Estaba comiendo hace un rato tranquilamente con mi madre cuando, de repente, he empezado a vomitar bilis mientras el telediario iba vertiendo información en mi cerebro.
Todos sabemos que hoy entra en vigor el sistema de copago de medicamentos, el cual pretende que ayudemos a levantar el país de nuestros bolsillos, en vez del de las farmacéuticas. Formulas como la subasta de medicamentos, en las cuales habría un mismo o superior ahorro, han sido rechazadas por la presión de los lobbies del sector.
Hasta aquí todo va normal, ya me he acostumbrado a estas alturas a que me den por el culo y cosas así me entran sin demasiado dolor.
Pero entonces es cuando llega el colofón de la noticia, metido disimuladamente como quien da estadísticas de un partido de fútbol o datos de participación en unas elecciones municipales, los tramos de pago para los trabajadores:
Rentas inferiores a 18000€/año: 40% del precio del medicamento
Rentas entre 18k€/año y 100k€/año: 50% del precio del medicamento
Rentas superiores a 100k€/año: 60% del precio del medicamento
Y aquí es donde mi indignación no tiene límites. Pero qué puta desvergüenza es esta? Me encanta saber que por un medicamento de 100€ el señor Botín pagará 60, yo 50 y cualquier pobre hombre con el puto SMI pagará 40€.
La cuestión es que no tiene sentido que para unos los fármacos necesarios para mantener la salud, lo más importante en nuestra vida, representen un 0,0000000000X% de su renta disponible, para otros un digito porcentual y que para los más desfavorecidos se de un mordisco infinitas veces mayor a su renta.
Lo pongo en clásico porque ya es uno como se rien de todos.