#40 Lo siento pero el que estás fuera de contexto eres tú. Con argumentos tan tristes y patéticos como "vivimos en un sistema capitalista y por lo tanto la propiedad privada tiene que defenderse a sangre" podemos cargarnos también de paso la seguridad social y la educación pública.
Primero, no vivimos en un sistema puramente capitalista sino en un sistema de estado de bienestar (los de letras podrán ahondar más en conceptos, términos y diferencias), segundo, por mucho que yo viviera en un sistema capitalista eso no significa que tenga que defender "a sangre" nada. Sólo faltaría.
Tanto que hablas de contexto debería serte relevante el contexto de este caso en particular y dejar de salirte por los cerros de Úbeda con argumentos que no tienen ni pies ni cabeza. El contexto es obvio: un colegio deshabitado se estaba utilizando con fines sociales y culturales, un edicto judicial dio la razón al propietario del inmueble, el edificio ha sido desalojado pacíficamente. Fin.
Eso es el contexto, no tu paja mental del sistema capitalista en el que debemos sacar un machete para defender tu propiedad privada independientemente de su uso, aunque cuatro niños se hayan colado a jugar. (Porque con tu misma ponzoña de argumento podemos justificar que es totalmente justificable pegar cuatro tiros a un grupo de niños que se ha colado en un almacén al que no doy uso a jugar a la pelota, total, es su propiedad privada y hay que defenderla "a sangre".)
Por último ya sales con analogías absurdas y con otra ocupación que no tiene nada que ver en las formas ni en el contexto.
Porque claro, somos los demás los que estamos fuera de contexto...
Eso sí, que espacios privados como el espacio multiusos Fabrik para celebrar eventos culturales tan importantes como la Supermartxé que no falten, total, mientras no haya guarros, como dice #1 ... En fin.
#60 y #63 No era un colegio público, era un colegio religioso de ámbito privado o concertado, no estoy seguro. Y aun así es irrelevante respecto a la propiedad del inueble.
Lo que algunos no parecen entender es que, a pesar de la buena labor que se estaba realizando los desalojados han acatado la ley y han desalojado pacíficamente el edificio. Y, a pesar de eso, en vez de apluadir su actuación algunos se llevan las manos a la cabeza porque estaban violando la inviolable institución de la propiedad privada, que, como ya han dicho, debemos defender "a sangre".
(Sí, me ha hecho mucha gracia esa expresión.)