Mi pareja tiene un buen historial de experiencias extrañas/paranormales desde chavalilla, y yo la creo por supuesto, además de que tenemos amigos en común que no creen mucho en estas cosas pero reconocen haberse rallado más de una vez. Yo personalmente solo he vivido dos a las que no le he encontrado explicación satisfactoria, además de una tercera reciente (allá por estas últimas navidades creo) que le pasó a mi pareja y de la que fui testigo.
La primera me ocurrió en casa de mis padres, cuando tendría unos 18 años. Una muchacha con la que salí un tiempo se quitó un colgante delante mio, si no recuerdo mal era un regalo de su abuela (fallecida) y tenía un gran valor sentimental para ella. Lo puso en una estantería que había justo encima de la cama de mi cuarto, y más tarde cuando se lo iba a poner el colgante no estaba. Recuerdo buscar entre las sábanas, retirar la cama por si se había caído por detrás por alguna razón y no apareció. Total, que al final le dije que al día siguiente barrería y buscaría mejor con la luz del día y la acompañé de vuelta a su casa. En el camino de vuelta me llega un mensaje suyo al movil diciendo que el colgante acababa de verlo encima de su escritorio. ¿?. La única explicación es que me engañara y montara ese paripé vete tú a saber por qué, pero yo siempre estuve presente y realmente parecía un poco agobiada mientras no aparecía. Una anécdota un poco rara.
La segunda fue con mi pareja, hará unos ¿5-6? años. Por aquel entonces mi hija tenía la costumbre de pasarse a nuestra cama todas las madrugadas, tendría unos 6-7 años. Pues bien, en algún momento de la madrugada notamos (mi pareja y yo) potriqueo por la cama y dimos por hecho que nuestra hija se había vuelto a pasar. Ambos estábamos en duerme vela, pero recuerdo como noté que "¿mi hija?" se puso entre medias de los dos. Recuerdo notar pelo en la cara y yo protestar y con un giro brusco me puse de espaldas mirando en la otra dirección. Cuando amaneció y desperté no vi a la niña en la cama. Palpé la sábana y no estaba, y me asusté un poco porque era todavía pequeña y no estaba allí ni oía la tele en el salón. Recuerdo que le dije a mi pareja ¿y la niña?, y me levanté dirección al pasillo. Cuando llegué la vi durmiendo en su habitación. Flipé porque ese movimiento no tenía sentido. Cuando mi hija se pasaba a la habitación era porque le daba miedo estar sola en su cuarto, no tiene sentido que pasara a nuestro cuarto para después volver al suyo. Mi pareja también notó el potriqueo de la cama y recordaba como la abrazó la niña y ella agarró un pie pequeño ¿?. Cuando la niña se levantó le preguntamos como quien no quiere la cosa si se había pasado por la noche a nuestra cama y dijo que no. ¿??
Y la última de la que fui testigo le ocurrió a mi pareja. Estuvo unos dos o tres días teniendo sueños raros, mariposas negras estampándose contra una pared de ladrillo, una serpiente en el techo de su trabajo y sueños un tanto desagradables del estilo, casi rozando la pesadilla. Pues bien, la última noche sueña con la madre de una alumna suya, que le dice que a partir de ahora las cosas en su casa van a complicarse sin ella, que le haga una rebaja aunque sea y tal y no recuerdo si había algo más. Ella me venía contando los sueños que estaba teniendo, y esa mañana me contó ese último. A lo largo de la mañana le manda un whattssap un alumno suyo, primo de esta alumna, donde le dice que iban a faltar porque su tía (madre de esa alumna) había muerto esa noche. Vale que esa mujer tenía cancer, pero no tenía ninguna relación con mi pareja ni ningún contacto más allá de ser la madre de una alumna suya, y desde luego la enfermedad de su madre no era un tema agradable para la hija y no se tocaba. Yo estaba al tanto de sus sueños y estaba delante cuando le llegó el mensaje. ¿Casualidad?. ¿Todo es casualidad?. No lo creo.