Yo te digo por qué atacan el doblaje: porque doblar significa, casi inevitablemente, destrozar la labor interpretativa de un actor. Si ya además le sumas lo mafioso que es ese mundillo en España, que se reparten todas las grandes producciones entre... no sé, ¿quince personas de cada sexo? ¿veinte si tiro para arriba? No sé, a lo mejor cada señor de estos dobla anualmente pongamos que a veinte interpretaciones importantes diferentes, completamente distintos unas de otras, con personajes que nada tienen que ver entre ellos, de distintas procedencias, lo que quiere decir que para la interpretación puede que se haya trabajado un acento (anda que no hay acentos anglosajones, desde todos los que hay en las Islas Británicas, a los de EEUU, Sudáfrica, Australia, Canada, etc).
Te voy a dar otra razón por la que se critica el doblaje. El doblaje, sobretodo en un lugar como España donde, como ya he dicho, es una mafia en la que unos pocos se reparten el pastel, hace caer la labor interpretativa en lo que seguramente es lo primero de lo que un actor quiere huir, el estereotipo. ¿Cuántas veces os ha pasado que empezáis a ver una película o una serie doblada y al hacer su primera intervención un personaje, cuando escucháis su voz doblada, automáticamente encasilláis a ese personaje respecto a la voz que se le da porque ya lleváis una vida entera viendo la televisión, escuchando las mismas voces, que se repiten una y otra vez en el mismo perfil de personaje? Sargentos, ancianos, locos, niños, personas débiles, etc. Sobretodo ocurre con los personajes que no tienen tanto peso en la trama como los principales.
Lo que ocurre con estos, los principales, es distinto. Simplemente se adueñan de un personaje y ya lo tienen hasta que se mueran. No sería un problema si estos actores hicieran una y otra vez el mismo personaje, con los mismos rasgos y los mismos factores, como puede pasar en una serie; pero la cosa cambia mucho cuando es, por ejemplo, Morgan Freeman, que el tío te está en una película interpretando a un chófer analfabeto que no ha salido de Georgia en su vida en pleno apogeo del KukuxKlan, como a un boxeador malogrado en otra o al mismísimo Nelson Mandela, interpretaciones para las que ha usado registros completamente diferentes. ¿Por qué? Porque Freeman se transforma para cada papel, el doblador no. La voz es la misma en todos los papeles. El personaje se aplana, se convierte en Morgan Freeman haciendo de Morgan Freeman. Siempre la misma voz, los mismos rasgos. No estás ante Ned Logan o el detective Somerset, estás ante Morgan Freeman haciendo de vaquero o de policía en Nueva York. Y en este caso, la interpretación pierde mucho valor.
¿Qué pueden hacer los dobladores ante esto? Nada, claro. Yo no tengo nada en contra de su labor, no son malos profesionales, la mala es su profesión.