Con 339 votos a favor, 249 en contra y 24 abstenciones el Pleno de la Unión Europea ha aprobado este miércoles la prohibición de vender vehículos de combustión a partir de 2035, lo que en la práctica supone el fin de los vehículos diésel y gasolina, pero también de los combustibles bio y sintéticos. Es una de las medidas que fueron remitidas por la Comisión de Medio Ambiente para su debate y aprobación plenaria, y uno de los elementos más importantes de la política de descarbonización para alcanzar la neutralidad climática en 2050.
De este modo se fija un recorte de las emisiones para los coches y furgonetas nuevos del 65% para 2030 ( actualmente está fijado en el 37,5% y el 31% respecto a 2019) respecto a los niveles de este año, y del 100% en 2035, lo que supondría el fin de la era de los coches de combustión. En 2020 la UE ya aumentó sus objetivos de reducción de emisiones y aspira a la neutralidad de carbono para 2050.
Y ahora quiere proponer nuevas regulaciones para alcanzar esa meta.
Los eurodiputados votaron a favor de exigir a los fabricantes de automóviles que reduzcan las emisiones medias de sus flotas en un 15 % en 2025, en comparación con 2021, en un 55 % en 2030 y en un 100 % en 2035.
La Eurodiputada de Ciudadanos Susana Solís, miembro de los comités de Industria y Medio ambiente del Parlamento Europeo, ha explicado a ABC que el resultado de la votación es sumamente positivo, ya que en el paquete de enmiendas sometidos a votación se ha decidido «no establecer nuevas obligaciones a muy corto plazo (como es el aumento de un 5% adicional en los objetivos de 2025) y ofrezca seguridad jurídica y flexibilidad a la industria que tiene que hacer ya un esfuerzo formidable de transformación para llegar al objetivo final: 100% de reducción de emisiones de CO2 en 2035».
Según ha declarado Solís a este diario, «podemos estar satisfechos tras el trabajo de muchos meses. En la votación de hoy hemos conseguido que no se impongan objetivos intermedios más duros que podrían haber asfixiado a la industria española al adelantar de forma abrupta la transición hacia el coche eléctrico. La propuesta de la Comisión, suficientemente ambiciosa, ha sido refrendada hoy por la cámara».
La eurodiputada considera que con esta aprobación se ha dado flexibilidad a los fabricantes de furgonetas ligeras «algo crucial para España ya que somos el primer productor de este tipo de vehículos en Europa».
También ha salido adelante una revisión del Reglamento en 2027 «para asegurarnos de que tecnológicamente estamos siendo capaces de alcanzar los objetivos. Ahora la industria tiene una señal fuerte para planificar sus inversiones con un marco legal claro y estable».