito que pueda resolver estos problemas básicos de la existencia, solamente de la intimidad con el yo podrá surgir la verdadera cura. Y cuando estemos bien afianzados en el conocimiento de nuestro verdadero yo - cuando realmente comprendamos su verdadera naturaleza - jamás nos sentiremos culpables, temerosos o inseguros acerca del dinero, o de la abundancia, o de la realización de nuestros deseos, porque comprenderemos que la esencia de toda riqueza material es la energía vital, la potencialidad pura, y la potencialidad pura es nuestra naturaleza intrínseca.
Una manera de tener acceso al campo de la potencialidad pura es por medio de la práctica diaria del silencio, de la meditación y del hábito de no juzgar. Practicar el silencio significa comprometernos a destinar cierta cantidad de tiempo sencillamente a ser. Si nunca nos damos la oportunidad de experimentar el silencio creamos una turbulencia en nuestro diálogo interno.
¿Qué sucede cuando entramos en esta experiencia del silencio? En un principio, nuestro diálogo interno se vuelve todavía más turbulento. Sentimos la necesidad apremiante de decir cosas, pero a medida que perseveramos en la experiencia, el diálogo interno comienza a callar, y al poco, el silencio se vuelve profundo.
Imaginemos que lanzamos una piedra pequeña en un pozo de agua y observamos las ondas que se forman. Al rato, cuando las ondas desaparezcan y el agua quede quieta, quizás lancemos otra piedra. Eso es exactamente lo que hacemos cuando entramos en el campo del silencio puro e introducimos nuestra intención. En ese silencio, hasta la menor intención avanzará formando ondas por el terreno subconsciente de la conciencia universal, el cual conecta todo con todo lo demás. Pero si no experimentamos la quietud de la conciencia, si nuestra mente es como un océano turbulento, podríamos lanzar en él todo el edificio Empire State sin ver efecto alguno. La Biblia dice: "Calla, y sabrás que soy Dios". Esto es algo que sólo se puede lograr a través de la meditación.