La mania que tienen algunos de cobrar y enfermar.
Los trabajadores del centro de Amazon en San Fernando de Henares (Madrid) - el primero que abrió la multinacional en España - celebraron durante todo el jueves y la madrugada del viernes una asamblea general para votar si ir a la huelga ante la inminente rebaja de sus condiciones laborales. El recuento ha terminado esta mañana a las 8.30 con una mayoría aplastante para el sí: tres cuartas partes de los votantes han votado que irán a la huelga. La participación también ha sido un éxito: el 74% de la plantilla, compuesta por 1.100 empleados fijos, ha acudido a la votación. El Comité de Empresa se reúne ahora para decidir las fechas concretas.
La decisión llega después de más de un año negociando la actualización de su convenio laboral (propio del centro, con mejores condiciones que el convenio sectorial), que caducó el 31 de diciembre de 2016 y fueron prorrogando, a falta de acuerdos, hasta este 1 de marzo. Ese día la empresa comunicó que prorrogaba de forma unilateral el convenio actual un mes más. Pero al ser una decisión unilateral, las “cláusulas de paz social” dejan de tener validez, así que los trabajadores han votado que pararán sin riesgo a que se considere “mala fe”.
"¿Qué ha pasado? Pues que la empresa dijo que respetaría las condiciones del centro y al plantear su propuesta hizo todo lo contrario: cargárselas", explica Ana Berceruelo, responsable de la negociación colectiva de Comisiones Obreras. La propuesta de la empresa era implantar el Convenio Sectorial de Logística y Paquetería de Madrid, que rebaja las condiciones laborales de los trabajadores respecto a su convenio actual, propio del centro.
Entre los principales puntos de disputa están los salarios - que en varias categorías superiores bajan para las nuevas contrataciones y se congelan para quienes ya están ahí - , los turnos - la empresa se comprometía a mejorarlos y dar un fin de semana libre cada cuatro semanas, no cada cinco como ahora - y el complemento por incapacidad temporal: Amazon considera que hay absentismo en el almacén porque mucha gente coge bajas, así que quiere recortarlo.
"La empresa dice que tiene un problema con el absentismo", continúa Berceruelo. "Nosotros decimos que el absentismo viene por la carga de trabajo: si quieres reducirlo, hazlo por la vía de la prevención y disminuye esa carga". El trabajo en almacén es muy físico, con jornadas de hasta 20 kilómetros caminados al día, y los sindicatos llevan tiempo denunciando las "dolencias muscoesqueléticas" y riesgos laborales que supone para los empleados.
Con el convenio actual, la empresa abona al trabajador el 100% de su salario en la primera baja y lo mismo en las sucesivas a partir del cuarto día. El problema, señalan varios miembros del Comité, es que el médico de empresa siempre deriva a los trabajadores a la Seguridad Social, rebajando su baja a "enfermedad común" y la mayoría de trabajadores olvida pedir el cambio de contingencias (de baja por enfermedad común a baja profesional).
"Hay gente de baja por dolores de espalda que, al estar protegida por el complemento, no explica al médico de cabecera o de la Seguridad Social que es por el trabajo porque no afecta a su nómina”, explican desde CGT. “De alguna manera, que te cubran las bajas al 100% como si fuera un accidente laboral tiene de malo que la gente no se preocupa de pedir el cambio de contingencia".
Según los sindicatos, Amazon considera que los empleados abusan del complemento y quiere reducirlo al 50%. "Dicen que la gente se pone mala porque tiene este complemento", afirman desde CCOO. "Ahí además están llamando mentirosos a los médicos".
En cualquier caso, adelantan, con el cambio convenio aumentarán los índices de enfermedades laborales. “La gente sí subirá a Recursos Humanos a pedir el cambio de contingencias para que su baja se considere enfermedad laboral y esté protegida desde el primer día”
SALARIOS CONGELADOS
Al aplicar el convenio sectorial, los salarios de varias de las categorías profesionales se verían rebajados entre 2.000 y 4.500 euros anuales. "Hay una categoría de especialistas que se elimina. La empresa quiere abaratar esas funciones. A los que ya están contratados así no puede, pero a los nuevos sí", afirma uno de los delegados sindicales. "Había dos formas de negociar: o sobre el convenio actual o sobre el sectorial, intentando mantener o mejorar las condiciones. La empresa ha ido al sectorial. Y su propuesta las rebaja".
El único punto en el que los sindicatos ven positiva la implantación del convenio sectorial es la temporalidad. Debido a sus altos picos de demanda, el almacén de San Fernando contrata a muchos trabajadores a través de ETT: los llamados 'green', identificados con una tarjeta verde, que renuevan su contrato cada semana. De los 2.000 trabajadores que hay en el almacén, unos 800 son temporales. Los sindicatos aseguran que, durante los meses de negociaciones, éste era uno de los puntos que querían atajar, pero que la implantación del convenio sectorial lo subsana.
"El convenio sectorial pone freno a la temporalidad, porque especifica que la empresa no puede tener más del 25% de trabajadores temporales. Yendo a ese formato, se solucionaría ese problema”. Si más del 25% de los trabajadores de todo el año son temporales, la empresa tendría que hacer fijos a tantos como necesitara para no sobrepasar esa cifra.
AMAZON TRATÓ DE INFLUIR
La única explicación que ofrecen desde Amazon es que su remuneración “se encuentra en el alto rango del sector logístico” y que sus empleados “cuentan con un completo paquete de beneficios que incluye seguro médico privado, plan de pensiones de empresa, seguro de vida y descuentos”.
Con todo, el día antes de la asamblea general la empresa trató de influir en la decisión de los trabajadores convocando charlas “amigables y de preocupación” con los trabajadores. Pero el efecto ha sido nulo. “La mitad de la gente está harta y la otra tiene miedo”, concluyen fuentes de CGT. “Y encima con el espectáculo del miércoles, subiendo a los trabajadores de 30 en 30 para influir en la asamblea... Yo eso no sé si se ha hecho en alguna otra empresa. Fue un esperpento y tuvo efecto rebote: la gente, claro, desconfía".