España, un país cada vez más de inquilinos que de propietarios más por obligación que por convicción
El porcentaje de población que vive de alquiler se ha incrementado del 20,2% al 24,9% en diez años principalmente por las dificultades de los jóvenes para acceder a la vivienda en propiedad
España ha sido tradicionalmente un país de propietarios de vivienda. Y lo sigue siendo, aunque cada vez un poco menos. Según los datos más recientes de la oficina de estadística europea (Eurostat), el porcentaje de propietarios de vivienda en España ha pasado del 79,8% en 2010 al 75,1% de la población en 2020, 4,7 puntos porcentuales menos. En ese mismo periodo, el porcentaje de población que vive de alquiler se ha incrementado del 20,2% al 24,9%. Lejos, eso sí, de la media de la UE (30,3%). Y más todavía de la de países como Alemania o Austria, donde supera de largo el 40%.
Se podría pensar que detrás de este acercamiento a las cifras de sus socios europeos hay un cambio de mentalidad. Un sentimiento cada vez más arraigado de que alquilar no es “tirar el dinero”, como tradicionalmente se ha creído en España. Pero la realidad es que los expertos coinciden en que el principal motivo que hay detrás de esta paulatina convergencia hacia el arrendamiento con Europa es la dificultad de determinados colectivos, en especial los jóvenes, para adquirir una vivienda en propiedad. “Aunque los españoles seguimos siendo un país de compradores, el motivo más relevante [del incremento del alquiler] es la imposibilidad de los jóvenes para acceder a una vivienda en compra por la dificultad de generar el ahorro suficiente para realizar el desembolso inicial”, aseguran desde la consultora inmobiliaria Savills Aguirre Newman. Una situación, además, que se ha acentuado en los últimos años. El porcentaje de jóvenes propietarios ha descendido del 35% en 2019 al 27% en 2021, según los datos que maneja Fotocasa Research.
Son varios los problemas estructurales que, según Sociedad de Tasación (ST), explican las dificultades de los jóvenes para lograr el ahorro que les de acceso a una vivienda en propiedad. En primer lugar, la tasadora apunta al elevado paro juvenil -en torno al 37%, según el INE, si bien Eurostat lo rebaja al 29,2% en noviembre-. A ello se le suma “la persistencia de unas condiciones salariales poco satisfactorias y que dificultarían acumular el ahorro necesario para acceder a una primera vivienda”, según ST. Si se analiza la retribución por franja de edad, más de un tercio de aquellos que tienen entre 25 y 34 años tienen unos ingresos inferiores a 1.300 euros brutos mensuales, y solo un 20% por encima de 2.300 euros. Por último, las elevadas tasas de temporalidad, próximas al 48% en los menores de 30 años, terminan por conformar un muro que hace prácticamente imposible el ahorro para acceder a una vivienda en propiedad a la mayoría de jóvenes