La deuda pública es un asalto a los ciudadanos y un potenciador de desastres financieros. Cuanta más deuda, más parte del presupuesto no van a beneficiar al ciudadano.
La idea de los beneficios de la deuda pública surge de los beneficios de los préstamos en las empresas. Pero es un enfoque simplista, ya que no se tiene en cuenta que la empresa usa ese dinero para generar un rédito superior de ese capital inicial. En el caso de los estados, la corrupción y la falta de necesidad de multiplicar el capital prestado, ya que el estado no está pensando en obtener más beneficio de lo prestado sino de realizar acciones políticas, provoca que cuanto más deuda pública se genera más empobrezca a los ciudadanos a medio y largo plazo.
Los efectos en nuestra sociedad se estan viendo en los últimos 15 años. Por ejemplo, mucha gente se queja de que desde la crisis del 2008 apenas ha mejorado e incluso ha empeorado el poder adquisitivo de la gente, y que las empresas cada vez son más ricas. Esto es así ya que el estado cada vez aplica mayor presión fiscal sobre la población de cara a intentar mantener el ritmo de gasto, y digo población únicamente ya que las empresas pueden transmitir los impuestos que se les aplica tanto a sus clientes como a trabajadores, por lo tanto como el estado tiene que pagar cada vez más intereses, va creando o ampliando impuestos que recaen en la población, empobreciéndoles poco a poco. A esto habría que sumar la infación, que por defecto sube al 2% anual, salvo en épocas en las que las políticas expansionistas la disparan. Todo el que no consiga aumentos de ingresos de forma significativa periódicamente, acabará por sufrir apuros económicos y, en definitiva, cada vez vivir peor.
La idea de que nuestros padres vivían mejor que nosotros, y que nosotros viviremos mejor que nuestros hijos, es en cierto modo causa de la nefasta gestión de la deuda por parte de nuestros gobernantes.
Como se ha dicho antes solo el que tiene la divisa de referencia puede endeudarse a placer, pero eso no implica que sea inmune al empobrecimiento del país, es solo que el efecto es más lento que el resto, pero al final la deuda es como un lastre que va aumentando hasta que otra potencia económica le de caza y termine colapsando iguál que el resto.
España ha sufrido varios defaults por no pagar la deuda adquirida en el pasado, algunos durante la época imperial, en aqué entonces podíamos deshacernos de partes del imperio para pagar, hoy ya no tenemos esa posibilidad.
Es una tragedia lo que se está permitiendo hacer a los políticos y peor aún los que aplauden este endeudamiento sin sentido. Pero bueno, gracias a las corrientes de la "Nueva Economía" hay cada vez más economistas abrazando ideas que precisamente por haber estudiado los efectos de la deuda sostenida a largo plazo deberían estar horrorizados. IMO.