En realidad el empleo ya es una cuestión social y colectiva. La sociedad, que es un conjunto de individuos, expresa sus deseos y preferencias mediante un mercado, y el satisfacer esas demandas y necesidades es lo que genera puestos de empleo. En un mercado libre no hay empleos si no hay un público con necesidades.
El intervencionismo estatal es lo que es antisocial, en tanto que genera trabajos no en base a lo que necesita la sociedad, sino en base a lo que un grupo de burócratas, aupados por una mayoría que se impone sobre la propiedad de las minorías, cree que hace falta. Desde un plano de vista estrictamente económico es ineficiente, y desde un punto de vista moral es coercitivo y totalitario.