#42 No hagamos comparaciones con productos totalmente distintos. En la actualidad cualquier bien producido en masa se vende a un precio que suponga la adquisición del dinero total de su producción, más un porcentaje de valor añadido que supondrá las ganancias que se llevará la sorpresa para continuar con su ejercicio económico. En un mundo capitalista y superficial todos sabemos qeu muchos productos se venden con un precio sobredimensionado porque el valor añadido del mismo se basa, casi en su totalidad, en la marca del mismo, tal y como ocurre con Apple, que vendía los móviles adquiriendo beneficios del 500%, pero eso ocurre así porque la gente es idiota y no le importa malgastar el dinero.
En el caso del arte tenemos que tener en cuenta que el precio del producto se basa (o se debería basar) en el esfuerzo implicado por parte del artista, de ahí que sea cada uno el que determina cómo quiere hacer la conversión de sus horas de trabajo por dinero; por ejemplo, para los ilustradores novatos 8 euros la hora es lo normal, a medida que van adquiriendo caché ese valor aumenta, pasará a 15, 20, e incluso más, todo dependerá de si el cliente está dispuesto a pagar por ello, es decir, el valor de su esfuerzo es regateable y se modifica según la experiencia del trabajador. Lo que no puede ser es que me venga una fulana como esta:
Y me diga "Este cuadro te lo vendo por 100 mil euros porque me sale del chumino, digo... porque en él está encerrado un profundo concepto que tiene reminiscencias sobre la bulimia y blablabla". Son cuadros sin esfuerzo y sin ingenio, por lo que su valor en sí es prácticamente nulo, pero como el arte casi siempre ha pertenecido al mundo del comercio el valor depende de aquel que lo piense adquirir.
Las contrariedades que existen con el arte en la actualidad radican en dos principales problemas:
-El elitismo: Por parte de todos es bien sabido que el valor de una obra reside, en una gran parte, en lo que se puede leer en su firma, y esto no hace más que desvirtuar la esencia misma de la obra. Un garabato pintado con desgana y por puro aburrimiento por Velázquez puede llegar a X valor por parte de ojos "expertos", pero el mismo garabato pintado por mí quedaría ignorado para el resto de la eternidad, ¿por qué? Un garabato es un garabato, no importa quién lo dibuje. Si yo ahora me encontrase con un cuadro espectacular este podría ser una obra maestra sin importar la mano que hubo detrás, no importa si lo pintó Velázquez como si lo hizo la vecina del sexto, seguiría siendo un cuadro muy bueno y memorable.
El problema de esta concepción que hay sobre el artífice de las obras de arte está en que se ha estandarizado tanto que parece que solo los genios merecen reconocimiento y el valor mismo de las piezas recae en quién haya hecho las pinceladas, y esto alimenta la especulación y destruye la apreciación objetiva.
-La esencia del concepto: Que las piezas de arte tengan encerradas algún significado es una característica propia que se puede vislumbrar desde las Venus de Willendorf, y se ha mantenido con el tiempo. Lo curioso es que en un principio y con la consiguiente necesidad de reflejar la realidad el significado solía quedarse en un segundo plano, mientras que la belleza estilística primordiaba en el lienzo, pero con la llegada de la fotografía el realismo quedó desfasado en las representaciones artísticas y se buscaron nuevas fórmulas pictóricas y se fue ensalzando la perspectiva filosófica.
Las vanguardias y todos esos movimientos seculares fueron interesantes y muy llamativas, sobretodo porque le dieron la vuelta ala tortilla y ampliaron muchísimo la concepción del arte, hasta ahí bien, el problema y punto de inflexión llegó con el Dadaísmo, que si bien era ingenioso y totalmente rompedor con todo lo que había hasta ese momento, abrió la puerta a la excusa venidera de la que se iban a apoyar muchísimos artistas actuales que, viendo el éxtio del Dadaísmo, se excusan con este para vender cualquier trapallada en el nombre del arte.
Si el Dadaísmo funcionó fue porque buscó la ruptura total y la picaresca formal sin antecedentes previos, siendo en sí un movimiento realmente ingenioso, pero loq ue vemos actualmente no son más que copias de la misma mentalidad y por eso esas obras son vacuas y vacías de ingenio y, sobretodo, de contenido. Lo que hacen los "artistas" contemporáneos no son más que emanaciones que surgen cuando se apaga el sentido común y la vergüenza, ¿que una mujer vende cuadros vomitados, otra lienzos vacíos y otro un vaso de agua? Vale, entonces yo cagaré sobre lienzos, algunos me los comeré a medias y venderé los restos y luego venderé mi pis dentro de jeringuillas, ¿véis lo fácil que es ser artista contemporáneo? Lo que pasa es que yo no tengo la suficiente desfachatez como para vender cualquier mierda con aires pedantes.
Cuando se eliminen la especulación propia del coleccionismo y se finiquite las pretensiones del snobismo volveremos a ver artistas que dediquen más de cinco minutos en crear obras de arte.
P.D: No afirmo que todo el arte contemporáneo sea una mierda, solo aquel que ya sabéis a cual me refiero, el que da vergüenza ajena verlo.