Entre otros muchos problemas que tienen las baterías de litio es su escasez, lo que implica alto coste de producción y en consecuencia precios altos para el consumidor final.
Pero como el planeta está llena de ingenieros más listos que el hambre, no han dejado de trabajar buscando una alternativa al litio para abaratar las baterías y así hacer posible la transición energética de los hidrocarburos a la otro modelo más limpio y que no suponga emisiones de gases y subproductos contaminantes.
La respuesta está en el sodio. Este elemento es al igual que el litio un metal alcalino que tiene una gran capacidad para "electronegativizarse" de manera que que puede utilizarse en modo controlado para crear un proceso en el que se produzca una corriente de electrones, y con ello se consiga producir electricidad. El sodio a diferencia del litio es muy abundante en la superficie terrestre. Tanto es así que constituye el 2.36% del total, ocupando el sexto lugar, a diferencia del litio que se estima en un 0,0020%. (fuente https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Abundancia_de_los_elementos_qu%C3%ADmicos_en_la_corteza_terrestre)
El sodio se puede obtener desde un elemento tan básico como es la sal común (cloruro de sodio NaCl). Se funde a 801º C y puede aislarse por electrolisis.
Pero claro, muchos se preguntarán que siendo el sodio igual de eficiente que el litio ¿Por qué no empezaron por el sodio? La respuesta es que el sodio es mucho menos eficiente que el litio (la producción eléctrica por unidad de volumen es inferior), y se degrada con mucha más facilidad, lo que supone que la vida útil de las baterías se reduciría a unas pocas veces, con un disminución rápida y progresiva de su carga.
Y entonces llegaron los ingenieros chinos y revolucionaron el panorama, creando unas baterías basadas en el sodio cuya eficiencia es similar a las basadas en el litio. De momento sólo hay prototipos pero al parecer los resultados son excelentes. Y además todo son ventajas. Entre otras cosas son biodegradables, lo que elimina de cuajo el problema de la contaminación por ser unos residuos insalubres que tardan miles de años en descomponerse. El sodio es un elemento que puede transformarse en un haluro o sal al unirse con otros elementos como el cloro (convirtiéndose nuevamente en sal común). El litio tiene el mismo problema que los residuos radiactivos ¿Qué hacemos con ellos y dónde los metemos? Al parecer resulta más barato tirar las baterías que reciclarlas. Y el litio es altamente venenoso en altas concentraciones.
Lo mejor de todo es que cambia el collar pero sigue siendo el mismo perro. Quiero decir que no habrá que tirar a la basura los equipos que funcionan actualmente con baterías de litio puesto que pueden ser perfectamente sustituidas, dado que en definitiva genera la misma electricidad. Pero si esta tecnología avanza el problema lo van a tener las empresas que se dedicaban hasta ahora a la explotación de minas de litio y su depuración. Quizás se reciclen y se conviertan al sodio. Claro que entonces tendrán que despedir a más de la mitad de la plantilla, dado que no es lo mismo extraer litio con máquinas de elevado coste, que recoger sal común con una pala directamente de la mina, o evaporando agua del mar.