Rosa Diez, sin tapujos, dice las verdades que ningun otro politico en este pais, tiene agallas de decir.
"Nos acercamos al ‘crack’ del Estado español" (crack = bancarrota)
http://www.neg-ocio.com/sitefiles/pdf/130409.pdf
La diputada y fundadadora del partido Unión, Progreso y Democracia (UPyD) alerta, en declaraciones a este periódico, de la inminente inviabilidad del Estado y hace una llamada a las instituciones para conseguir un futuro mejor para las próximas generaciones.
Las preguntas y las respuestas:
Pregunta: Después de la cumbre del G-20, ¿cree que se cumplirán sus propuestas por los países y las entidades financieras, sobre todo por las grandes multinacionales?
Respuesta: La cuestión es si serán capaces de crear instituciones comunes que tengan mandato imperativo para actuar en la dirección que los líderes determinen. Mandato y competencias para hacerlo.
El problema que tenemos es que no hay una institución común con competencias supranacionales para actuar. Y si eso no ocurre, si hacen el diagnóstico y luego nadie toma las decisiones, será mucho más duro el coste de la crisis. En términos humanos, en términos de estabilidad y en clave de futuro. Lo que no hagamos bien ahora lo pagarán las futuras generaciones.
P: Las peculiaridades de la crisis española (sobre todo el ladrillo) ¿harán que España se quede en la cola a la hora de salir del agujero?
R: Nuestra peculiaridad no es sólo el ladrillo. El crecimiento de la economía española basado en la construcción, un sector que permitía crear mucho empleo, pero empleo muy precario, mal remunerado, inestable, que incorpora poco valor añadido a la economía, es el ejemplo de un modelo de crecimiento y desarrollo económico que ya hace muchos años quedó obsoleto y requirió de una profunda estructuración. El gobierno Zapatero heredó ese modelo y lo mantuvo. Mientras sirvió para crear empleo, le permitió al gobierno dar buenas cifras y buenas y optimistas ruedas de prensa. Y por eso no hizo nada, aunque todos los indicadores y todas las instituciones nacionales e internacionales, públicas y privadas, anunciaran que nuestra burbuja estaba a punto de estallar.
P: ¿Pudo haber estallado antes?
R: Estalló cuando se produjo la crisis financiera internacional.
Pero lo hubiera hecho en cualquier circunstancia, si bien cabe que hubiera tardado un poco más de tiempo en otro contexto internacional. El problema es que cada año que transcurrió sin hacer lo que debíamos hacer fue agravando el problema. Y hoy lo pagamos con creces.
P: ¿Cómo?
R: Esto nos ha llevado a la cola.
Ya somos ‘el tercer país báltico’ en destrucción de puestos de trabajo, con Letonia y Lituania.
De estar a la cabeza, a pasar a la cola. Todo en un año. ¿Por qué? Porque estábamos gravemente enfermos y nadie quiso enfrentarse con la realidad y actuar, particularmente el Gobierno, que es siempre, para lo bueno y para lo malo, quien más responsabilidad tiene de hacerlo.
P: ¿Habría que adoptar medidas específicas en España?
R: Sí. Como ya he dicho, en España la crisis económica y financiera tiene el perfil dramático del paro. Todo porque nuestra economía, nuestro modelo de crecimiento en los últimos diez años, ha estado basado en sectores poco competitivos a nivel internacional, que incorporan poco valor añadido, que han generado empleo que a su vez ha incorporado poco valor a las empresas, que ha sido y es muy precario. Y porque año tras año el nivel de formación de nuestros jóvenes se ha ido deteriorando.
P: ¿Hasta qué punto?
R: La educación es la pieza clave, el elemento de competitividad más importante de un país. Mientras haya diecisiete leyes educativas, que impidan conocimientos comunes y de calidad, que garanticen un modelo homologado y homologable con Europa, nuestra tasa de competitividad como país seguirá cayendo.
P: ¿Hasta dónde ha de llegar la austeridad pública y cómo debería afectar a las autonomías?
R: La austeridad ha de llegar a todos los rincones del espacio público, y, naturalmente, de ese espacio forman parte las autonomías. La oportunidad es dentro del debate sobre el nuevo modelo de Financiación autonómica. En el debate han de entrar todas, también las dos que no son de Régimen Común, Navarra y País Vasco.
Y la discusión ha de ir más allá de plantearse como se financian las autonomías.
P: ¿Cree que la financiación autonómica tiene salida con los catalanes exigiendo el cumplimiento del Estatut y reclamando bilateralidad y más dinero?
R: Pues tendrá que tenerla. Lo importante no es lo que pidan los catalanes, sino cómo se comporte el Gobierno de la Nación. Si deciden gobernar en vez de ser coordinadores de diecisiete comunidades, pues la financiación tendrá salida. Entre otras cosas, porque no nos queda otro remedio.
Y cuanto más tarden las fuerzas políticas y sociales en darse cuenta de que estamos a un paso de una crisis de inviabilidad del estado, más dura será la caída.