Independientes y oposición marcarán la pauta en la nueva Constitución de Chile
Los numerosos ciudadanos que se presentaban de forma independiente -48 escaños- junto a los grupos de centro e izquierda que conforman la oposición -27 de Apruebo Dignidad y 25 de Lista del Apruebo- han obtenido más de dos tercios de los 155 escaños de la convención que redactará la nueva Constitución, según arrojan los resultados con más del 90 % de los votos escrutados. Además, 17 cupos están reservados para los pueblos indígenas originarios y habrá paridad entre hombres y mujeres, algo inédito en el mundo.
La derecha, que se presentó en una única lista conformada por los partidos del oficialismo -coalición de Gobierno-, con 38 escaños es la gran perdedora de esta elección al conseguir menos de un tercio de la convención -52 escaños-, el porcentaje necesario para influir en el contenido de la nueva Carta Magna y vetar artículos.
Los independientes arrasan contra todo pronóstico
En contra de lo que avanzaban los sondeos y con un sistema proporcional de conteo que favorece a los grandes partidos políticos, los independientes son los grandes ganadores en los históricos comicios y, aunque carecen de filiación partidaria, en su gran mayoría están alineados con ideas progresistas."Los sectores que buscan la transformación han obtenido un triunfo tremendo y eso consolida la necesidad de una Constitución democrática y hecha desde la base", ha declarado el precandidato presidencial por el Partido Comunista, Daniel Jadue. "Hay un cuestionamiento de la clase política, la gente quiere cambios, quiere ilusiones nuevas, quiere propuestas", agregó por su parte el excanciller y precandidato presidencial Heraldo Muñoz, del socialdemócrata Partido por la Democracia (PPD).
Los independientes buscan canalizar las demandas ciudadanas de la crisis social de 2019 -que se resolvió con la convocatoria del proceso constituyente- y su irrupción es vista por muchos expertos como el comienzo de un nuevo modelo de política ciudadana y el certificado de defunción de los desprestigiados partidos. Entre ellos hay desde activistas sociales, abogados y profesores hasta actores y escritores.
La participación total no ha superado hasta el momento el 43 %, quedando por debajo del 50,9 % registrado en el plebiscito del pasado octubre, convocado como una salida a la crisis social y en el que el 80 % de los electores decidieron derogar la actual Carta Magna, foco de críticas por fomentar la privatización de servicios básicos.
Desde que el voto dejó de ser obligatorio en 2012, ninguna elección ha superado el 50 % de participación -a excepción del plebiscito- y el suelo se registró en las municipales de 2016, cuando solo votó el 34,9 % del padrón. "Con datos parciales del sábado, la megaelección se parece más a una elección municipal que al plebiscito", lamentó el analista director de la consultora Tres Quintos, Kenneth Bunker.