Un día normal, aburrido, medio lluvioso, pero hay una cosa que es distinta.
Tengo que andar 700 metros hasta el coche, siempre lo aparco en una zona con casas, y bien iluminada, por desgracia de desgraciados esta el mundo lleno. Mientras voy andando calle arriba, me deshago el nudo de la corbata. No hace muy buen día, pero la temperatura acompaña.
Saco las llaves del bolsillo, miro a mi Z, es un día distinto, alegre, pero a la vez triste. Abro el coche y me pongo cómodo.
Tiene pinta de llover, pero da igual, quito los dos anclajes, y bajo la capota. Arranco el coche y escucho los 6CL. Curiosamente aparece una sonrisa en mi cara. Por suerte ese ruido siempre acompaña.
Sorteo los 5 semáforos que me separan hasta la carretera b-500 (por donde hoy a pasado el tour de france ) Hoy doy la vuelta, quiero que el viaje dure un poco mas de lo normal.
Decido ir a la gasolinera, a ponerle gasolina al pequeño, es la ultima vez que le daré de comer. Estoy alegre pero triste. Es mi zeti.
Prosigo, y llego a la zona justo antes de la b500. Unas curvitas divertidas me separan las tomo como cada día. Parece que por A o por B, el semáforo que cada noche cojo en rojo, hoy está en verde. Ya llego a casa, 2 km me separan de mi casa.
Engullo los últimos 2000 metros, se que son de los últimos, y digo... vamos a darnos un último homenaje, llevo la cámara entre los dientes, no sabía dónde ponerla! Pero este último día se ha de grabar. Decido pasar de largo mi casa, tengo un puerto de montaña no muy grande al lado de casa, pero si divertido. Veo que tengo un coche delante... pero no adelanto, para qué?
Dejo distancia, y voy un poco ágil, el suelo esta mojado, voy sin control de ASC y sin ABS, así que tampoco haremos el tonto. La carretera se me hace corta, ya he llegado arriba, doy media vuelta, y para abajo.
A merecido la pena, es la última vez que subiré esta montaña con mi Z. Llego a casa, capoto, y cierro el coche.
Una sensación extraña me invade.
Han sido 33427 km juntos, 2 años y 82 días.
Todos y cada uno de ellos disfrutados, todos y cada uno de ellos inolvidables.
Mañana, a estas horas, ya no estará a mi nombre, pero, siempre será mi Z.