Aunque la gran mayoría de personas diría que España se mantuvo al margen de la Segunda Guerra Mundial, lo cierto es que apenas pasaron meses hasta que España participó en el conflicto aunque de forma cuidadosa para mantener su estatus de no beligerante en el conflicto.
Al fin y al cabo Franco debía a Hitler y Mussolini favores por la ayuda prestada contra los comunistas españoles durante la Guerra Civil, así que de forma casi forzosa debían contribuir de alguna forma.
La conocida como División Azul, una división de voluntarios, combatió mano a mano con el ejercito nazi aunque a medida que avanzaba la guerra y Franco veía la derrota de Alemania aproximarse, pensó nuevos planes para la División Azul con la que pretenderían lavar su imagen de cara a "los aliados" y en especial ante Estados Unidos.
El plan para lavar la imagen de la españa franquista
España estudió la posibilidad de declarar la guerra a Japón con la excusa de vengarse por la masacre en Manila a manos del Imperio Japones.
Franco y sus hombres vieron la posibilidad de convertir a España en una victima y hiceron saber sus intenciones al embajador norteamericano Carlton Hayes, además de intentar a toda costa participar en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Organización Internacional.
El por entonces ministro de exteriores, José Félix Lequerica natural de Bilbao, aprovechó una cena en casa del Agregado Militar Británico en nuestro país, Windam W. Torr, para tantearlo y dejarle caer las intenciones de Franco sobre declarar la guerra a Japón.
El ministro y secretario general de FET y de las JONS, José Luis Arrese, pretendía enviar a la División Azul a luchar a las ordenes del general norteamericano Douglas MacArthur.
El organismo de inteligencia predecesor a la CIA llamado OSS, verificó que estas intenciones de España eran reales e incluso Agustín Muñoz Grandes sería el encargado de comandar a 2 divisiones en Filipinas, persona que también había comandado a la División Azul codo a codo con el ejercio nazi contra Rusia llegando a ser condecorado por el propio Hitler.
La respuesta de "los aliados"
Los aliados se dieron cuenta de la estrategia franquista y finalmente no se dejaron engañar.
Londres informó al Departamento de Estado Norteamericano de que la ayuda de España contribuiría poco o nada en el desenlace del conflicto y calificó la oferta española como "puro oportunismo".
Washington respondió que aún en el caso de que España combatiese a Japon no se le condecería ningún credito por ello.
A partir de este momento, España se limitó unicamente a romper las relaciones con Japón el 12 de Abril de 1945 y Japón en venganza y tras su derrota bloqueó la inclusión de España en el bloque occidental durante 10 años, que fué el tiempo máximo que consiguieron hasta que Estados Unidos vió la posibilidad de poner bases militares en España para luchar contra el comunismo a cambio de algunos favores para la España Franquista.