Yolanda le ha dicho que está flipao y que se peine, que si falta gente paguen más para que les encuentren
La falta de cientos de miles de trabajadores en sectores como la hostelería, el transporte o la construcción y la necesidad de resolver el problema con la mayor urgencia posible han disparado la tensión entre el Ministerio de Seguridad Social y el de Trabajo, que el pasado 7 de noviembre enfrentaron sus puntos de vista en la comisión delegada de Asuntos Económicos. La vicepresidenta Yolanda Díaz se impuso a los ministros Escrivá y Sánchez y frenó la aprobación de una orden para que se contraten trabajadores extranjeros que alivien la tensión en el mercado laboral.
Fuentes conocedoras del desarrollo de esta reunión en la que distintos ministerios ponen en común sus iniciativas señalan que Seguridad Social y el Ministerio de Transportes de Raquel Sánchez acudieron con un plan para aprobar por la vía ejecutiva la llegada de un contingente de trabajadores extranjeros para empleos "de difícil cobertura". La novedad es que este contingente -que habitualmente está protagonizado por labores marítimas o determinados perfiles de deportistas- está ahora centrado en el sector de la construcción, que ha cifrado en 190.000 los puestos que necesita cubrir con urgencia para acometer tanto proyectos de obra pública como privada.
La iniciativa de Seguridad Social se basa en la reforma del Reglamento de Extranjería que introdujo el pasado mes de julio con la vista puesta en resolver el problema de la falta de profesionales y que es cada vez más acuciante. Las empresas de la construcción ya han avisado de que la falta de trabajadores está ralentizando proyectos financiados por fondos europeos y que la situación puede agravarse. Por su parte, el motivo del Ministerio de Transportes y Vivienda para respaldar a Escrivá en su iniciativa son los 6.820 millones de euros pertenecientes al Plan de Rehabilitación de Vivienda y Regeneración Urbana, un megaproyecto que está en riesgo de acumular retrasos.
La reforma agiliza la legalización de extranjeros que trabajen en puestos de difícil cobertura si realizan un curso de formación. También acelera los trámites de contratación en origen mediante la "incorporación automática" a la categoría de difícil cobertura de aquellas ocupaciones pertenecientes a los sectores económicos que se determinen por acuerdo de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos a propuesta de Escrivá.
La lista de ocupaciones propuesta por Seguridad Social y Transportes fue atajada sin embargo por Yolanda Díaz. Fuentes al tanto de la posición manifestada por el ministerio de Trabajo, indican que el bloqueo obedece a que se pretende negociar antes el problema y los cupos de trabajadores con patronales y sindicatos en el diálogo social. "Este tipo de importación de contingentes no puede consolidarse como algo estructural".
La posición de Trabajo coincide con la de los sindicatos, que contemplan las iniciativas de Escrivá desde el pasado mes de julio como una ruptura de las vías de comunicación que mantiene tradicionalmente el Gobierno en esta materia. "Nunca hemos tenido una situación tan mala como ésta", admite José Antonio Moreno, consejero de CCOO en el Comité Económico y Social europeo.
Moreno reconoce que hay un grave problema laboral cuando, en un país con casi tres millones de parados y cerca de un 30% de paro juvenil quedan vacantes cientos de miles de empleos por falta de candidatos. Su tesis es que, antes de dar via libre a la entrada de inmigrantes que ocupen esos puestos hay que valorar "qué pasa con esos sectores poco atractivos". "Podemos acabar creando una capa del mercado laboral que sea ocupada recurrentemente por inmigrantes, con las consecuencias económicas y sociales que eso tiene", advierte.
En este sentido, desde la patronal, la Confederación Nacional de la Construcción (CNC), calificó a principios de esta misma semana en Construtec como "preocupante" que solo el 9% de empleados de la construcción tenga menos de 29 años con un paro del 31%. Su presidente, Pedro Fernández Alén, admitió la importancia de prestigiar la imagen del sector y hacerlo atractivo para captar, fundamentalmente, jóvenes y mujeres.
La construcción, que en 2007 llegó a emplear a 2,7 millones de trabajadores, encajó una severa reestructuración a partir de ese año en la que se destruyó más de un millón de puestos de trabajo con la desaparición de innumerables empresas. En su situación actual cuenta con casi 1,4 millones de afiliados a la Seguridad Social y en la contratación de trabajadores compite en buena medida con la hostelería, que en los últimos años ha experimentado un rápido crecimiento, llegando a superar los 1,8 millones de afiliados.
El pasado mes de abril un estudio de la CNC advirtió de que dos de cada tres constructoras considera "extremadamente difícil" contratar desde ingenieros a encargados de obra, capataces, albañiles, encofradores y operarios de hormigón, operadores de grúas, carpinteros, instaladores de fachadas técnicas...
Conforme a los criterios deThe Trust Project